domingo, 19 de julio de 2015

Γειά Εὐρώπη! (Adiós a esta Europa)



¿No queríais Europa? ¡Pues comed Europa! le grita ahora a los pensionistas y parados griegos Wolfgang Schäuble
Schäuble, el nuevo vampiro de Dusseldorf
aupándose 
en su silla de ruedas y coreado por el resto de mercachifles europeos y sus palmeros en portadas, noticiarios y tertulias variadas, igualito que hace ochenta años caciques y señoritos españoles reprochaban a sus hambrientos jornaleros y gañanes que hubieran votado para traer una república y además pretendiesen comer todos los días. En la mitología griega, Zeus, disfrazado de toro blanco, se acercó a Europa, mujer fenicia, y la raptó. Se la llevó a Creta. En la realidad moderna, Europa, transformada en mujer aria, ha raptado al toro griego rojo y se lo ha llevado a Bruselas. Si Atenas inventó la democracia, Europa inventó la moneda única. Y todos hemos aprendido una lección: la democracia está bien para la mitología, pero con el euro no se juega. Hace unos días el propio ministro alemán de finanzas invitaba al gobierno griego a abandonar el euro y emitir pagarés con los que abonar las pensiones y los sueldos públicos. El Propio  Schäuble fue el paladín de unas condiciones impuestas a Grecia que el premio Nobel de Economía Paul Krugman atacó como el punto final del proyecto europeo.

Las ruinas pueden ser hermosas
Ignacio Escolar recuerda en un artículo
que en la obra de Shakespeare El mercader de Venecia el prestamista Shylock exige el pago de la deuda con una libra de carne del cuerpo del mercader Antonio, y ahora  el Eurogrupo exige a Grecia pagar con su propia carne deudas que empezaron siendo mayoritariamente privadas. Según el Código Penal español, es delito de terrorismo desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo. No decía, pues, ninguna boutade el exministro Varoufakis cuando en una entrevista habló directamente de terrorismo al calificar las actuaciones de la antigua troika para con Grecia. Tendría aires de rock star pero ha sido de los pocos que ha permanecido fiel al contundente oxi que el pueblo griego dio en referéndum, mientras la gran mayoría de sus compañeros parlamentarios apoyaba la rendición incondicional de Tsipras -tan parecida a la de Japón en 1945- y la traición a la voluntad popular; lo llaman -en alemán- realpolitik ¿no? Encima este harakiri nacional puede quedar en un brindis al sol si alguno de los parlamentos de los demás estados miembros no aprueba -como parece probable, pues los parlamentarios piensan ante todo en sus electores, a quienes prometieron impartir austeridad a paladas- el tercer rescate -del que, como con el primero y el segundo, no llegará un céntimo a ciudadanía y empresariado griegos, sino a los acreedores, sean bancos o estados- porque no se fian de esos rojos antisistema y que en todo caso  se hará a cambio de bajada de pensiones, subida de IVA, subordinación de las relaciones laborales a la ley de la selva y un recorte en gastos de defensa que cuando nos tocó en España no se aplicó a la compra de armas sino a los sueldos y la manutención de la tropa y el mantenimiento de material e instalaciones.

Tsipras y Krugman
Aunque hay economistas que auguran un negro futuro para los griegos fuera del euro -lo que intenta evitar la genuflexión de Syriza y el Parlamento de Atenas-,otros -de nuevo Krugman- creen que es lo mejor que le puede pasar a un país que ya ha pagado los costes de salir del euro y ahora quedan los beneficios. La propia entrada en la moneda común fue un negocio para potencias como Alemania y su banca a costa de Grecia, como lo fue para el fondo buitre Goldman Sachs, que obtuvo una millonada de dinero público griego por ayudar a los gobiernos de Nueva Democracia y el PASOK a falsear las cuentas del país. Yo mismo hace siete años, en mitad de la era ZP, escribía sobre las escasas ventajas y los muchos inconvenientes que tenía, y tiene, la permanencia en este club de divisa única y obligatoria. Por entonces no sabía qué iba a ocurrir con aquella malhadada Constitución Europea pero lo veía venir como vino dos años después la implantación en España de un protectorado del Bundesbank y un califato de la austeridad que forzaron incluso cambios contitucionales no avalados por el pueblo. Ahora esta Europa ha ordenado, y el gobierno y el Parlamento griego ha obedecido, que nos cuadremos y gritemos a coro ¡A sus órdenes, mi capital! Y si estás por la dignidad te equiparan a Marine Le Pen y el UKIP, como si el orgullo de pueblo y de país fuera patrimonio de la de recha nacionalista.Lo que yo pienso es que si esta es la alternativa, Grecia primero y nosotros detrás: sayonara euro, hasta luego Lucas.

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