lunes, 2 de marzo de 2009

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Seis grados


¿Qué relación media entre el pintor y escultor Guillermo Pérez Villalta y el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt? Ni siquiera necesitamos aplicar la teoría de los seis grados de separación –sobran grados- ni meter en el ajo al actor Kevin Bacon –que casi siempre aparece en dicha teoría-. Les demostraré que uno puede empezar escribiendo sobre la Gran Depresión de los años treinta y acabar desatornillando “El instante preciso” de lo alto del Ayuntamiento de Granada.

Con la política que él mismo bautizó como el New Deal, el trigésimo segundo presidente de los EE.UU. no sacó a su país de aquella terrible crisis económica ni acabó con el desempleo –de eso se encargó la Segunda Guerra Mundial-, pero sí evitó que la economía norteamericana se hundiera del todo. Lo hizo forzando a la banca a dar créditos más baratos y abundantes; favoreció el comercio exterior eliminando el patrón oro, convirtió al Estado en motor de la Economía nacional mediante la obra pública. Una pesadilla keynesiana que aún hoy mortifica a los liberales.

El sucesor de Roosevelt y presidente cuadragésimo cuarto, Barack H. Obama, ante una calamidad económica muy similar a la Gran Depresión, ha recurrido en su paquete de estímulos a la Economía y en su proyecto de Presupuestos a medidas casi idénticas a las del New Deal: Recortes de impuestos a empresas y a personas, inversión pública en vías, puentes, escuelas y salud, y estímulos a quienes investiguen o produzcan fuentes de energía alternativa. Obama, que no es precisamente un radical, tampoco se ha cortado a la hora de abordar la nacionalización parcial de algunos bancos.


Un ferviente admirador de Obama, el español José Luis Rodríguez Zapatero, ante el desastre económico en que también su país está sumido, reaccionó destinando el tres por ciento del PIB a respaldar a la banca más solida del mundo. El paso siguiente ha sido un plan de inversiones en obra pública –ya conocido como Fondos Zapatero- complementado en Andalucía por el plan autonómico Proteja. ¿Pero acaso el New Deal de Zapatero construirá vías y carreteras? Bueno, alguna rotonda sí; ¿Escuelas, hospitales?... Ni pensarlo, que luego hay que llenarlos de maestros y de médicos, y a esos hay que pagarles un sueldo. No… El New Deal español hará un país mejor a base de construirle una piscina a Loja, una oficina de turismo a Guadix y un edificio de usos múltiples -¿qué demonios será eso?- a Gor; el alcantarillado del Paseo del Salón que debía haber pagado la empresa de aguas y -casi se me olvida- las obras en el Ayuntamiento de Granada que el alcalde aprovechará para descabalgar de su fachada El instante preciso, la estatua ecuestre que Pérez Villalta creó en 2002. ¿Ven cómo no han hecho falta los seis grados de separación entre un presidente neoyorquino y un artista de Tarifa?

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