"To our Fans and Friends: As R.E.M., and as lifelong friends and co-conspirators, we have decided to call it a day as a band. We walk away with a great sense of gratitude, of finality, and of astonishment at all we have accomplished. To anyone who ever felt touched by our music, our deepest thanks for listening."
La separación amistosa de R.E.M., anunciada ayer mediante un comunicado en su web, deja una sensación agridulce. No es esa despedida en la cumbre cuando ya sólo espera la cuesta abajo como aquella que en 1982 hizo aún más grandes a The Jam. No es tampoco un fundido a negro al estilo de Los Soprano como el de Pixies. El descenso había empezado hacía mucho, pero nunca, ni ahora ni cuando publicaron el peor de sus discos, Around the Sun, la caída fue tan pronunciada como muchos hoy pretenden en una afectada obsesión por evitar la hagiografía póstuma. Me parece tan innecesario subrayar la caída de nivel de sus composiciones recientes como vaticinar que la pasta les hará volver en unos pocos años. Ambas cosas se están escribiendo desde ayer en la prensa generalista. La coherencia siempre ha estado entre las virtudes de Stipe y los suyos del mismo modo que nunca se les podrá echar en cara no haberse esforzado, otra cosa es que la inspiración no siempre haya acompañado.
Con la despedida de R.E.M. se cierra una etapa de la historia del rock que seguía abierta porque eran una banda que si bien editaba discos menores que los de sus años dorados, seguía poseyendo un apabullante directo. La última actuación que vi de ellos, en 2005 -es decir, en la gira del citado Around the Sun- te hacía dejar de lado todos los recelos ante un grupo que sobre las tablas seguía demostrando por qué fue durante un tiempo la banda más importante del planeta. Seguían siendo incontestables sobre un escenario.
Entre los lugares comunes que leo en las últimas horas está el remitir su gloria y esplendor a los sobrevalorados años ochenta en los que muchos parecen vivir como en un bucle. Y, si bien en dicha década grabaron joyas como Green, Life Rich Pageant o Document, aún eran un proyecto en formación que -y ahí reside en parte su grandeza- eclosiona y se convierte en un clásico justo cuando accede al mercado mayoritario. Es decir, por un tiempo fueron mejores cuanto más vendían, o viceversa ¿Cuántos músicos pueden presumir de vender 16 millones de ejemplares de un disco que contiene canciones del nivel de las de Out of Time? Reto a cualquier crítico o aficionado a que me cite diez álbumes de la historia del rock superiores a Automatic For The People, de 1992. Fue esa la cumbre, pero es una temeridad hablar de decadencia a partir de ese momento si en 1996 R.E.M. publica el minusvalorado y fascinante New Adventures in Hi-Fi. Hay que contar Up, de 1998, entre sus mejores discos si se repasa su listado de temas -Daysleeper, At My Most Beautiful, Lotus...-Canciones como All The Way To Reno, Imitation Of Life, Leaving New York, Supernatural Superserious, Alligator Aviator Autopilot Antimatter o Überlin justifican el mantenimiento en activo de un grupo frente a tanta medianía encumbrada y convertida en hype por la prensa musical. De acuerdo en que los R.E.M. de 2011 no marcaban tendencias ni eran vanguardia de nada, pero distaban mucho de la categoría de viejas glorias.
Desaparecen y pienso en que me han estado acompañando más de media vida. Les descubrí al engancharme de Radio Free Europe, y hace 29 años de eso. Entonces se encuadraba su aparición en uno de tantos ciclos de acción-reacción. Los críticos hablaban de Nuevo Rock Americano en un momento de reivindicación de la guitarra eléctrica y de las raices cuando el reinado del sintetizador y las poses tocaba a su fin. Pero había años luz entre el proyecto musical que R.E.M. empezaba a fraguar y lo que hacían Green on Red o Long Ryders. Lo que entonces convertía a R.E.M. en algo muy diferente era el misterio. Un título de Automatic for the People podría dar nombre al territorio en el que R.E.M. se han movido siempre: Ignoreland. El misterio de que, a pesar de que en el sonido de R.E.M. las raíces no son identificables -no es folk, no es blues, no es Dylan, Young ni Guthrie-, siempre han caminado por lo que en su imprescindible blog el periodista Fernando Navarro llama La Ruta Norteamericana. Es el misterio de ser una banda arty, con formación e inquietudes intelectuales y proveniente de ambientes medianamente cultos e izquierdistas que no cuesta imaginar sonando en el coche de un redneck del Sur -nunca dejaron Georgia-, algo inimaginable en el caso de unos Pixies o unos Talking Heads. Es el misterio -que no lo es tanto- de saber manejar el éxito, que descoloca siempre a quienes necesitan tener bien marcadas las fronteras entre lo alternativo y el mainstream. Es el misterio de sus a menudo indescifrables letras o la extraña imaginería de sus vídeos lo que marca las diferencias. Por eso R.E.M. no crea escuela, son tan únicos como inimitables. Su sonido se distingue a los pocos acordes.
No lamento su despedida, probablemente era lo que tocaba, pero sí creo que se debe reivindicar el conjunto de su trayectoria como gran banda americana del presente, no del pasado.
La lista de reproducción que sigue contiene exclusivamente actuaciones en directo de todas sus etapas.
1 comentario:
Sinceramente, lo de la banda más grande del planeta no fue más que un eslogan publicitario. Sin embargo, a mí, que no estoy entre sus seguidores incondicionales -hay muchas canciones que no me dicen nada-, me parece una de esas grandes bandas capaces de hacer al menos 3 canciones por disco que merecen pasar a la historia de la música. Y eso es mucho.
Precisamente ese hecho, la dificultad de verles discos "totales", a pesar de que Lifes rich pageant, Green, Out of time, o Automatic for the people me parecieron magníficos, es lo que me pone fácil encontrar no una decena de discos mejores que Automatic for the people, sino muchas decenas. Es obvio que semejante aserto no tiene más valor que el de mostrar la propia experiencia. Y, además, en honor a la verdad, mis afirmaciones pierden credibilidad en tanto que no he oído en profundidad ciertos discos suyos de los 80, para muchos de lo mejor de su carrera, como Murmur, Fables of the reconstruction o Document -es verdad también que he oído mucho una recopilación hecha a partir de ellos-. Sin embargo, con todo lo dicho, es un gustazo oír -como acabo de hacer- Crush with eyeliner, Endgame, Lotus, Fall on me, Begin the begin, Man on the moon, What's the frequency, Kenneth?, Cuyahoga, Drive, Pop song 69, Losing my religion, Shiny happy people, Stand... Verdaderos clasicazos.
Escucho World leader pretend y se me hace un nudo en la garganta. A mí sí, he de admitirlo, me angustia que R.E.M. haya muerto. Aunque solo sea por comprobar cómo va pasando el tiempo.
¿29 años desde que los conoces? Debes ser algo mayor.
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