lunes, 26 de enero de 2015

No es una crisis, es un nuevo régimen



A esta hora uno de lo que muchos desprecian como productos de la crisis se frota las manos saboreando su victoria y sólo teme a las posibles contradicciones entre la realidad y el deseo, entre la desesperanza y la frustración. Pero, al margen de los miedos de unos y la codicia de los mismos, lo primero que la contundente victoria de Syriza en Grecia está desmontando son prejuicios. No son productos de la crisis. Ellos y nosotros estábamos aquí antes. Lo que desde 2008 hasta ahora nos martiriza y nos indigna no es una crisis, es un nuevo régimen, como bien apuntaba el profesor de ciencia política Dimitris Christopoulos antes de las elecciones griegas. Por lo menos sirve para que la gente empiece a mirar al futuro con la dignidad recuperada. Aunque nunca está de más el escepticismo no es más inteligente ser pesimistas;Alexis Tsipras y quienes le rodean saben es que, como prueba Thomas Piketty en El capital del Siglo XXI, redistribuir la riqueza y reducir las desigualdades mediante una política fiscal global que de una vez por todas grave los privilegios y los ingresos insostenibles es perfectamente factible. Todo el daño que podían hacer ya está hecho. Ya hemos aprendido a convivir con la catástrofe; asíque sólo me queda desear suerte, por lo que nos toca.


Próxima entrega: La fórmula del sulfato atómico (muy pronto)

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