martes, 29 de abril de 2014

Dependientes pendientes, cuidadores descuidados

En todas partes cuecen recortes
Nos la vendieron como el cuarto pilar del Estado del Bienestar -se supone que los otros tres, que hoy tampoco parecen muy sólidos, son educación y salud públicas y pensiones-. Con la Ley, de 2006, venía la trampa: La atención a la dependencia se haría a cargo de los Presupuestos Generales del Estado y no de la Seguridad Social, lo que la somete a los vaivenes de los recortes y la disponibilidad presupuestaria. Repitieron entonces el viejo error -o truco- de legislar sin asignar el dinero necesario para que las leyes sirvan y no sean papel mojado. Ya le había funcionado al gobierno de José María Aznar con una norma para la Educación que tenía sus aciertos pero el escaso presupuesto del que venía acompañada era para la Iglesia y sus coriaceos. La Ley de Dependencia de Rodríguez Zapatero hacía además que sus supuestos beneficiarios se perdiesen en un laberinto de competencias -¿incompetencias?- entre administraciones y departamentos en el que en un rincón valoraban tus circunstancias de la manera más subjetiva y arbitraria y en otro rincón opuesto el dependiente y su familia debían aguardar para saber si eran merecedores o no de las ayudas necesarias para vivir con un mínimo de dignidad. Dicen que el que espera desespera y en estos ocho años setenta mil españoles que habían sido declarados aptos para recibir estas ayudas han muerto aguardándolas.

El caos -fundamentalmente burocrático- heredado de aquellos años sigue reinando, pero la situación la han agravado un gobierno para el que la crisis económica ha sido la excusa perfecta para recortar servicios y derechos y un Real Decreto, el 20/2012 de 13 de julio, que ha sido la puntilla en la cerviz de dependientes, cuidadores y profesionales especializados en ellos, una norma que se ha cebado en las mujeres, que son la inmensa mayoría de los cuidadores, recortandoles ayudas económicas y privándoles de acceso a la Seguridad Social. Para colmo están cercenando posibles yacimientos de empleo cuando son más necesarios. El próximo 15 de mayo habrá manifestaciones en toda Andalucía para denunciar que los recortes han acabado con el 30 por ciento de los puestos de trabajo en el sector. El mes pasado el diario Levante criticaba la decisión adoptada por la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia valenciano que viene a avalar decisiones de la Consellería de Bienestar Social cuando se opone a que los herederos de los dependientes fallecidos sin cobrar la pestación, pese a tenerla aprobada, puedan percibir la ayuda.

Jorge Moragas
Tras el programa de televisión dedicado al tema por el periodista Jordi Évole, Libertad Digital se escandalizaba porque el presentador llamara por sorpresa al político Jorge Moragas para que diera explicaciones a un discapacitado por la carta-formulismo que le había enviado meses antes. Resulta paradójico que imparta lecciones de ética y deontología un medio a cuya ampliación de capital acudió Luis Bárcenas con dinero de la caja B del Partido Popular. Entretanto de lo importante, los más vulnerables, nadie se acuerda. Otras víctimas de la propaganda y las mentiras políticas.


viernes, 18 de abril de 2014

Austericidas: ¿Cinco años más?

El 25 de mayo -falta algo más de un mes- se renovará el Parlamento Europeo para los próximos cinco años; y eso llevará aparejados cambios en otras instituciones como la Comisión. La pregunta es si habrá un cambio real o, como parece probable, tendremos cinco años más de lo mismo. El último lustro ha sido una hégira condicionada por la crisis económica y con la austeridad -con su estela de recortes en gastos y servicios- como único tratamiento admitido para salir de la primera. Dicha austeridad ha estado acompañada por la corrupción política y económica en muchos puntos de Europa, un desempleo intolerable, una Comisión en manos de la derecha y unos organismos económicos al servicio de intereses financieros y especulativos. Todos insisten en la importancia de estas elecciones, les interesen realmente o no, pero además la socialdemocracia intenta marcar diferencias vinculando austeridad y recortes al dominio de las derechas europeas y desempolvando la cantinela de una Europa social en la que nunca ha creído pues ni siquiera sabe qué es. Socialdemócratas y democristianos gobiernan Alemania en coalición y en su acción de gobierno brillan por su ausencia las políticas sociales y el progresismo; ¿No ha pactado Matteo Renzi sus principales reformas con Silvio Berlusconi? François Hollande sólo ha sabido responder al revés de los socialistas en las elecciones municipales abrazando con entusiasmo una política de recortes sociales y bajadas de sueldos ¿dónde están entonces las diferencias?

