lunes, 30 de mayo de 2011

Decidimos no decidir



Anoche la Plaza del Carmen, la Puerta del Sol y otras ágoras de la indignación se planteaban si levantar o no unos campamentos agonizantes a los que la brutal intervención de los Mossos en Barcelona insufló un último halito de vida. 'Decidimos no decidir', se corría la voz en Twitter de que la asamblea, por amplia mayoría, ha acordado que para qué decidir hoy lo que podemos decidir pasado mañana. La calle parece que quiere competir en burocracia con los despachos oficiales. El farragoso entramado de comisiones y subcomisiones deberá ahora debatir entre opciones tan complicadas como un sí o un no. Claro que decir sí o no parece fácil pero puede ser tan farragoso como lo expresa el intrépido gacetillero de Ideal que ha querido ser arte y parte en el 15-M granadino: "Hay dos resultados previsibles. Que se apruebe la autodisolución o que no se apruebe". Un genio.

La intervención de la policía francesa en la acampada parisina se ha intentado convertir en otro empujoncito de rabia para seguir adelante, como lo es esta mañana el desalojo por parte de la Policía Local de "La Indiscreta", un edificio de oficinas de Gran Vía que llevaba diez años abandonado hasta que un grupo desvinculado del movimiento okupa entró en él hace dos meses para rehabilitarlo y convertirlo en centro social, con el beneplácito de los vecinos. No hace falta ser un lince para ver la provocación intencionada que el Ayuntamiento de Granada hace a los acampados ante su impotencia para conseguir que abandonen la Plaza del Carmen, con torpeza y brutalidad comparables a las de los responsables de la Generalitat. Contagiado del lenguaje burocratizado y farragoso de las asambleas el antes mentado gacetillero oficial -o autorizado- y aspirante a gurú de Internet, lo explicaba con claridad pristina: "El segundo escenario es el que iba a pasar y no pasó por un elemento que interrumpió la sinapsis neuronal que vincula vía Internet y sus potentes herramientas de comunicación y difusión todas las acampadas repartidas por España y por el extranjero. "La carga de los Mossos en la Plaza de Catalunya ha impedido que hoy domingo hubiéramos ganado la fuerza necesaria para lograr el levantamiento de la acampada en Granada vía aprobación en la asamblea de esta tarde". ¡Cómo tienen algunos la sinapsis neuronal, cielo santo!


Pero no nos engañemos, ni las plazas ni Twitter son el mundo real. Esa España que el 22 de mayo votó en masa al PP aplaude el desalojo a hostias de la Plaza Catalunya y sin duda la Granada de las vírgenes y el 70% de voto al PP, también lo haría si ocurriera lo mismo en la Plaza del Carmen. Son las contradicciones de este convulso en el que grandes esperanzas y grandes decepciones se han alternado.

Lo que resulta difícil de entender son algunas sorprendentes decisiones de los acampados granadinos, como desmarcarse de la jornada de manifestaciones que ayer domingo se realizaron en otras ciudades andaluzas, como la gran manifestación de Sevilla. O que costara Dios y ayuda que la asamblea aceptara, a regañadientes, apoyar una manifestación organizada por asociaciones de parados contra el desempleo y la precariedad -y que contó con poquísimos acampados entre sus escasos participantes- ¿No era precisamente por reivindicaciones como esa por lo que surgió el movimiento, o será que ya pocos se acuerdan de por qué llevan doce días en la plaza?

Hay esperanzas porque hemos visto cómo las comisiones de espiritualidad, los gurús y la farfolla que han desprestigiado el movimiento han ido dando paso a la extensión por los barrios, la didáctica y la acción práctica en un acelerado camino hacia la madurez que implica sustituir los campamentos por la política, con los partidos o sin ellos, trabajando por los cambios urgentes que la democracia y la economía española precisan. Sabemos que con la izquierda tradicional no se puede contar. Antes de las elecciones, a los dirigentes socialistas se les llenaba la boca de comprensión, y todos hacían suya la indignación común. Desde el 22 de mayo, ni uno sólo se ha referido a las movilizaciones callejeras ni siquiera de refilón. Hacen como si nunca hubiera existido y se concentran en acabar con los ultimos vestigios de democracia interna dentro del PSOE y certificar la muerte de la socialdemocracia con el golpe de mano del bunker felipista.

Es necesario poner fin a las acampadas y optar por otros modelos de participación, más efectivos y que no corran el riesgo de hacerse impopulares por pesados. El modelo asambleario de las acampadas que se pretende el summum de lo democrático no es tal cosa, y además no da resultados. Las interminables asambleas en la Puerta del Sol parieron cuatro míseras propuestas -menos de lo que Democracia Real Ya había defendido desde el principio sin tanta verborrea estéril- y ninguna referida a la situación económica, con la que está cayendo. En Granada los mínimos eran más sociales, pero su apuesta por la democracia asamblearia da pavor. Eran asambleas de adolescentes fanatizados las que sometían a público escarnio y mandaban al cadalso o a trabajos forzados a millones de chinos durante la Revolución Cultural; por lo general a ese profesor que te había suspendido o al vecino al que tenías ojeriza. 



