domingo, 30 de octubre de 2011

Aquí se recorta

 En los más de treinta años que lleva gobernando Andalucía, el PSOE, en lugar de expropiar y poner a rendir los latifundios, educó a los andaluces para guardeses de esas fincas, un oficio en el que les hace la competencia la Guardia Civil, que en los pueblos de la Andalucía profunda identifica y ahuyenta a mirones y entrometidos de las tierras de Cayetana de Alba.

Aquí mejor que los campos cultivamos el victimismo cuando un nacionalista de alta cuna o una pija del barrio de Salamanca desbarran sobre cualquiera que cecee o aspire las eses finales. Energúmenos como Durán y Mato han ayudado a los socialistas andaluces a escribir la canción del otoño, el mantra machacón y pegadizo de los recortes del PP, que como panda de harekrishnas acuden a recitar a la puerta de los colegios, entre los improperios más de una madre que no tiene la prima de riesgo para fiestas.
Pero en el circo socialista hace tiempo que a los enanos los ficha la NBA. Miren por donde los párvulos de Cártama no andaban por los suelos para escuchar la fábula de Mariano y el Lobo, como nos contó la Junta para ridiculizar a Ana Mato. Era tan cierta la falta de mobiliario que el director de pupitres de la Junta -con dos nombres en su currículum que igual les suenan, la agencia IDEA y los Eres falsos- también ha perdido su asiento porque empezó el curso y no habían llegado los muebles a los barracones donde se da clase, los inodoros de infantil estaban a casi medio metro del suelo y los lavabos colocados por encima de las cabezas de los nenes.

No, aquí no se recorta. Tan solo 140.000 euros de la aportación de la Junta a los servicios sociales municipales en Granada. Solo 900 camas de hospitales andaluces que desde el verano siguen cerradas -será por lo persistente de los calores-. Solo la reducción del 43% del presupuesto para el Programa de Zonas con Necesidad de Transformación Social -en Granada Zona Norte y Santa Adela-. Sólo esos recortes por omisión: no contratar, no cubrir bajas, no pagar. Se paga a dos años dicen y quieren decir que hace dos años que no pagan. Además de públicas y gratuitas, la educación y la sanidad han de ser dignas y los servicios sociales básicos deben llegar a tiempo. Casi doscientos mil andaluces comen a diario gracias a Cáritas porque han sido expulsados del sistema de protección de las instituciones.
 
La última ocurrencia es culpar del aumento del paro a los recortes en las comunidades que controla el PP, pero el discurso de precampaña de que son los otros quienes recortan ya no se lo traga ni el niño de Pepiño Blanco, el del dichoso vídeo que camina hacia el British Council de Somosaguas acompañado de esa fámula que, tras dejarle en el cole, hará unas horas más en casa de alguna de aquellas ministras que posaban para Vogue ataviadas de alta costura española.

domingo, 23 de octubre de 2011

Nazis


Unos días antes de la feliz noticia de que ETA lo deja –feliz, sí, que bastantes cenizos tenemos ya con Mayor Oreja, Rosa Díez y Pedrojota-, tuvo que ser un cómico, Jordi Évole, quien dio una lección de periodismo con su programa sobre la cuestión vasca, mostrándonos lo que fuera de Euskadi por pereza o por cerrazón nunca quisimos mirar: Cómo son vistos de cerca quienes componen la llamada izquierda abertzale
Lo hizo tan bien como antes Julio Medem en La Pelota Vasca pero sin la obsesión por una injusta equidistancia que malograba el proyecto del cineasta donostiarra. Ahora que callan las pistolas tendremos muchas ocasiones más de escuchar sus voces y comprobar que clase de cenutrios y marmolillos son, su ínfimo nivel político e intelectual, el maniqueismo enfermizo y fanático y la mala leche congénita de unos individuos que se creen herederos de un edén perdido, de una arcadia independiente que jamás existió, una Comarca reservada exclusivamente para los hobbits con txapela que reniegan del resto de la Tierra Media y que si se hacen con el gobierno de Euskadi intentarán aplicar con la política el programa fascista en el que las pistolas fracasaron.


 

Inventarse un mito nacional y creérselo. Es lo que asemeja al nacionalismo vasco, y especialmente al radical, con el nazismo. La determinante sanguínea -el RH negativo- o el parecido entre el lauburu y la esvástica son lo de menos. Los nazis defendían que los arios descendían de una raza de dioses que vivían en Atlántida y en Euskadi se mantiene la creencia, sin base científica alguna, de que los vascos son una raza con más de 7.000 años de antigüedad, que desciende de Noé o que el euskera es la lengua más antigua de Europa. El ascenso de Hitler y el abertzalismo también comparten el victimismo y la necesidad de vengar un pasado de represión y derrota, y por supuesto el objetivo de una Euskal Herria de los siete territorios y parte del extranjero se parece mucho a la Grossdeutschland enunciada en Mein Kampft.


