domingo, 25 de julio de 2010

Bolsas de basura


El Granada Club de Fútbol ya es galáctico. Es capaz de movilizar a Inagra, la policía y hasta la grúa para rescatar del contenedor las bolsas de basura en las que acabó el dinero de la campaña de abonos. Al presidente del club don Enrique Pina -no tengo confianza para llamarle Quique- le molesta que se compare esto del dinero en bolsas con las andanzas del ex alcalde de Marbella Julián Muñoz, que sacaba la basura de fuera hacia dentro de su casa. Pina debería saber que los hombres públicos además de ser honestos -y él seguro que lo es- no deben parecer sospechosos. Si con 400.000 euros de deuda con ex jugadores y el club en concurso de acreedores se descubre que el dinero se maneja de forma tan pedestre y poco transparente, entenderá que si veo venir a un directivo del Granada con una funda de violín bajo el brazo me cambie de acera silbando la melodía de El Padrino para disimular.

Se es sospechoso si hoy en día sólo se acepta metálico, rechazando el pago de abonos con tarjeta o por domiciliación bancaria; se es sospechoso si se empieza negando que en las bolsas había dinero cuando en las fotos se transparentaban los billetes de 200. El billete grande es sospechoso en sí mismo. Precisamente en la administración de Loterías bajo la sede del Granada vi por primera vez uno de 500. Un entonces directivo del club pagó unos décimos sacando del bolsillo de la camisa un fajo bien gordo de billetes morados. Para guardar dinero no hace falta llegar al extremo de la señora detenida en el aeropuerto de Oslo con 20.000 euros dentro de la vagina; pero las bolsas de basura, además de antiestéticas, forman parte de la iconografía criminal. En el antiguo México -hoy Narcolandia- hay muchas posibilidades de acabar a trocitos dentro de una. También Michael Jackson acuciado por las deudas ocultaba el dinero en bolsas de basura.



De este espectáculo bufo me preocupa lo que nadie cuenta: qué ha sido de la limpiadora que encontró el montón de papeles en un paragüero -según la versión oficial- e hizo lo más cívico, llevarlo al contenedor azul. No me extrañaría que pagara con su puesto de trabajo el ridículo de sus empleadores y pido a los sindicatos que vigilen la situación laboral de esta mujer, que espero siga regularmente poniendo orden y aseo en el piso de la calle Recogidas.

Se queja el presidente del Granada de que se eleve a noticia nacional el episodio del dinero reciclado, para él una anécdota. Si echa un vistazo a esos telediarios cuyo primer titular presenta las inexistentes drogas auditivas como lo último en viajes psicotrópicos y el segundo la visita del alcalde de O Carballiño al acuario de Oberhausen para nombrar al pulpo Paul Amigo Predilecto del pueblo, entenderá mejor que hasta un columnista tan serio como el firmante se vea tentado de comentar este esperpento.

martes, 20 de julio de 2010

El camino a Damasco del telepredicador



En el último de los sermones de la temporada, para despedirse de sus hoy más bien escasos seguidores en CNN+, el rey de los predicadores radiofónicos, con permiso de Jiménez Losantos, el faro de la progresía confiesa haber tenido una revelación. Ha caído del caballo como Saulo en el camino a Damasco y tras años de prédica de los principios democráticos de la gente civilizada, tras décadas proclamando la fe progresista dentro de un orden y la socialdemocracia europeista, ha descubierto que esto no es una democracia, que los gobiernos son títeres del mercado, que a la socialdemocracia se le permite gobernar siempre que no aplique su programa. Iñaki ha visto la luz y se pregunta qué hacer ahora. Es esa la duda que me preocupa: ¿Veremos a Gabilondo convertido en antisistema? ¿Será el profeta de unos nuevos años de plomo? ¿Le veremos defender la respuesta violenta, el último recurso? ¿Cómo será el primer sermón de septiembre?

Seguro que no es para tanto, que Iñaki volverá a creer en el orden natural de las cosas. Pero no deja uno de maravillarse de que a su edad y con su experiencia sea para él una revelación entrever quiénes son los verdaderos amos del cotarro y qué lejana está nuestra condición real de súbditos de nuestra supuesta naturaleza de ciudadanos. En este blog lleva uno hablando desde hace dos años de eso mismo, y sin haber descubierto la pólvora, pues otros muchos vienen contando lo mismo y mejor. Unos cuantos ejemplos:

lunes, 19 de julio de 2010

Fuerzas motrices


Si Cataluña llega a ser un estado soberano, en la hoy Plaza de España de Barcelona se erigirá un monumento a Mariano Rajoy como principal artífice de la independencia. Nadie ha hecho tanto como el Partido Popular por la secesión de los catalanes. Si el agravio y la victimización es alimento de los nacionalismos, ese victimismo lo engorda el cebo con que Rajoy pesca en aguas de la extrema derecha. La cortedad de miras, la exclusión y los absurdos del nacionalismo, reflejados en algunos párrafos del Estatut, no se combaten con más estupidez; no se apaga el fuego con gasolina.