Por desgracia, en las acampadas, y particularmente en la Plaza del Carmen, lo totalitario ha sido una permanente sombra. Salvo honrosas excepciones a los medios de comunicación se les ha dado burocracia y censura: exigirte que te acreditaras o identificaras e imponer qué se podía grabar y que no. Los coríferos del burdo “¡Televisión, manipulación!” no entendían que hasta el documental de La Noria hace más por el movimiento que todos los dazibaos sembrados de consignas ocurrentes. Creen en Twitter como una religión. Las consignas, como la de "la información os hará libres" que circulaba ayer, se retuitean como un mantra hasta convertirlas en una verdad oficial, por no hablar de la rápida conversión de rumores en verdades -esta mañana Twitter y Facebook echaban humo con los que juraban por Snoopy que estában desalojando la Plaza del Carmen porque se habían enterado por Radio Macuto del desalojo de La Indiscreta-. Llamo la atención sobre este fenómeno, porque lo que supuestamente debería facilitar el debate libre y sin límites, a base de hooliganismo organizado se convierte en una forma de imponer ideas y desacreditar al discrepante. En el informativo diario que los acampados colgaban en YouTube –pura propaganda, aunque la propaganda es perfectamente legítima mientras no se haga pasar por información- un chico de la Comisión de Difusión decía: “No queremos que vengan medios y entrevisten a cualquiera y eso pase por la verión oficial. Estamos pendientes de a quién entrevistan. Facilitarles el trabajo a los medios y al mismo tiempo controlar qué mensajes aparecen” (Está a partir del minuto 2'10" del vídeo). El jefe de prensa de Augusto Pinochet estaría de acuerdo.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Baile de sordos


Aún no sé cuál de las dos imágenes me pareció más deprimente en la mañana del 23, si los gráficos con el mapa de España invadido de gaviotas o que en la acampada de la Puerta del Sol de Madrid el día después de las elecciones estuviera dedicado a la práctica de la biodanza para la bendición del maíz. En mi ciudad la dirección del PSOE despachaba el análisis de su catástrofe electoral echando la culpa a la crisis y los portavoces de los acampados decían que no tenían nada que analizar pues esto de las elecciones no iba con ellos. Esto parece un baile de sordos, sordos que no quieren enterarse, que son los peores.

Seré claro. Si en lugar de reclamar un acceso universal a la sanidad sin privatizaciones ni el sometimiento a los intereses de la industria farmacéutica las acampadas acaban reclamando homeopatía para todos, pido desde ya la inmediata disolución antes de que se conviertan en un problema de salud mental pública. Traerse un gurú de yoga desde los Estados Unidos es bien significativo de esta deriva. Servidor sigue siendo de los del “Mata jipis en las Cíes” y quiere una revolución que busque el cambio de los esquemas sociales, no de las almas.



Lecciones del 22-M

La autocrítica es una forma de actuar imprescindible si se pretende cambiar las cosas. Yo mismo me la aplico y reconozco que me equivocaba al decir que no importaba quien ganara en las urnas el 22 de mayo. Una cosa es que la diferencia entre las propuestas y sobre todo la praxis de PP y PSOE sea tan mínima como para no perder el tiempo decidiendo entre una de esas opciones. Pero otra bien distinta es que con un poder monocolor de la derecha en todas las instituciones, desde las locales hasta el Estado, en el plazo de diez meses se nos puede ir quitando de la cabeza que ninguna de las propuestas, las demandas o los sueños del movimiento nacido el 15 de mayo tenga futuro alguno.

Las elecciones del 22 de mayo no fueron todo lo democráticas que deberían ser debido a una ley electoral injusta, a que en muchos casos se nos obligaba a elegir entre listas copadas por políticos corruptos, a que las minorías han sido laminadas en los medios de comunicación y a muchos otros defectos congénitos y adquiridos de nuestra deficiente democracia que se han debatido, y mucho, desde que surgió el movimiento Democracia Real Ya. Pero es estar sordos negarse a extraer conclusiones de lo que el pueblo dijo en las urnas. Y entre otras cosas lo que se expresó fue una deriva muy marcada hacia el conservadurismo; ha vencido la perversa teoría de que si las recetas contra la crisis de Rodríguez Zapatero han fracasado es porque se quedan cortas, no responden suficientemente a las exigencias de los insaciables mercados; hay que ir aún más lejos en el recorte de derechos, aunque implique que la clase trabajadora se aproxime a las condiciones laborales del Tercer Mundo. Ha vencido la mezquindad de quienes aún creen que pueden retomar la falsa prosperidad de los años de la burbuja, de quienes aún siguen midiendo la felicidad en aros de Audi y pisos comprados “como inversión”. Allá ellos que aún han de darse un batacazo mayor cuando descubran que la derecha política lanza el anzuelo a las clases medias y las pequeñas empresas para luego servirlos de almuerzo a las grandes empresas y las clases altas.