Sin embargo hay que tener mucho cuidado con las alternativas a esa entente. Parece claro que no pueden serlo los nacionalismos que, centrifugando Europa hacia la disgregación, se oponen a las fuerzas centrípetas de la unidad. Tampoco los xenófobos que promueven una Europa blindada frente al exterior. No nos sirven esos grupúsculos nacionales de derechas, izquierda o centro que con estas elecciones sólo buscan justificarse dentro de sus estrechos límites estatales sin ninguna vocación europea ¿qué pintan en Estrasburgo UPyD, Ciutadans, Vox o el Partido X? Pero además me niego a que la alternativa sea una izquierda que echa de menos la RDA y el muro de Berlín y que admira la ambición expansionista e imperial de Putin. Coincido con las palabras de despedida de la Eurocámara de Daniel Cohn-Bendit: Una Europa federal es el futuro del bienestar social. En vuestras -nuestras- papeletas el 25 de mayo puede estar la solución al enigma; ojo, no a la crisis. Esas soluciones se las dejamos al ministro español de Economía, el hermano más feo de los Lehman.

sábado, 12 de abril de 2014

Bolivarianos

Están por todas partes, pero no son una plaga; deben existir aunque a veces resulten molestos. Se lo dijo Joselito el Gallo a Ortega y Gasset cuando se enteró de cómo se ganaba la vida y éste le explicó por encima en qué consistía eso de la filosofía: Tié que haber gente pa tó. En el pensamiento político de estos primeros años del Siglo XXI,  y creo que en todas las épocas, proliferan las mentalidades que siempre anteponen la repetición de consignas aprendidas al razonamiento. Cuidado algunos porque voy a dar donde más os duele; ya veo acumularse los apesta en las casillas de valoración de la entrada de más abajo. Además os tranquilizaré diciendo que aquí se publican, sin censurar, todos los comentarios que no sean spam. Por otra parte estoy acostumbrado; no sería la primera vez que lo publicado en un artículo me lleva a perder una amistad.

Será que los otros están más acostumbrados a mis críticas, lo cierto es que en casos de desavenencias graves como he citado los golpes siempre me han venido por la izquierda por poner en duda alguna de sus verdades de fe. Los llamo bolivarianos porque suelen coincidir en una admiración acrítica hacia la supuesta revolución fundada por Hugo Chávez en Venezuela y los gobiernos amigos del caribeño. No dudarían en maquillar la realidad y, como Chávez, repintar los retratos del libertador para transformar a aquel tipo calvo y achaparrado que inspiró la creación del Partido Conservador de Colombia en un apuesto héroe del progresismo. Sin salir de dicho país en conflicto silenciarán o tacharán de manipulación capitalista los informes de Amnistía internacional que hablan de violencia organizada desde el poder y la oposición contra el pueblo de Venezuela. Tampoco creerán aquel reportaje de El País que denunciaba las condiciones de semiesclavitud de los médicos cubanos en Venezuela, trabajando por menos de doscientos euros al mes. Recientemente el líder bolivariano manchego Cayo Lara criticaba con dureza a la Unión Europea por firmar un acuerdo de asociación con el gobierno de Ucrania surgido, dijo, de un golpe de Estado. Triste es que un autoproclamado revolucionario confunda una revuelta popular con un punch militar, aunque tal vez los límites no sean muy nítidos 
¿Acaso no fue un golpe de estado -revolucionario- lo que hizo posibles todos los gobiernos democráticos portugueses desde el 25 de abril de 1974 hasta hoy? Hay bolivarianos nostálgicos del imperio soviético que ven con envidia a Putin empujando las puertas doradas del Kremlin.

Quedándome en el bolivarismo de aquí, permítanme recordar una fecha, el pasado 22 de marzo. Aquel día confluyeron en Madrid las llamadas Marchas de la Dignidad que todos sabemos como acabaron. Los organizadores que no se molestaron en organizar ni un servicio de orden no tardaron en desvincularse de los elementos de extrema izquierda y derecha que convirtieron el final de la manifestación en actos de terrorismo urbano en los que hubo intentos de matar policías. Pero se lavaron las manos de lo sucedido y acudieron a las puertas de los juzgados para exigir la liberación de unos detenidos bajo acusaciones muy graves, llamando provocadores a los antidisturbios, sin una palabra de condena de la violencia. En muchos medios de comunicación durante los días siguientes la obsesión fue desvincular una manifestación pacífica de la violencia posterior, pero, lo siento, yo esa desvinculación no la veo tan clara. Aunque comprenda y apoye las causas económicas y sociales de las marchas, me chirrían las consignas bolivarianas coreadas y escritas en las pancartas y sigo sin entender qué pintaban allí las banderas cubanas. Los tentáculos de esa clase de izquierda llegan a todos los rincones. Buena la ha montado la bolivariana consejera andaluza de Fomento y Vivienda saltándose las listas de espera para conceder viviendas sociales a los okupas de la llamada Corrala Utopía, un acto mucho más demagógico y mediático que ocuparse de unos pobres anónimos y sin cara. La broma le ha costado un susto a la coalición de perdedores que gobierna Andalucía. Ya se sabe: quien con niños se acuesta...

 Yo por mi parte me aplico la consigna cantada por Kiko Veneno: Yo lucho, y después siempre me ducho.

miércoles, 9 de abril de 2014

Playlist nº 56: Melodías para el Ángel Caído

La iglesia católica lo pondrá en duda pero los hermanos Louvin' lo tenían bien claro: Satán es real. Que le pregunten a Simón del Desierto, que aguantó estoico sus tentaciones sin bajarse de su columna. Los iraníes incluso distinguen un gran y un pequeño Satán. Lo cierto es que en el rock y otros estilos el Maligno es mucho más popular que Dios. Si te atrapa esta lista, rápido, acude al padre Karras.

