
¡Saltad, bastardos!
La cultura de la codicia que hoy todos denigran -aplicando imposibles postulados morales al latrocinio institucional que ha sido, es y será el capitalismo especulativo- tiene su traducción castiza: Aquí lo llamamos cultura del pelotazo y Andalucía ha sido bastión de una manera de obrar tan carente de ética como sobrada de excusas –creación de riqueza, puestos de trabajo, desarrollo…- que ha hermanado a políticos de todas las razas –escribir sensibilidades sería un oximorón-, promotores, listillos y aprovechados sin cuento. Incluso cuando el zapaterismo trajo un tímido giro hacia la ética del bien común y la condena moral de la especulación, por aquí gobernantes, lacayos y ricachones han mantenido bien alta la mirada de suficiencia de quien disfraza de interés general el provecho personal. Fíjense en un Gobierno –el de Chaves- poniendo al frente de lo público a contratistas que llevan años haciendo pingüe negocio privado a su costa: ¿Saben a qué medio de comunicación me refiero, verdad?
También el frente ultraliberal se aferra a esa cultura: Miren al gobierno de Madrid perpetrar el peor robo que se le puede hacer a la ciudadanía, el de su salud. Pisotean derechos constitucionales regalando al capital privado hospitales construidos con dinero público. ¿Han reparado los madrileños que votan a Aguirre en su admirado modelo estadounidense?: No son las hipotecas la primera causa por la que los norteamericanos se declaran en bancarrota; es debido a las facturas médicas. Ese futuro nos preparan quienes privatizan la Sanidad pero exigen que el dinero de los impuestos salve el trasero a la banca, un dinero que en ningún caso bajará el precio de la gasolina que le pones al coche, que no te protegerá contra la pérdida de tu casa.

No hay comentarios:
Publicar un comentario