¿Abrirá España alguna vez la veda para la caza mayor? La imagen de un Jefe de Estado sonriente ante un elefante derribado en una remota sabana, mientras su país se precipita en el Maelström de la crisis, debería bastar y sobrar para dar comienzo a la temporada de montería y abatir todo lo que nos sobra, nos cuesta un riñón y nos avergüenza.
Pero me temo que ni siquiera se abrirán las ventanas para que se vaya el olor a cerrado y veamos qué se cuece dentro de un régimen sostenido por la adulación, el peloteo y la autocensura. Este 14 de abril en el que por segunda vez un rey cayó -éste en un sentido más literal que el abuelo- buscaba información en un digital nacional y me encuentro con la foto de marras, un hermoso ejemplar de una especie en extinción a la que ante todo hay que proteger de la aristocracia hace, a su pesar, de telón de fondo para el satisfecho y campechano cazador blanco -de corazón negro, debe pensar su nietecito herido al enterarse de que si el yayo no fue a verle al hospital fue porque prefirió irse a cazar elefantes-.
La princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, amante del Rey, organiza cacerías en África para nobles y multimillonarios |
A los pocos minutos no sólo ha desaparecido la foto del diario español -que al día siguiente la coloca en portada de la edición de papel, de locos- sino que la propia web de Botsuana que ofrece paquidermos a 45.000 euros la escopeta ha sido bloqueada; bendito caché de Google que siempre conserva las pruebas del delito.
El oso Mitrofán |
Ni siquiera vivir en un país que
considera cultura la tortura y muerte de un animal en un espectáculo
me hace entender como deporte el dar muerte a animales, pero estaría dispuesto a admitir cazador como animal doméstico si a quien entre sus títulos ostenta la presidencia de honor de WWF, no se le conociera todo un historial de cacerías de osos en parques naturales de Rumanía y Rusia -pobre Mitrofán, triste icono
republicano-, antílopes, búfalos y guepardos; incluso de la propia especie y misma sangre -aunque aquello, aseguran, fue accidental-. Si además no fuera el español que ha sufrido mayor número de accidentes y ni uno solo laboral, me tragaría que, puesto que los jóvenes en paro le quitan el sueño, se marchó a cazar elefantes para darles de comer.
Dicen que la Familia vive su particular annus horribilis pero ¿y el de sus súbditos?, avergonzados a diario por el encubrimiento a un yerno tramposo, por las felicitaciones a un príncipe saudí que se libra de una condena por violación, por la opacidad de las cuentas, por los
regalos extemporáneos o por las intercesiones en favor de oligarcas
amigos de la Casa que se nos venden como gestiones por el interés de
la economía nacional.
Aunque en esto le acompaña un gobierno que nos hace creer que Repsol es España y que, según la Momia Guanche, ofender a una petrolera es ofendernos a todos.
Aunque en esto le acompaña un gobierno que nos hace creer que Repsol es España y que, según la Momia Guanche, ofender a una petrolera es ofendernos a todos.
Será que la escopeta nacional, que es de gatillo fácil, es un valor eterno; y la montería, en Cabañeros o en Botsuana, es la misma cace un rey o un invicto generalísimo. Será que al Azor y al Fortuna sólo los diferenciaban los metros de eslora, que la herencia genética de este régimen es la causa de su elefantiasis.
1 comentario:
Seguro que mucha gente no sabe que Juan Carlos I de España es miembro activo del Club Bilderberg, si ese club que está obsesionado en reducir la población y que lo hace con total impunidad con minuciosos métodos.
El Club Bilderberg para quién no conoce cuál es su finalidad, es un grupo de personas que se reúnen todos los años y al que sólo puedes asistir por invitación. Asisten alrededor de 150 personas y son aquellos que se reparten el pastel del mundo. Entre ellos podemos citar a Rockefeller o Bill Gates.
Tenemos una imagen generalizada de que nuestro Rey es muy buena persona y lleva la paz por bandera. Pero al Rey de España, Juan Carlos I, le interesa aparentar lo que no es.
fernando-1492@hotmail.es
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