Chesnutt y Zulueta se largan
Joder, día de Navidad y nos enteramos por Kirstin Hersch de que Vic Chesnutt se ha suicidado en Athens devorando las pastillas que no cubrían las aseguradoras y por las que le reclamaban 50.000 dólares, el mismo día en que el Senado estadounidense aprobaba la reforma sanitaria. Chesnutt estaba en una silla de ruedas desde los 18 años, pero eso y calmar sus dolores no era algo que de lo que el Estado deba ocuparse, según los hijos de puta que se manifiestan en EE.UU. contra la Sanidad Pública o los que aquí quieren desmantelarla. Ví a Chesnutt tocar y cantar en Granada en 2008 y a aquella experiencia sobrecogedora le dediqué uno de los primeros posts de este blog. Vic Chesnutt tenía 45 años, un talento inmenso, y es una auténtica putada que esto haya ocurrido.
Y por si fuera poco, ayer va y se muere Iván Zulueta. En su caso la noticia no sorprende tanto. Zulueta lidió con la enfermedad tanto como con las drogas, ya había cumplido 66 años y nunca tuvo el perfil de quienes se mueren de viejos. Pero era también otro talento sobrehumano, en su caso para el cine. Arrebato vale por todo el cine español junto, sólo Victor Erice le puede discutir el trono con El espíritu de la colmena, y como le ocurre a Erice, si no disfrutamos más del cine de Iván Zulueta fue porque se volvió un perfeccionista enfermizo, porque su rigor y su meticulosidad excesiva podía con el dinero y la paciencia de los productores. No conocer Arrebato es no conocer lo más vigente, moderno y fascinante que ha dado el cine en España, pero tiene remedio...
Y también es posible recuperar Párpados, de 1989, uno de los dos trabajos para la televisión que fueron lo único que nos dejó en sus últimos treinta años.