Pero más dolorosa es la sordera de las fuerzas tradicionales de la izquierda. Los socialistas pretenden que sus problemas se resuelvan de puertas adentro, mirándose una vez más el ombligo, como vienen haciendo desde que hace tres décadas comenzaron a confundir sociedad con partido. Ahora quieren entretenerse y entretenernos con primarias como si para España tuviera alguna importancia la elección entre Chacón y Rubalcaba. Otros, la caverna felipista de siempre, con El País como portavoz, quiere sacar partido de la derrota para, obviando las primarias, imponer directamente a su Rubalcaba y dedicarlo a salvar restos de un naufragio. Para qué hablar de ideología si hace tiempo se renunció a ella. Cuanto vértigo da plantearse una refundación radical y traumática centrada en los valores y los principios, darse cuenta de una puñetera vez de que la culpa de la derrota no es de la crisis, sino de las recetas  contra la crisis aplicadas por el Gobierno socialista, de que el electorado socialista da la espalda a quienes le han clavado por la espalda el cuchillo del paro, de la reforma laboral, del pensionazo... Sólo Patxi López y los socialistas vascos hablan de la necesidad de un congreso extraordinario y de replantearse la oferta programática, aunque dudo de que ni siquiera ellos estén planteándose la recuperación del programa socialdemócrata puesto que implicaría la ruptura total con la política económica desarrollada por el gobierno Zapatero, la marcha atrás en las reformas laboral y de las pensiones y dejar de someterse a las exigencias de los mercados financieros y la Unión Europea. Pasaría, en definitiva, porque las bases socialistas derribaran a su propio gobierno y forzaran a constituir otro, sin Zapatero al frente, hasta las próximas elecciones. Un presidente que acude en la noche electoral a reconocer la derrota y acompañado en su coche oficial por el consejero de Telefónica Javier de Paz es una vergüenza para el socialismo. Se me antoja mucho más utópico ese cambio que las reivindicaciones más peregrinas de las acampadas.


A Izquierda Unida también habría que darle la vuelta como a un calcetín. En los días previos a las elecciones sus candidatos se pasaban el día dorándole la píldora a los acampados, haciendo constar que compartían propuestas y aspiraciones, que la indignación debía traducirse en votos hacia IU. Ha pasado el 22-M y no es que hayan dado la espalda a quienes han salido a la calle, es que los quieren a todos dentro del redil. Ha sido la constante histórica del PCE: Unión de la izquierda, sí, pero a mi alrededor. Ese sigue siendo el discurso y ese sigue siendo el problema, querer barrer para adentro, que unos señores que jamás fueron ejemplo de democracia interna, que aún no se han curado de aquella forma de ordeno y mando que llamaban centralismo democrático, pretendan absorber en su propio beneficio a toda esa izquierda creativa que ellos nunca supieron ser. Lo de Izquierda Unida, lo cuenten como lo cuenten, ha sido una derrota en toda regla, porque la exigua subida en votos obtenida en las municipales no se corresponde ni con las expectativas, ni con la sangría sufrida por el PSOE ni tampoco parece haber captado voto indignado alguno. Alguno no ha dudado en culpar a la ciudadanía, que "deja mucho que desear". Uno detesta ese tabú según el cual el pueblo no se equivoca; quienes en Valencia votan a los corruptos que les roban son imbéciles, como lo son los votantes de Sandokan en Córdoba, y quienes apoyan la demagogia xenófoba en Cataluña están para que los encierren, pero eso no es excusa para rehuir la autocrítica. El discurso de IU no conecta con los descontentos de la política convencional, entre otras cosas porque no desconecta de una ortodoxia. La Puerta del Sol no mira a Caracas, La Paz o La Habana, afortunadamente.


Izquierda Unida debe plantearse de una vez por todas que si quiere estar en un amplio movimiento de izquierda transformadora ha de renunciar a liderarlo; si de verdad está con las reivindicaciones de la calle debe dejar su progresivo anquilosamiento institucional, no perder un minuto con las alianzas postelectorales y diluirse en un movimiento más amplio que incluya a todas las sensibilidades de izquierda; algo similar a lo que en Italia quiso ser El Olivo, pero con más carga ideológica y menos ambiciones de gobierno. Lo mismo vale para el proyecto Equo y Los Verdes, ICV, Paralelo 36 y todas las formaciones que quieren hacer otra política pero no pierden la perspectiva de que se trata de política, algo de lo que muchos integrantes del movimiento del 15-M no parecen tener muy claro.

Política o chiripitifláuticos

No menos peregrino es ese análisis que pretende traducir el descontento, la indignación y las acampadas en un crecimiento del voto en blanco y nulo. Si fuera así, ese exiguo 4% al que ni siquiera se ha llegado sería como para tirar la toalla; el supuesto castigo al sistema queda en ridículo si tenemos en cuenta que la participación subió varios puntos para mayor alegría del Partido Popular, pescador en río revuelto.

Lo cierto es que para todo el movimiento 15-M, tanto para sus iniciadores de #nolesvotes y Democracia Real Ya, como para quienes desde las acampadas se desvincularon de la raiz política del movimiento, el resultado de las elecciones debe ser una cura de humildad. Frente a la alegre desorganización, los organizados que siempre tuvieron el poder proclamaron con razón que siguen teniéndolo. Al sistema no se le ha movido un mechón y hasta para muchos de sus más destacados representantes ha sido lo más cool decir que ellos también estaban indignados.

Yo no reconozco lo que desde el 23 de mayo veo en las plazas en las que hasta las elecciones creía ver esa última oportunidad de plantar cara a un sistema podrido. Habría jurado hasta entonces que estábamos protagonizando una movilización social como reacción a la desesperación económica y el paro juvenil llegando adonde los sindidactos no habían sabido ni querido llegar. Habría rubricado que era una revuelta política de quienes no nos sentíamos representados por la clase política y, por ende, por las instituciones que ésta controla y utiliza en su beneficio. Pero he ido viendo cómo en las reivindicaciones se enumeraban derechos ya reconocidos en nuestra Constitución que nunca se han garantizado, pero nadie proponía formas de garantizarlos. He visto diluirse los objetivos hasta rozar lo peligroso. Apolíticos y ni de derechas ni de izquierdas se proclaman los fascistas y los populistas y bastantes Berlusconis tenemos ya con Camps, Cascos, Sandokan y otros como para necesitar más dosis de populismo. Cuando en una de estas asambleas se me dice que este es un movimiento apolítico pido la disolución de la secta, digo de la asamblea. Yo firmo los cambios en la ley electoral, la proscripción de los corruptos en las listas, las leyes de transparencia, la prohibición de la financiación privada de los partidos, la universalización de la sanidad y los servicios sociales, la banca pública, las tasas sobre transacciones y grandes fortunas, la libertad de compartir en Internet... pero ¿quién articula todo ésto? ¿Qué interlocutores han de pelearlo frente al poder y arrancar esas conquistas? Una panda de chiripitifláuticos cantandole a Gaia, no, por favor.