Van provocando: Batallan en tribunales politizados lo que pierden en instituciones representativas; enarbolan como una Biblia una Constitución imperfecta, con la "indisoluble unidad de España" impuesta frente a la razón, que a poco que se ejercite nos indica que juntos nos va mejor. Cataluña no sería ya un problema si hubiéramos superado esta Constitución y optado por el federalismo y el derecho a decidir.

La provincia francófona de Quebec, con población similar a Cataluña y reconocida como nación dentro de Canadá, ha celebrado dos plebiscitos sobre su independencia. En ambos el separatismo fue derrotado. Es más que probable que si a quienes viven en los territorios españoles con aspiraciones nacionalistas se les pregunta, opten por permanecer, bajo la fórmula que sea, en la nación común, pues hay más sentido común en los pueblos que en los políticos.



Tendemos a asumir que lo importante para los políticos lo es también para el pueblo. En la manifestación del 10 de julio contra el recorte del
Estatut oficialmente participó un millón de personas. Pero la empresa Lynce, que contabiliza para la Agencia Efe aglomeraciones humanas mediante tratamiento informático de imágenes, reduce la participación a 56.000 personas.
Esta firma ya demostró que el millón y hasta dos millones de presuntos asistentes a los saraos antiabortistas montados en Madrid por la ultraderecha se quedaba en poco más de 55.000 almas, o que el millón del último Orgullo Gay eran solo 51.000. Ni uno ni dos millones coreando consignas en la calle significa que Cataluña quiera ser independiente ni que España esté contra el aborto, pero si apenas pasan de cincuenta mil menos aún pueden los organizadores de manifestaciones representar el sentir popular. ¿Se acuerdan de cuántos fueron a votar el Estatut?

Cuando se habla de la fuerza centrípeta que para unirnos generan las celebraciones deportivas y la desacralización de las banderas -lo mejor que se puede hacer con las banderas es banalizarlas y convertirlas en elementos de la juerga colectiva-, la paradoja es que la fuerza centrífuga que nos separa la ejerza esa derecha española y españolista cuyo abrazo es el del oso. De esa España almidonada, adusta y santurrona yo también saldría corriendo.

lunes, 12 de julio de 2010

Segunda muerte del tren


Mapa y tabla: ABC


Nos manifestamos por las autovías, exigimos el AVE cuanto antes, ¿A qué tantas prisas? Por querer llegar antes se nos olvida llegar. Soñando con trenes bala pasa desapercibida la segunda muerte del tren de siempre. Igual que hace treinta años, estamos a punto de asistir a un nuevo desmantelamiento del ferrocarril convencional en toda España, un recorte que también afecta a Granada. El Ministerio de Fomento ha iniciado el proceso para cancelar servicios ferroviarios, hasta treinta líneas de media distancia y largo recorrido. Según José Blanco, el Gobierno ha de suprimir servicios con pocos usuarios dado que su mantenimiento absorbe muchos recursos que no caen del cielo. Esos recortes incluyen líneas deficitarias -la Granada-Linares Baeza, con ocho mil pasajeros al año, 12'5% de ocupación y 540.000 euros en pérdidas-, pero también otras sin pérdidas, como la línea Málaga-Granada-Barcelona, que alcanza el 53% de ocupación y transporta a 98.600 viajeros.

Siempre que se pone la rentabilidad por encima del servicio público, Europa está de por medio. Bruselas obliga a definir el concepto de prestaciones públicas con el objetivo de reducir las subvenciones estatales. Sin apoyo financiero del Estado, las pérdidas de explotación de Renfe agotarían sus recursos en poco más de cuatro años. Desde el punto de vista puramente económico no se justifica mantener trazados que generan pérdidas de 34 millones de euros, pero se suponía que el Estado social debe garantizar el interés general como criterio prevalente. Las líneas condenadas a muerte tienen paradas intermedias en núcleos sin las alternativas de las capitales. Son pueblos envejecidos y, por tanto, con muchos usuarios dependientes del transporte público. Además la desaparición del tren en zonas como la Ruta de la Plata es una pérdida patrimonial y cultural inmensa. Y desde el punto de vista ambiental, las autovías y la alta velocidad son depredadores de suelo, mientras el tren convencional es mucho más sostenible, aunque de esto sólo los vascos parecen haberse dado cuenta.