1. Fernando Alfaro: Extintor de infiernos
2. Grateful Dead: Friend of the Devil
3. Louvin' Brothers: Satan is real
4. Johnny Cash: Devil's right hand
5. Sugarcubes: Delicious demon
6. The Smiths: Handsome devil
7. Bruce Springsteen: Devil's arcade
8. Elvis Presley: (She's a) Devil in disguise
9. Robert Johnson: Me and the devil blues
10. Skip James: Devil's got my woman
11. Pink Floyd: Lucifer Sam
12. The Rolling Stones: Simpathy for the devil
13. Alaska y Dinarama: El diablo anda suelto
14. Aeropuerto: Demonios y reproches
15. Queen: Bohemian rhapsody (Beelzebuh was a devil put aside for me)
16. AC/DC: Hell's bell
17. American Music Club: The devil needs you
18. Iron Maiden: The number of the beast
19. Def Con Dos: El día de la bestia
20. Miguel Bosé: Don Diablo

sábado, 5 de abril de 2014

Elena y Nicolae

Están los dos sentados, con un fondo raso detrás, en el ángulo recto que forman dos mesitas de formica marrón. Del decorado no se ve más: puede que estén en una escuela, una cantina o un local de la administración. Ella lleva un abrigo claro; en la cabeza un pañuelo de campesina. Él viste abrigo oscuro y bufanda; ha dejado en la mesa su chapka de piel. Tienen todo el aspecto de una pareja de jubilados.
La cámara los enfoca todo el rato con pequeños zooms, adelante y atrás. No enfoca a los hombres que tienen enfrente. No se ve a un hombre que, fuera de campo, con voz colérica y monótona, acusa a los dos ancianos de haber vivido en un lujo desenfrenado, de haber matado niños de hambre, de haber cometido un genocidio en Timisoara.
Tras cada salva de acusaciones, ese procurador invisible les invita a responder; el hombre responde que no reconoce al tribunal que los juzga. La mujer, por momentos, se rebela, discute; entonces su marido, para calmarla, le coge la mano en un gesto emotivo y familiar. De vez en cuando echa un vistazo al reloj: al parecer, esperaba la llegada de tropas que les liberaran. Pero esas tropas no llegaron nunca, y así pasa media hora. Elipsis. El siguiente plano muestra sus cadáveres ensangrentados sobre el asfalto de una calle, un patio o no se sabe qué.

De esta forma contemplaba por televisión Edvard Limónov, el protagonista de la novela de no ficción escrita por Enmanuel Carrere, el juicio sumarísimo y la ejecución, en la Navidad de 1989, durante la caída del régimen comunista rumano, de Nicolae Ceaucescu y su esposa Elena Petrescu. Limónov reconoce que eran dos criminales pero mantiene que en aquella farsa la dignidad está del lado del anciano matrimonio y resalta los gestos de ternura entre una pareja de viejecitos enamorados que la Historia nos ha retratado como dos monstruos sanguinarios.

Los abusos de la dictadura de Ceaucescu están bien documentados y es sabido que Elena, su esposa desde 1945, pese a ser una ingeniera química brillante, obtuvo su doctorado por métodos oscuros que costaron el puesto a más de un profesor que se negaba a pasar por el aro; la adulación que rodeaba a la pareja le proporcionó doctorados honoris causa por todas las universidades del país. También es conocido que su distanciamiento del bloque soviético proporcionó a Ceaucescu simpatías y agasajos en lugares insospechados y que varios dirigentes comunistas de Occidente, como el español Santiago Carrillo, sentían prdilección por veranear en la costa del Mar Negro, en Constanza. Pero no han pasado 25 años de la caída del muro de Berlín y ya hemos fabricado una Historia a conveniencia según la cual la debacle de los gobiernos que firmaron el Pacto de Varsovia e implantaron el socialismo real fue una transición modélica a la democracia. Para ello cerramos los ojos ante imágenes desagradables como el simulacro de juício a los Ceaucescu y cerramos los ojos para no ver ni recordar el régimen corrupto que Ion Iliescu trajo después a los rumanos y como cinco lustros después Rumanía y Albania siguen hundidas en la pobreza y cerca del hambre. Del mismo modo nuestro egocentrismo europeo que nos hace sentirnos superiores nos colocó en el bando equivocado durante la desintegración violenta de Yugoslavia: Nos pusimos al lado del integrismo islámico de Bosnia y los neonazis y ustashis croatas;
bombardeamos Belgrado y permitimos la aberrante secesión de Kosovo-España no lo hizo por miedo al contagio en Euskadi y Cataluña, pero el daño ya era irreparable-. En fin que nos hemos fabricado una Historia que es como goma de mascar en la que el fin, una franquicia democrática homologable e idéntica en cualquier rincón del Viejo Mundo, justifica cualquier medio.