martes, 2 de junio de 2009

Último artículo publicado en Granada Hoy

Motivos para no creer


En Chile la Justicia ha logrado detener y procesar, treinta y seis años después, a uno de los asesinos y torturadores del cantante Víctor Jara. En España un gobierno de izquierdas nos cuela por la puerta de atrás el fin de la jurisdicción universal para que a ningún molesto juez se le vuelva a ocurrir perseguir a tiranos, torturadores y sacamantecas con galones por todo el orbe. En Chile, aunque el peor de los criminales, Augusto Pinochet, murió en la cama, aún cabe el “nunca es tarde” como consuelo. En España no.


En España un gobierno conservador se alió con el laborista británico –con algún empujoncillo desde el Vaticano- para dejar escapar a Pinochet del mismo juez al que una milicia neofascista que se autodefine como sindicato pretende hoy procesar por creer que setenta años son ya demasiados para que sigan los muertos desperdigados por los campos e impunes los crímenes de aquella Cruzada de militares bajo palio. En España no es que nunca sea tarde, es que nunca parece ser el momento.


Ayer Aznar ponía chinas en el camino de la justicia universal. Hoy Zapatero alía civilizaciones empezando por globalizar la impunidad: En Chile, El Salvador, Israel, Guantánamo o Sudán los criminales pueden estar tranquilos. Si un gobierno así le hubiese ganado la guerra a Hitler no habríamos tenido Núremberg.


Tampoco para el otro partido de esta España bipolar nunca es el momento. Se pretende desconectado de un pasado de muerte, terror y vergüenza, pero se le eriza el pelo cuando oye hablar de abrir fosas, de exigir responsabilidades a aquellos con quienes, dice, nada les emparenta. Se mueve exclusivamente en los márgenes de lo democrático y lo correcto, pero jalea las hazañas de Manos Limpias -¡Qué nombre tan sucio!-, Peones Negros, Hazte Oír y otras milicias de asalto que hacen el trabajo sucio.


Si quienes tienen el deber de defender la justicia renuncian o ellos mismos la vulneran nos queda la amargura. Al final será mucho más lo que les iguale que la diferencia. Los unos con sus trajes regalados, sus Gürtel, sus amiguitos del alma con chequera; celebrando a clérigos a quienes les importa más un embrión que un niño violado. Los otros cogiendo aviones militares para ir a mítines o a las Fallas, colocando sin rubor a la familia para subvencionarla después, incapaces y desganados para asumir que solo contra el capitalismo se saldrá de la crisis del capitalismo. Ambos con sus redes clientelares, sus feudalismos territoriales y sus medios de comunicación serviles, haciendo de la corrupción la columna vertebral del Sistema y el objetivo final de sus ambiciones de poder. Ambos pretenden que el domingo que viene consolidemos su toma y daca, que volvamos a encontrar, como decía el eslogan de uno de ellos en otras elecciones, “motivos para creer”. Va a ser que no.


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