lunes, 27 de octubre de 2014

El Nobel, el traidor y el héroe

He empezado a conocer la obra del francés Patrick Modiano a partir de la concesión del premio Nobel de literatura, y he de reconocer que aún no he leído sus obras capitales -Un pedigree y La calle de las tiendas oscuras- y he comenzado por sus primeras publicaciones: las novelas que componen la Trilogía de la Ocupación -El lugar de la estrella, La ronda nocturna y Los paseos de circunvalación-, obras que transcurren en una etapa oscura, mitificada y en muchos casos vergonzosa, que el autor no conoció -nació en 1945- pero que como memoria heredada y traumática aflora constantemente en toda su vida y obra. 

Manuscrito del final alternativo para Tema del traidor y el héroe
hallado en Buenos Aires
Al leer estas tres novelas me ha venido a la mente Tema del traidor y el héroe, un breve relato publicado por Jorge Luis Borges en 1944 y que décadas más tarde Bernardo Bertolucci llevó al cine con La estrategia de la araña (Strategia del ragno, 1970). Me lo recuerda la permanente ambiguedad moral de los protagonistas y otros personajes de la Trilogía..., que se mueven escurridizos como anguilas en un territorio de noche y niebla en el que es fácil confundir de que lado se está. Trágicas paradojas como la del judío antisemita, el agente doble que admira el heroísmo de quienes componen la Resistencia, a los que conoce cuando se infiltra en sus filas para delatarlos a la Gestapo o los saqueadores que arramblan con las obras de arte y los bienes valiosos que han dejado en sus casas los parisinos que han huído de la ocupación nazi me recuerdan inevitablemente la farsa montada por Alexander Nolan en torno a la muerte falsamente heróica del revolucionario y al mismo tiempo traidor a la revolución Fergus Kilpatrick.

El mismo entorno que el cuento borgiano, la guerra de liberación de Irlanda, tiene la sensacional película El delator (The informer. John Ford, 1935), que Borges bien pudo haber visto, pues fue años después cuando perdió la visión. Su trama de traiciones por dinero mezcladas con la política nos lleva de nuevo a las obsesiones de Borges y Modiano.

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