Escribe Pascual Serrano: "Los indignados no quieren irrumpir en el panorama político, se sitúan inmaculados, se creen por encima de ideologías, se limitan a protestar y pedir que les resuelvan los problemas. ¿Quién los va a resolver? ¿quién va a elaborar las leyes que garanticen los derechos que están exigiendo? ¿quién va a garantizar los que ya están en las leyes pero no se aplican? ¿quién va a poner coto a los bancos? ¿quién va a exigirles que devuelvan el dinero público que se les ha dado? ¿quién y cómo se va a exigir a los medios de comunicación que informen con honestidad y veracidad? No esperarán que lo hagan los diputados del PSOE y del PP que tienen la mayoría en el Congreso, menos todavía si no se logra enfrentar a la derecha que no para de rentabilizar las tropelías del PSOE y cuya corrupción no es castigada en las urnas." Es hora de articular tanta energía, de hacer política de verdad, de pensar que necesitamos una democracia mejor, no una democracia asamblearia -esa ya la implantó Gadaffi-. Como antes de las elecciones planteaba Luis Bassets, "La protesta (...) es síntoma y a la vez estímulo. Demuestra la funcionalidad de la indignación y la encauza. Los organizadores, partidarios de la conversación democrática y del combate por medios pacíficos, ejercen sus derechos de manifestación y de expresión. Quieren perfeccionar el sistema aunque tengan la apariencia de atacar al sistema. Hacen política en estado puro aunque se la tache de antipolítica. Sus protagonistas quieren rentabilizar el malestar y la desafección. Y pueden estar satisfechos, porque ya lo han conseguido. El foco del último tramo de la campaña electoral ha sido entero para ellos", pero eso parece estar diluyéndose, ni hay tantos focos apuntando a las acampadas ni las acampadas saben ya hacia donde apuntar el foco y andan bastante desenfocadas.

Ponía al principio el ejemplo del gurú fichado para la Puerta del Sol y de la biodanza para referirme a la derrota de la energía política de este movimiento mientras gana terreno la superchería new age y el perroflautismo de secta. Pero en Madrid, entre tanto floclore, aún se habla de cosas serias. El ejemplo de la deriva que puede conducir a la rápida disolución de este movimiento y a la última gran desilusión se ve nítidamente en la acampada de Granada, que está convirtiendo la Plaza del Carmen en una especie de centro okupa a cielo abierto, ante la indiferencia de la gran mayoría de los ciudadanos. Bastantes anarquistas tenemos ya en el Poder -esos anarquistas que predican la anulación del Estado y la libertad total para especular, explotar y robar, los neoliberales- para que nos anden imponiendo -sí, imponiendo, pues cada vez es más totalitaria la retórica de muchos de los concentrados- un anarquismo de salón, que excluye a quienes hemos estado en algún momento en la Plaza del Carmen buscando una revolución democrática y una mejora de las condiciones de vida de la mayoría.



Lo vemos en la hostilidad hacia los medios de comunicación, cada vez más marcada. Cuando entre los periodistas andamos intentando boicotear las ruedas de prensa sin preguntas o las informaciones ya editadas por los gabinetes de prensa de instituciones y partidos, lograr que te hable un portavoz de las acampadas requiere más burocracia que obtener una entrevista con un presidente autonómico. Las informaciones pasan filtros, censuras y mas filtros ¡menudo servicio a la libertad de expresión! Triunfa la vieja y estúpida consigna coreada por antisistemas oligofrénicos, "¡Televisión, manipulación!", -en la acampada de Granada en los últimos días han proliferado los insultos a los periodistas- pero los muy ignorantes son incapaces de entender que ese reportaje de Informe Semanal que la dirección de TVE quiso vetar en la jornada de reflexión y que salió al aire por el empeño y la presión de los periodistas de la televisión pública, es más útil y hace más por el movimiento que juntos todos los tuiteos que han podido salir de los móviles de los concentrados. El efecto que ha tenido la cerrazón informativa de las asambleas y acampadas y su desconfianza en los medios convencionales ha sido que en determiandos momentos -toda la jornada del sábado- toda la información en directo que se daba desde la Puerta del Sol era la de Intereconomía y Veo7. Quien no lo haya visto , que se imagine en qué tono.



