El cuervo de Poe
¿Qué ocurre? ¿Ya no somos
ignorantes supinos y demagogos irresponsables quienes nos oponemos a la
Directiva Europea de Inmigración -no se pierdan el
breviario que el PSOE ha facilitado a sus militantes para que intenten defender lo indefendible- por considerarla un inaceptable retroceso en derechos civiles? ¿Acaso la
Directiva de la vergüenza ya no es, como hace dos meses, un
"avance importantísimo, pues establece límites y garantías para la expulsión de inmigrantes irregulares en nueve países de la UE que no los tenían"? ¿Ha cambiado de opinión el Gobierno y los 23 europarlamentarios socialistas españoles que la apoyaron? ¿Se van a retirar los expedientes abiertos a
Josep Borrell y
Raimon Obiols por ser los únicos eurosocialistas españoles que votaron en contra? Me temo que más bien se trata de que tenemos un Gobierno y un partido en el Gobierno que como el
Zelig de
Woody Allen adapta camaleónicamente su discurso a la audiencia que tenga más próxima en cada momento. Sólo así se explica que la vicepresidenta del Gobierno,
María Teresa Fernández de la Vega en los últimos días vaya repitiendo como el cuervo infernal de
Edgar Allan Poe un
"nunca, nunca, nunca" prometiendo que
jamás de los jamases España va a aplicar dicha Directiva comunitaria a sus pobrecitos inmigrantes.
Hay que tener en cuenta cuál ha sido el contexto en que la vicepresidenta ha repetido su
"nunca jamás", una gira por Centroamérica en la que todos los mandatarios con quienes se ha encontrado le han reprochado la traición sin precedentes a esa supuesta hermandad iberoamericana y a los principios de solidaridad con ese continente que significa haber apoyado una norma profundamente racista, represora y retrógrada en armonía con la
Liga Norte, los polacos de
Ley y Justicia los liberales austríacos y la
Alianza Nacional de
Fini entre otros -y luego se quejan de que el
lehendakari acepte votos de los
batasunos-. Claro que en la gira de la
vice había que agradar aunque para ello, en todas sus comparecencias -incluida la entrevista telefónica concedida esta mañana a la
Cadena SER-
Fernández de la Vega, como un lorito -o como el cuervo de
Poe- tenga que repetir
"nunca jamás, nunca jamás".
Ésta es la entrevista de la
SER:
Al escucharla la primera pregunta que me viene a la cabeza es cómo toda una reputada juez y jurista puede ir por el mundo alegremente pretendiendo que nos creamos que España no va a cumplir las leyes y normas internacionales que la obligan y que ha ayudado a aprobar. La segunda es si la vicepresidenta piensa que su partido va a gobernar para siempre, ya que está dispuesta a garantizar la no aplicación de la directiva por toda la Eternidad. ¿Es acaso un delirio imaginar un gobierno de derechas -o incluso uno socialista- que para obtener votos apelando a los instintos más bajos del electorado o impulsado por una avalancha de
cayucos o un incremento de la delincuencia decida aplicar la
Directiva de la vergüenza en su versión más dura? Y al hilo de ambas preguntas la tercera es si piensa
Fernández de la Vega que tanto los ciudadanos y votantes españoles como los mandatarios iberoamericanos somos tontos de baba; si creen que esta infantilización de los mensajes a la que nos está acostumbrando la
troupe Zapatero les va a funcionar mucho tiempo.
Las respuestas a esas preguntas me resultan tan sencillas como la certeza de que no nos van a engañar una tercera vez con su insoportable levedad. Además de torpes e inútiles están resultando ser miserables y mentirosos. No sé cual será la alternativa que nos espera, pero por soñar imposibles hoy me apetece hacerlo con
Zapatero y
De la Vega arrinconados en el desván del olvido y quien siempre debió estar ahí,
Josep Borrell, al frente del
Partido Socialista y del Gobierno de España. Aunque sea sólo por haber tenido la valentía de enfrentarse a la indignidad de sus compañeros.
Por si aún no tiene claro por qué esta directiva Europea nos hace a todos, no sólo a los inmigrantes, menos libres, recomiendo el artículo publicado en
El País por
Joan Herrera y
Raúl Romeva, diputados de
ICV en el Congreso y en el Parlamento Europeo:
Un paso atrás en los derechos humanosEn un post de A Sueldo de Moscú publicado en junio, poco después de la aprobación de la directiva, uno de los comentaristas facilitaba las direcciones de correo electrónico de los eurodiputados socialistas españoles que votaron a favor de la Directiva de la vergüenza, por si a alguien le apetecía recordarles su indignidad. Yo, por tratarse de la eurodiputada más cercana a mi circunscripción, le remito este mi humilde post a la granadina Francisca Pleguezuelos. Que le aproveche.