Toca pasar la guadaña a los gastos en función de su eficiencia y ahora es el turno de los servicios públicos deficitarios. Con el tren de nuevo se impone la miopía. Hace tres décadas los gobiernos optaron por primar al vehículo privado llenando el país de autovías y dando el primer golpe mortal al tren. El cierre de la comunicación de Granada con el Levante por Guadix o la renuncia a comunicar Andalucía con Portugal por tren fueron errores garrafales. Hoy, pese a tanta palabrería sobre la sostenibilidad seguimos anclados en el desarrollismo de entonces. Eso sí, cuando desaparezcan las viejas líneas de ferrocarril nos mostrarán orgullosos las “vías verdes” que dejarán en el lugar por donde pasaban las vías. El tren ha muerto, ¡viva el senderismo!


sábado, 10 de julio de 2010

Todos queremos ser Steve McQueen (La camiseta del mafioso)


Cayó cerca de Nápoles Cesare Pagano, uno de los jefes del clan de los Amato, o de los Españoles, como los denominaba Roberto Saviano dado que este grupo de la Camorra se asentó en la Costa del Sol y en Granada. La detención probablemente es sacar una gota de agua del mar de poder mafioso que contamina las instituciones y las empresas en toda Italia. Lo que me llama la atención es un detalle anecdótico, la camiseta que llevaba Pagano en el momento de su detención. El tópico te lleva a imaginar a los mafiosos disfrutando en el deuvedé de su palacete de la saga completa de El Padrino, la remasterizada por Coppola, admirando al Toni Montana atiborrado de cocaína que interpretaba Al Pacino en El Precio del Poder, o acompañando a James Gandolfini al psicoanalista en Los Soprano. Al mafioso siempre le ha encantado la mitología que su propia figura ha inspirado al cine.



Pero no, Cesare Pagano fue fotografiado con las esposas a la espalda y una imagen de Steve McQueen serigrafiada en su camiseta. Esta vez el mafioso, notablemente mejor alimentado que McQueen, se decantó por el héroe cool por excelencia, el solitario que marcaba estilo a cada movimiento, que necesitaba quemar adrenalina connstantemente, el paradigma del vive rápido y muere joven.


You can page me all night long
But you won't catch this freebird
I'll already be long gone
Like Steve McQueen
All we need's a fast machine
(Sheryl Crow)


Y es que, ¿quién demonios no adora a Steve McQueen?
 

lunes, 5 de julio de 2010

Como Dios manda

Todo como Dios manda: Ellos, los varoncitos, de Tejero, de A mi la Legíon , de Botón de ancla; ellas, las nenas, de Las chicas de la Cruz Roja, cada uno en su sitio y todos jurando la bandera de la Patria. Sólo faltó la Virgen del Rocío, porque curas ya los ponía el colegio. Era la fiesta de fin de curso de 2º de Infantil de los Maristas de Sanlúcar la Mayor y no faltó un ingrediente, incluidos los papis encantados, salvo que la fecha que marcaba el calendario era 2010 y no 1940. Una duda... La foto que se ve al fondo del escenario ¿es la del Caudillo?


Documentando el despilfarro


La construcción de un aeropuerto en un secarral en mitad de La Mancha, hoy un aeropuerto fantasma abandonado por las aerolíneas, gestionado judicialmente por estar en concurso de acreedores y financiado por una caja de ahorros ruinosa -CCM- intervenida por el Banco de España, recuerda al gafado proyecto del Quijote de Terry Gilliam. El sueño faraónico de la impresentable clase política española ha tenido muchos otros ejemplos: la autovía de seis carriles en Ibiza, otro proyecto de aeropuerto en Huelva, a 100 kilómetros de los de Sevilla, Jeréz y Faro, una universidad pública para cada provincia andaluza, más kilómetros de AVE y autovía que en cualquier otro lugar de Europa... o las pintorescas inversiones del Plan E: un spa rural para Arroyo de San Serván (Badajoz), el Parque Verano Azul de Nerja o el circuito de automodelismo en Elche y el de motocross en Moraleja de Sayago (Zamora). Pero el caso del llamado Aeropuerto Central de La Mancha llama la atención en toda Europa, por lo que tiene de símbolo, por un lado de unos políticos que han creado la demanda, la oferta, la necesidad y la solución cuando ninguna de ellas existía con tal de dejar su impronta, y por otro de cómo esos mismos políticos han manejado a su antojo y para sus fines a las cajas de ahorros y pretenden seguir haciéndolo. La televisión pública suiza emitió este reporeaje del periodista Markus Boehnisch en el que se ponía de ejemplo al aeropuerto de Ciudad Real de las políticas que han profundizado la crisis en España. El periodista manchego cuyas declaraciones aparecen es Carlos Otto, despedido de El Día de Ciudad Real tras haber criticado una infraestrusctura que tiene entre sus promotores al dueño del periódico, Domingo Díaz de Mera.

