Una estudiante marroquí venía cada semana a mi casa a hacer la limpieza; observé que cuando pasaba el polvo de la librería miraba de reojo mi ejemplar de Los versos satánicos de Rushdie al que a veces daba la vuelta dejándolo con el lomo de cara a la pared. Aquello me recordaba cuando estuve en un colegio mayor y las monjas que limpiaban mi habitación quitaban las chinchetas superiores para dejar semidescolgado el póster inluido en el Abraxas de Santana, en el que aparecía una voluptuosa mujer negra desnuda. Rememoro todo eso al leer, o más bien devorar con ansia -en francés, no he podido esperar la traducción- la nueva novela de Michel Houllebec, Sumisión, y sobre todo al saber del escándalo levantado en Francia, donde se acusa al autor de Ampliación del campo de batalla de islamofobia. Sumisión plantea cómo sería Francia tras la llegada al Elíseo de un presidente musulmán en las elecciones presidenciales de 2022, con el apoyo de todos los partidos excepto el Frente Nacional, que evitan así la victoria de Marine Le Pen en la segunda vuelta. Los supuestos musulmanes moderados demuestran pronto no serlo tanto; las universidades se han convertido en madrasas de las que van siendo excluidos los docentes cristianos, judíos o ateos; la poligamia se va extendiendo entre los hombres que pueden pagarlo; las mujeres sufren restricciones en el vestir y se limita su acceso al mercado laboral mediante cuantiosas subvenciones llegadas de los emiratos y monarquías petroleros; Turquía, Marruecos y Argelia se han incorporado a una Unión Europea que sueña con la restauración del Imperio Romano...
Tras los atentados islamistas de París los medios de comunicación y muchos gobernantes europeos se apresuraron a pedir a los imanes que condenaran los actos violentos y éstos se apresuraron a hacerlo.; hasta ahí todos contentos. No pretendo sugerir que el bueno de Emilio el Moro fuera un yihadista; pero no puedo obviar que inmediatamente despues de los crímenes de Francia, tras el rezo del viernes en las mezquitas argelinas se aclamaba a los terroristas y mártires. No quiero mezclar churras y merinas: me parecen deleznables las manifestaciones contra el islam y la inmigración que organiza PEGIDA en Drede y Berlín, pero considero intolerable que una autodenominada Policía de la Sharía actúe impunemente en las noches deWuppertal y otras ciudades alemanas amedrentando a jóvenes y sobre todo a chicas que no vistan con el obligado decoro, consuman alcohol o desafíen cualquier otro precepto del Corán -ignoro si la nueva Ley de Propiedad Intelectual me permite o no incluir en el blog enlaces a medios de comunicación, pero considero un deber citar la fuente de toda información que no sea de mi cosecha y ¡qué mejor manera de hacerlo que enlazándola!-.
Los asesinados dibujantes de Charlie Hebdo caricaturizaron a Houllebecq como vidente: En 2015 perderé los dientes ¡y en cien años todos calvos, no te j...! |
Vídeo: Siniestro Total - Ayatolah
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