En Granada todo está saliendo mal. Esta misma mañana los acampados hacían el ridícluo con una especie de happening en el Mercado de San Agustín, simulando desmayarse y cubiertos con máscaras de oso panda. Triunfa lo folclórico. Dado que ya se venden camisetas con la indignación impresa, las asambleas deberían ir debatiendo si las acampadas deben cotizar en Bolsa. Se puede perder el tiempo pidiendo la legalización de la marihuana y olvidarse del paro -yo también la pido, pero se la exijo a un gobierno y desde luego no la antepongo a la democracia-. Se puede plantear la abolición de la Constitución y hasta el exilio del Rey sentados en una plaza, por pedir... Pero cuando, como en Granada, una minoría de anarcoimbéciles y ciberhippies que se dicen apolíticos enmudece y excluye a quienes quieren construir un cambio político, económico y social, con organización, con calendarios, con interlocutores, es lógico que el desencanto prenda en la mayoría que hace sólo una semana se ilusionaba con una marea de cambio, de debate y de inteligencia que llenaba las plazas. Esa ilusión no la mantiene el taichí matinal de la Plaza del Carmen, ni la Comisión de Espiritualidad de Sol, ni las sesiones de meditación, ni los clowns, ni los semilleros ecológicos.


Es la hora de hacer política o levantar el campamento, de combatir ese apoliticismo tras el que siempre se camufla lo totalitario, de organizarse, no en grupúsculos como ha hecho siempre la izquierda, sino en un movimiento amplio de inclusión que llame a la puerta de los partidos hasta que contesten. Es hora de identificar que es en la izquierda donde se fabrican los cambios sociales. Si esa izquierda hay que demolerla y construirla entera desde abajo, se hace. Si los partidos tradicionales de izquierda no se quieren dar por enterados y siguen a lo suyo, suyo será el batacazo, pero que cuando dentro de diez meses se dirima la sustitución del perverso bipartidismo por el monopartidismo de la derecha, tengamos algo a lo que agarrarnos.

martes, 24 de mayo de 2011

Todavía no ha oscurecido. 70 años de Bob Dylan

24 de mayo de 2011. Bob Dylan, nacido en Duluth (Minnesotta) como Robert Allen Zimmerman, cumple setenta años, en activo y en los escenarios, llevando a sus espaldas la carrera musical más influyente de la música popular en la segunda mitad del Siglo XX, y realizando todavía notables trabajos en el XXI. Como en este día habrá Dylan hasta en la sopa, y en este blog hay mucho Dylan, mi manera de celebrarlo es con una lista de reproducción, mi playlist definitivo de Dylan con mis cien canciones favoritas. Selección difícil, os lo puedo asegurar, para quien lleva escuchando sus canciones y siguiendo su carrera desde los doce años. Es una selección enteramente personal, el orden no es aleatorio, sino que comienza con mi favorita, que no es la de todo el mundo (Like A Rolling Stone) y no, no está Blowing In The Wind.

Algo que no habla a favor de Dylan es la efectividad con que sus abogados se encargan de eliminar sus temas cuando alguien decide compartirlos en la Red. No hay apenas vídeos en Youtube, sus canciones no están en Spotify, Deezer... Por tanto no puedo incluir aquí un playlist de Mixpod.com como suelo hacer.

De modo que lo que he hecho es subirla a Megaup... de modo que podáis descargar el archivo comprimido y si os apetece grabar un CD de mp3 (pesa menos de 700 megas, para que no haga falta cuenta premium y que quepa en el cd) y tener cien ejemplos de la mejor música de los últimos cincuenta años. Daos prisa en descargarlo, que me temo que no durará mucho. (enlace más abajo)

Ésta es la lista:

  1. Positively 4th Street - single (1965)
  2. It Ain't Me Babe - Another Side of Bob Dylan (1964)
  3. Like A Rolling Stone - Highway 61 Revisited (1965)
  4. Blind Willie McTell - outtake de Infidels (1983)
  5. Ballad Of A Thin Man  - Highway 61 Revisited (1965)
  6. Every Grain of Sand - Shot of Love (1981)
  7. A Hard Rain's A-Gonna Fall  - The Freewheelin' Bob Dylan (1963)
  8. Love Minus Zero-No Limit - Bringing It All Back Home (1965)
  9. Just Like Tom Thumb's Blues - Highway 61 Revisited (1965)
  10. She Belongs To Me - Bringing It All Back Home (1965)
  11. Just Like A Woman  - Blonde On Blonde (1966)
  12. Not Dark Yet - Time Out Of Mind (1997)
  13. Baby, Let Me Follow You Down - Bob Dylan, A Bright New Name In Folk Music (1962)
  14. It's All Over Now, Baby Blue -  Bringing It All Back Home (1965)
  15. Idiot Wind - Blood On The Tracks (1975)
  16. Mississippi - Love & Theft (2001)
  17. The Lonesome Death Of Hattie Carroll - The Times They Are A-Changin' (1963)
  18. When The Ship Comes In - The Times They Are A-Changin' (1963)
  19. My Back Pages - Another Side of Bob Dylan (1966)
  20. Tangled Up In Blue -  Blood On The Tracks (1975)
  21. Don't Think Twice, It's All Right - The Freewheelin' Bob Dylan (1963)
  22. This Wheel's On Fire - The Basement Tapes (1967, editado en 1975)
  23. Highway 61 Revisited - Highway 61 Revisited (1965)
  24. The Times They Are A-Changin' - The Times They Are A-Changin' (1963)
  25. Dignity - outtake de Oh, Mercy (1989)
  26. Queen Jane Approximately - Highway 61 Revisited (1965)
  27. Maggie's Farm - Bringing It All Back Home (1965)
  28. Mr. Tambourine Man - Bringing It All Back Home (1965)
  29. Tomorrow is a long time - The Witmark Demos (1962)
  30. Visions Of Johanna - Blonde On Blonde (1966)
  31. Oh, Sister - Desire (1976)
  32. Simple Twist of Fate - Blood On The Tracks (1975)
  33. Song to Woody - Bob Dylan, A Bright New Name In Folk Music (1962)
  34. I Shall Be Released (1971 version) - Greatest Hits Vol 2 (1971)
  35. You Ain't Goin' Nowhere (1971 version) - Greatest Hits Vol 2 (1971)
  36. Pressing On - Saved (1980)
  37. Jokerman - Infidels (1983)
  38. One Of Us Must Know (Sooner Or Later) - Blonde On Blonde (1966)
  39. Lay lady lay - Nashville Skyline (1969)
  40. Most Likely You Go Your Way And I'll Go Mine - Blonde On Blonde (1966)
  41. All Along The Watchtower - John Wesley Harding (1968)
  42. Subterranean Homesick Blues - Bringing It All Back Home (1965)
  43. Stuck Inside Of Mobile With the Memphis Blues Again - Blonde On Blonde (1966)
  44. Ring Them Bells - Oh Mercy (1989)
  45. Isis - Desire (1976)
  46. Gotta Serve Somebody - Slow Train Coming (1966)
  47. Workingman's Blues #2 - Modern Times (2006)
  48. It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry - Highway 61 Revisited (1966)
  49. I'll Be Your Baby Tonight - John Wesley Harding (1968)
  50. You Ain't Goin' Nowhere - The Basement Tapes (1967, editado en 1975)
  51. Forever Young - Planet Waves (1974)
  52. Crash On The Levee (Down In The Flood) - The Basement Tapes (1967, editado en 1975)
  53. Love Sick - Time Out Of Mind (1997)
  54. Trying To Get To Heaven - Time Out Of Mind (1997)
  55. Things Have Changed - Wonder Boys Soundtrack (2000)
  56. The man in me - New Morning (1970)
  57. One Too Many Mornings - The Times They Are A-Changin' (1963)
  58. Brownsville Girl - Knocked Out Loaded (1986)
  59. All I Really Want To Do - Another Side of Bob Dylan (1964)
  60. Rainy Day Woman #12 & 35 - Blonde On Blonde (1966)
  61. Knockin' on Heaven's Door - Pat Garrett & Billy the Kid (1973)
  62. I Threw it all away - Nashville Skyline (1969)
  63. I Don't Believe You - Another Side of Bob Dylan (1964)
  64. Million Dollar Bash - The Basement Tapes (1967, editado en 1975))
  65. Hurricane - Desire (1976)
  66. Mighty Queen (Quinn, The Eskimo) Self Portrait (1970)
  67. If Not for You - New Morning (1970)
  68. I Want You - Blonde On Blonde (1966)
  69. Most Of The Time - Oh Mercy (1989)
  70. Something There is About You - Planet Waves (1974)
  71. Absolutely Sweet Marie - Blonde On Blonde (1966)
  72. Tonight I'll Be Staying Here with You - Nashville Skyline (1969)
  73. Spanish Harlem Incident - Another Side of Bob Dylan (1964)
  74. Corrina, Corrina - The Freewheelin' Bob Dylan (1963)
  75. I Feel A Change Comin' On - Together Through Life (2009)
  76. Desolation Row - Highway 61 Revisited (1965)
  77. Watching the River Flow - single (1971)
  78. Billy 4 - Pat Garrett & Billy the Kid (1973)
  79. Mixed - up confusion - outtake de The Freewheelin' Bob Dylan (1963)
  80. I Believe In You - Slow Train Coming (1979)
  81. Señor (Tales of Yankee Power) - Street Legal (1978)
  82. Everything Is Broken - Oh Mercy (1989)
  83. Girl From The North Country - The Freewheelin' Bob Dylan (1963)
  84. To Ramona - Another Side of Bob Dylan (1964)
  85. New morning - New Morning (1970)
  86. You're A Big Girl Now - Blood On The Tracks (1975)
  87. Is Your Love In Vain? - Street Legal (1978)
  88. North Country Blues - The Times They Are A-Changin' (1963)
  89. Make You Feel My Love - Time Out Of Mind (1997)
  90. If You Gotta Go, Go Now (Or Else You Got To Stay All Night) - outtake de Bringing It All Back Home (1965)
  91. Can You Please Crawl Out Your Window - single (1965)
  92. Shelter From The Storm - Blood On The Tracks (1975)
  93. You're No Good - Bob Dylan, A Bright New Name In Folk Music (1962)
  94. Sign on the window - New Morning (1970)
  95. If You See Her, Say Hello - Blood On The Tracks (1975)
  96. Slow Train - Slow Train Coming (1979)
  97. Lord Protect My Child - outtake de Infidels (1983)
  98. Leopard-Skin Pill-Box Hat - Blonde On Blonde (1966)
  99. Tombstone Blues - Highway 61 Revisited (1966)
  100. Minstrel Boy - Self Portrait (1970)



sábado, 21 de mayo de 2011

¡Es la democracia, estúpido!






You’ve been with the professors

And they’ve all liked your looks
With great lawyers you have
Discussed lepers and crooks
You’ve been through all of
F. Scott Fitzgerald’s books
You’re very well read
It’s well known
But something is happening here
And you don’t know what it is
Do you, Mister Jones?