El aeropuerto fantasma from Markus Böhnisch on Vimeo.

A la Caja de Castilla-La Mancha la metieron en el berenjenal del aeropuerto los políticos manchegos del PP y del PSOE. A toda costa los políticos quieren seguir manteniendo su control total sobre las cajas para no encontrar obstáculos en la financiación de sus caprichos. Sólo así se explica el empeño del Gobierno andaluz -y de IU- en sacar adelante como sea la Caja Andaluza, para subordinarla a la Junta y a los antojos de quienes la gobiernen. Por cierto, si en Ciudad Real, o en Huelva, por la cosa del localismo, querían un aeropuerto, bastaba pedirles a un aeródromo cercano un cambio de nombre. Tal fue la imaginativa solución dada por las Diputaciones de Jaén y Granada a la imposibilidad de volar a la capital jiennense: se rebautizó el aeropuerto de Granada, dándole de paso el puntito cultural, Aeropuerto Federico García Lorca de Granada y Jaén y... ya tienen aeropuerto los jiennenses. Eso sí, para que se lo creyeran un poco más les pusieron un autobus lanzadera que recorre los 99 kilómetros de distancia, subvencionado por la Diputación, y que tiene una media de uso de un pasajero al día. Supongo que al conductor no lo cuentan. Sobre el despilfarro en infraestructuras podéis ver también este reportaje de Jon Sistiaga para Cuatro.

Mi mundial




Comienzo a escribir este artículo mientras veo el Paraguay-España y lo habré acabado cuando termine el partido. Lo mío con el fútbol es una afición moderada, no apasionada, pero reconozco que me gusta fumar este opio de los pueblos, y ya debo haberme convertido en una de “las almas pequeñas saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan”, de quienes se burlaba Rudyard Kipling. Negocio, política y mercadotecnia aparte, algo debe quedar de lo que Antonio Gramsci elogió como “reino de la lealtad humana ejercida al aire libre”.

A veces el fútbol dice mucho de los países. Hoy lo vimos en el ridículo de Argentina, una nación culta y creativa con un defecto incurable: la credulidad que les hace adorar como a un mesías al primer impresentable endiosado que promete salvarles: Perón, Evita, los Menem... y Maradona, un futbolista que fue único durante unos años pero que no sabría entrenar a un tercera. Solo la mitomanía enfermiza de los argentinos ha podido convertirle en seleccionador nacional.

De toda la fiebre mundialista me carga la superabundancia de banderas españolas, porque desconfío del patriotismo agazapado tras la épica deportiva y de quienes lo utilizan en su provecho. Hay banderas por todas partes, como si estuviéramos en los Estados Unidos tras el 11-S. Unos vecinitos adolescentes ponen la nota discordante: ellos, por valentía o por incordiar, también han colgado del balcón una bandera española, la tricolor, de la Segunda República, que enarbolaban el Barça y la selección de Euskadi que durante la Guerra Civil fueron la embajada futbolística en el mundo de la España democrática acosada por Franco. Oigo que en el Orgullo Gay de Madrid hay más banderas españolas que nunca a causa del fútbol. Debe ser una prueba más del asombroso intercambio de roles que se está produciendo entre gays y heterosexuales: Al gay le gusta el fútbol ¿qué pensaban? Hoy entre los homosexuales masculinos triunfan las actitudes viriles, el pelo, la barba, la barriguita, el estilo Xabi Alonso, Zidane, Cantona... mientras se impone el hetero nenaza, esclavo del gimnasio, depilado y de cejas perfiladas: Cristiano Ronaldo. En el fútbol caben ambos modelos.

Uf, ha costado, pero al final Iker y Villa nos han metido en semifinales. Ahora Alemania. No solo por la selección española, sino por cortesía hacia los anfitriones surafricanos hay que ganar a los alemanes, como los holandeses deberían caer ante la Uruguay que inventó el fútbol moderno -lean El fútbol a sol y sombra de Eduardo Galeano, una delicia, de donde extraigo las citas de Gramsci y Kipling-. Que Holanda y Alemania disputen la final sería una injusticia histórica: Tantos años de lucha contra el apartheid, tanto esfuerzo para que la mayoría negra obtuviera el lugar que le corresponde y que el mundial de Surafrica lo ganen los malditos bóers.