sábado, 10 de julio de 2010

Todos queremos ser Steve McQueen (La camiseta del mafioso)


Cayó cerca de Nápoles Cesare Pagano, uno de los jefes del clan de los Amato, o de los Españoles, como los denominaba Roberto Saviano dado que este grupo de la Camorra se asentó en la Costa del Sol y en Granada. La detención probablemente es sacar una gota de agua del mar de poder mafioso que contamina las instituciones y las empresas en toda Italia. Lo que me llama la atención es un detalle anecdótico, la camiseta que llevaba Pagano en el momento de su detención. El tópico te lleva a imaginar a los mafiosos disfrutando en el deuvedé de su palacete de la saga completa de El Padrino, la remasterizada por Coppola, admirando al Toni Montana atiborrado de cocaína que interpretaba Al Pacino en El Precio del Poder, o acompañando a James Gandolfini al psicoanalista en Los Soprano. Al mafioso siempre le ha encantado la mitología que su propia figura ha inspirado al cine.



Pero no, Cesare Pagano fue fotografiado con las esposas a la espalda y una imagen de Steve McQueen serigrafiada en su camiseta. Esta vez el mafioso, notablemente mejor alimentado que McQueen, se decantó por el héroe cool por excelencia, el solitario que marcaba estilo a cada movimiento, que necesitaba quemar adrenalina connstantemente, el paradigma del vive rápido y muere joven.


You can page me all night long
But you won't catch this freebird
I'll already be long gone
Like Steve McQueen
All we need's a fast machine
(Sheryl Crow)


Y es que, ¿quién demonios no adora a Steve McQueen?
 

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