Algo está pasando, pero no sabes de qué se trata, ¿Verdad, Mr. Jones?”. Una canción escrita por Bob Dylan en 1965, Ballad of a Thin Man, la historia de un recto, culto y educado profesor universitario incapaz de entender los cambios que se producen a su alrededor, define como ninguna la estupefacción de tantos Mr. Jones que se dedican a la política, el periodismo o se proclaman líderes de opinión, incapaces de digerir la esperanza que nació en España el 15 de mayo. Si lo prefieren, sirve también una de Los Planetas, Nunca me entero de nada.



Escribo en jornada de reflexión con la explícita intención de interferir en el proceso electoral en la modesta medida de mis posibilidades, eso que con tanto encono pretenden evitar los jueces de las juntas electorales. Pero esa insumisión es sólo por joder; créanme que me importa un rábano quién gane mañana las elecciones. Lo que está llamando a la puerta de este país es la democracia. Lo que mañana domingo se decidirá según las reglas del viejo régimen es una anécdota.



Well you can tear a plane in the falling rain
I drive a rolls royce 'cos it's good for my voice
But you won't fool the children of the revolution
No you won't fool the children of the revolution, no no no - yeah!
(T. Rex: Children of the Revolution)

Porque justo de eso va la Spanish revolution, el 15-M, las acampadas, los indignados o como quieran llamar a un movimiento tan diverso que ni siquiera tiene un nombre común. Parafraseando a Bill Clinton, “¡Es la democracia, estúpido!”. Eso es lo que viene a instaurar un movimiento que nada tiene de antisistema y sí mucho de regeneracionista. Y si la democracia llama a nuestra puerta es porque lo que tenemos ahora no lo es. Para que lo entiendan: Decimos que el jefe del Estado reina pero no gobierna, ¿verdad? Pues el Ejecutivo gobierna pero no manda. El Rodríguez Zapatero que el 12 de mayo de 2010 acude al Congreso a anunciar el fin del programa socialdemócrata y su rendición a la dictadura de los mercados financieros ya no manda, ya no es un hombre libre. Él y su partido habían aceptado la condición de esbirros, encargados de que aquellos que destruyeron medio siglo de capitalismo keynesiano, prosperidad y construcción del Estado del bienestar no sólo quedaran absueltos de sus tropelías sino se garantizaran poder seguir realizándolas. La democracia era imperfecta, pero cuando Moncloa se convierte en una cueva de Ali Babá donde el presidente del Gobierno pacta sus políticas con cuarenta ladrones, quedó sustituida por la cleptocracia.

Aunque ya desde mucho antes se actuaba en función de intereses ajenos al interés común, es desde entonces que toda la hoja de ruta del poder político está dictada por el poder económico internacional, y sin enmienda: Elena Salgado asegurando a los socios europeos que se harán todas las reformas que sean necesarias, una legislación de solvencia bancaria que condena a la exclusión financiera a familias y pequeñas empresas, desprecio a iniciativas populares como la de que las hipotecas impagadas se salden con la entrega de la vivienda, algo que según Zapatero pondría en riesgo la solvencia del sistema, y sobre todo la constatación de que los ajustes, la desregulación laboral y el control del déficit no se hacen por el bien de las mayorías, pues sólo generan más pobreza, más desempleo, más precariedad... En España la derecha política y económica siempre ha tenido el poder, también con gobiernos socialistas. Este movimiento es el primero que de verdad intenta arrebatárselo, por eso está la derecha tan acojonada y exigiendo represión.




Lean la lista de propuestas de Democracia Real Ya y díganme si en lo político ven otra cosa que un intento de limpiar las arterias obstruidas de la democracia antes de que infarte. Díganme si en lo social y lo económico hay algo que no sea que el programa socialdemócrata y keynesiano proscrito por los mercados financieros y los gobiernos que les obedecen. ¿Éstos son los antisistema? Por supuesto que las propuestas moderadas de Democracia Real Ya no son compartidas por todos los que llenan las plazas; los habrá que busquen la superación del capitalismo, habrá quienes quieran cambiar la forma de Estado, hay mucho batiburrillo y mucho despistado y están -espero- los defensores de la cultura y el conocimiento libres que empezaron todo esto. De hecho se echan en falta en las reivindicaciones las relativas a la libertad en Internet, pese a que la Red es el único arma que llevan encima los rebeldes. Pero antisistema no; antisistema son los gorilas neonazis que escoltan a los reporteros de Intereconomía en la Puerta del Sol; Esperanza Aguirre cuando permite que fondos de capital riesgo controlen las escuelas infantiles madrileñas; anarquistas son esos economistas que desde tertulias como la de Onda Cero piden la destrucción del Estado y lo público para que los mercados vayan sueltos y sin bozal a mordernos en los cataplines. No se trata de romper el sistema sino el ecosistema que forman el neoliberalismo, el cabildeo, los políticos corruptos, los jueces politizados, los sindicatos sometidos, los medios de comunicación serviles y la imposibilidad de participar en la toma de decisiones salvo con el “vota y calla”.



