lunes, 22 de febrero de 2010

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Hace falta valor

Demasiado se ha escrito ya sobre la fetua de los integristas católicos contra la exposición de Fernando Bayona y la decisión de la Universidad de Granada de retirar la muestra. Pero en la rendición de las libertades frente a los fundam
entalistas llueve sobre mojado y no está de más insistir en el papel que cada uno ha jugado en este ‘Circus Christi’, porque, frente a la temeridad de algunos, se echa en falta el valor de otros.

Hablando de temeridad, determinados medios de comunicación no deberían escurrir el bulto de su responsabilidad. Cuando se titula –en portada, lugar al que pocas exposiciones acceden- “Una exposición recrea la vida de Jesucristo con gays y prostitutas” sólo se busca armar bronca. Respecto a la Universidad, hablar de claudicación y cobardía es quedarse muy cortos. Por si fuera poco no condenar las amenazas al fotógrafo mientras se pide perdón por haber “herido las convicciones de un elevado número de personas”, la institución cae en la bajeza de desvincularse como organizadora y descalificar la muestra en función del número de visitas. El rector y el vicerrector de Extensión Universitaria se han ungido del oprobio de los cobardes.

¿Y el autor, por qué no se defiende? A nadie se puede exigir ni el heroísmo ni el martirio, pero es obligación del artista empujar los limites de lo políticamente correcto y pelear por ello. Si se ha adoptado una actitud deliberadamente provocadora –sería hipócrita negarlo-, hay que ser consecuente, no achantarse y mantener alta la cara, pues no está en juego tu propia libertad de expresión, sino de la de todos. Las imágenes ‘sacrílegas’ de Bayona no son más atrevidas que algunos cuadros colgados en prestigiosos museos. Vean “La escuela de Platón de Jean Delville y "Las tentaciones de San Antonio" de Felicien Rops. En esta exposición yo encuentro un sentido bastante pueril de la transgresión, algunas fotos poderosas y la mayoría de una trivialidad depilada propia de anuncio de calzoncillos en la extinta revista Zero.



Turno para los villanos de esta historia, y me viene al pelo la advertencia del presidente andaluz Griñán:
“La Red está siendo ocupada por la extrema derecha”. La gasolina la ha puesto Hazte Oir, un lobby integrista subvencionado por Esperanza Aguirre, que se vanagloriaba en su web de haber logrado el cierre tras poner a funcionar su sistema de envío masivo de spam –práctica empleada por el ciberterrorismo– atestando los correos electrónicos de periódicos e instituciones. El método, que igual les vale contra la Ley del aborto que contra el topless en las playas, hace que unos pocos nazis pirados pasen por una multitud enfurecida. Escribía el poeta beat John Giorno: “Los fundamentalistas cristianos, y los fundamentalistas en general, son un virus y nos están matando, multiplicándose, mutando, y destruyéndonos. Hace falta una medicina potente para combatir un virus”.


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