We'll be fighting in the streets
With our children at our feet
And the morals that they worship will be gone
And the men who spurred us on
Sit in judgment of all wrong
They decide and the shotgun sings the song

I'll tip my hat to the new constitution
Take a bow for the new revolution
Smile and grin at the change all around me
Pick up my guitar and play
Just like yesterday
And I'll get on my knees and pray
We don't get fooled again
Don't get fooled again
(The Who: We Don't Get Fooled Again)

Me dicen que las concentraciones como la de la Puerta del Sol o la Plaza del Cármen de Granada -en Sevilla se concentran bajo las Setas de la Plaza de la Encarnación, monumento al despilfarro y la vanidad en el que políticos que concurren a las elecciones de mañana gastaron cien millones de euros de dinero público-, por numerosas que sean, no representan a la mayoría, pues la mayoría permanece en sus casas. Cierto, pero es que no hay un solo ejemplo de revolución, algarada o cambio social en toda la Historia en que la mayoría no se haya quedado en casa a verlas venir. Por cada berlinés que estuvo derri
bando el Muro habia mil en sus pisos de Berlin Este cagados de miedo; guste o no los cambios siempre están protagonizados por una vanguardia, que en algún momento deberá ceder el protagonismo a la mayoría y olvidarse de cualquier tentación de estrellato.

Si hay algo que le sobra a este movimiento es la comprensión y el paternalismo mostrado hacia ellas por los políticos de la izquierda tradicional, en particular los socialistas. No sólo no quieren enterarse de que esto es contra ellos sino que además han hecho patéticos guiños como mostrar su desacuerdo con las decisiones de la Junta Electoral. Déjense de zarandajas. No hay otra alternativa: El primer paso ha de ser que el presidente del Gobierno anuncie el cambio de la Ley Electoral antes de las generales de 2012; el segundo, nombrar interlocutores.

Hay quienes comparan el movimiento del 15 de marzo con las revueltas norteafricanas. Aunque aquí no paguemos con sangre, este cambio es mucho más difícil. Era más sencillo meter a Mubarak en la cárcel que dejar sin su pensión vitalicia a Strauss-Khan... o a Felipe González. Pero hay que hacerlo, eso y muchas otras cosas. No va a haber muchas más oportunidades.



Come writers and critics
Who prophesize with your pen
And keep your eyes wide
The chance won’t come again
And don’t speak too soon
For the wheel’s still in spin
And there’s no tellin’ who that it’s namin’
For the loser now will be later to win
For the times they are a-changin’

Come senators, congressmen

Please heed the call

Don’t stand in the doorway
Don’t block up the hall

For he that gets hurt

Will be he who has stalled

There’s a battle outside and it is ragin’

It’ll soon shake your windows and rattle your walls

For the times they are a-changin’

(Bob Dylan : The Times They Are A-Changin')

Todas las fotografías han sido tomadas en la acampada de la Plaza del Carmen de Granada

domingo, 1 de mayo de 2011

Informe sobre ciegos


El sábado murió Ernesto Sábato. Murió ciego como Borges, su némesis literario y político. A
demás de su admirable obra narrativa y ensayística, Sábato será recordado también como presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas que en su informe 'Nunca más' documentó el terror desatado por las Juntas Militares argentinas desde 1976. Aquel extenuante descenso a los infiernos certificó el plan de exterminio de parte del pueblo al que los militares decían servir. En su novela 'Sobre Héroes y Tumbas' Sábato incluyó su famoso 'Informe sobre ciegos', que habla de las actividades de la Secta Sagrada de los Ciegos, ejerciendo el gobierno del mal sobre la Tierra. Sábato pone el relato de dicha conspiración de tinieblas en labios de su protagonista, Fernando Vidal Olmos, un ser dado al cinismo, fanático y paranoico cuyo discurso apocalíptico se asemeja al de los tiranos de nuestro tiempo. Más tarde, en 'Abaddón el Exterminador', Sábato libera un quinto jinete del Apocalípsis abatiéndose sobre cuanto de bueno tiene el ser humano.

Viñeta de la adaptación al cómic del Informe sobre ciegos por Alberto Breccia


No cuesta identificar los ángeles exterminadores de las ficciones de Sábato y los ángeles de la muerte a las órdenes de Videla y Massera, con el ejército sirio que asesina primero y después masacra a los asistentes a los funerales por los asesinados, o el libio que ha matado ya a treinta mil compatriotas en nombre de un perturbado; con todos los que responden con sangre al pueblo que le sacude el trono.

Pienso en nuestro pasado, sometido al espurio revisionismo de los historiadores neofranquistas, leyendo 'El holocausto español' de Paul Preston, nuestro propio 'Nunca más'.
Es un mastodóntico recuento de las atrocidades que se cometieron antes, durante y después de nuestra Guerra Civil; en ambos bandos pero sin buscar equidistancias dado que el terror franquista fue inmensamente mayor y peor que el republicano. Con la épica que al recuento de horrores otorgó Solzhenitsyn en su 'Archipiélago Gulag', el provocador rigor de Preston irritará a un Ejército que se ganó sus medallas masacrando a su propio pueblo; a una Iglesia partícipe de las mayores abyecciones; y también a quienes minimizan que la represión de las milicias izquierdistas causó mas bajas en su bando que la propia guerra. Sábato, Preston, pero también el Vasili Grossman que en 'Todo fluye' enumera las variedades de canalla que generó el estalinismo: informantes, envidiosos que acusan en falso, fanáticos, trepas que barren a quien les estorba. Y el Martin Amis que en 'Koba el temible' se pregunta por qué a la izquierda europea los crímenes, las hambrunas premeditadas y los campos de la muerte de Lenin y Stalin no le provocan la indignación y el estremecimiento que produce el nazismo. Y lo que vemos en directo sobre Siria, Libia, Yemen... Seremos ciegos si obviamos informes tan demoledores sobre cómo el poder se ejerce contra el pueblo y sobre los cadáveres del pueblo.