Igualmente se parece al sueño imperial de Hitler el concepto de los Països Catalans, “de Salses a Guardamar, de Fraga a Maó". Pero los nazis catalanes ya están al frente de la Generalitat. Bufones fascistas como Plataforma Per Catalunya están para despistar. 
 Es en Unió donde está la verdadera ultraderecha, acérrima defensora del catecismo neoliberal de Milton Friedman y de las esencias raciales. Mientras destruyen el Estado social su cabeza de lista al Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, igual tacha de vagos y borrachos subsidiados a los jornaleros andaluces que se queja de la pérdida de fertilidad de las catalanas frente a la amenaza demográfica inmigrante o pretende curar a los homosexuales de su enfermedad. Son la traducción ibérica de la Liga Norte de Umberto Bossi por mucho seny y sentido de Estado que vayan vendiendo por ahí.

viernes, 21 de octubre de 2011

Krautrock: El baile alemán

Can

Este sábado, 22 de octubre, el grupo granadino Los Pilotos presentará en directo y con un espectáculo audiovisual su disco homónimo. Los Pilotos son un proyecto paralelo de Florent Muñoz y Banín Fraile, guitarrista y teclista respectivamente de Los Planetas, y su disco, una maravilla que engancha a la primera escucha, incluye nueve temas instrumentales de rock electrónico en el que se puede rastrear la huella de Felt, Panda Bear, la psicodelia electrónica y un sonido que últimamente, cuarenta años después de la edición de los hitos discográficos del género, anda en boca de todos, el krautrock. No son la única banda española que se confiesa seguidora de aquellos sonidos electrónicos fabricados en la entonces Alemania Occidental; los madrileños Lüger, los barceloneses Cuzo o los sevillanos Pony Bravo se han pasado horas escuchando discos de Can, Cluster, Harmonia o Neu! y su sonido lo atestigua. Pero además de esta conexión española, el interés actual por la música de corte experimental publicada en Alemania, en un período que llega a la actualidad pero que en su esplendor abarca desde 1969 a 1983, es global y en lo últimos meses se está traduciendo en numerosas reediciones discográficas y en la publicación de recopilatorios imprescindibles como Deustche Elektronische Music, de Soul Jazz Records o más anecdóticos como  Krautrock Masters + Echoes, que contrapone a los artistas originales alemanes con los posteriormente influenciados en todo el ámbito occidental.

El productor Conny Plank
El Moog
El de Krautrock es un término despectivo, algo así como "rock de repollos", en referencia a la afición germana al chucrut. En Alemania preferían hablar en su momento de Kosmischer Musik, y es imposible referirse al krautrock como un género musical, puesto que engloba multitud de estilos, desde el jazz-rock, la psicodelia post-hippy, el experimentalismo, el space rock, el pop electrónico, el ambient, el rock progresivo y hasta la new age, pero hay elementos comunes en esta música, además de la nacionalidad: el empleo de la tecnología y la electrónica -el krautrock no sería imaginable sin la invención del sintetizador Moog o el Mellotron-, la importancia del estudio de grabación, la experimentación permanente siguiendo las bases creadas por Stockhausen y la ideología izquierdista radical.
La Baader-Meinhoff

El origen de todo es ideológico; la generación nacida en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial observaba con estupor como la desnazificación se convertía en una farsa y figuras prominentes del régimen hitleriano seguían en el poder. Los jóvenes tenían a antiguos nazis como profesores. Crecían en un país dividido, con la zona bajo control soviético sometida a la uniformización cultural y la persecución de toda disidencia, con un país que seguía militarmente ocupado -en el caso de Berlín directamente administrado por potencias extranjeras-. Alemania no fue ajena a la efervescencia revolucionaria que Europa vivió en la segunda mitad de los sesenta -en 1967 hubo varios disturbios con brutal represión que fueron germen de movimientos radicales- y la presencia militar norteamericana les daba acceso directo a los movimientos contraculturales, el jazz de vanguardia y la psicodelia musical. Pero los artistas y músicos alemanes, como buena parte de la juventud alemana de la época, vivió todos esos cambios de una forma más visceral y la radicalización fue mayor. En Berlín se expresó con la Universidad Libre, la Comuna 1 y el Club Zodiak. En el conjunto de la RFA muchos intelectuales y músicos de la época andaban bastante cerca de los postulados de la Fracción del Ejército Rojo, la conocida como Banda Baader-Meinhoff.

En lo estrictamente artístico hay dos nombres clave en el origen del krautrock, el artista multidisciplinar Joseph Beuys y sobre todo el músico Karlheinz Stockhausen: compositor, director de orquesta, profesor y teórico de la música contemporánea. A él se debe la introducción de la electrónica en la música del Siglo XX, pero también numerosas teorías sobre la composición matemática, la música aleatoria y el empleo de escalas átonas. Irmin Schmidt y Holger Czukay, miembros fundacionales de Can, fueron alumnos suyos. Hay otro tercer nombre, el de un productor e ingeniero de sonido que ya se involucra por completo en el nacimiento del krautrock: Conny Plank. En su estudio de Colonia Plank hacía a los músicos llevar al extremo la experimentación con las posibilidades de los nuevos instrumentos electrónicos y las técnicas de grabación, como buen conocedor de los hallazgos de productores como Lee "Scratch" Perry y King Tubby en Jamaica. El movimiento musical fue paralelo e interactuó con determinadas expresiones cinematográficas -el cine de Fassbinder, Herzog y Wenders- y literarias -Heinrich Boll, Gunter Grass...- y se caracterizó por la falta de estructuras fijas en las bandas, con continuas colaboraciones y spin offs, y su estilo de vida, pues muchos de los músicos compartían vida y trabajo en comunas.

Kraftwerk
The Velvet Underground, Soft Machine, los Pink Floyd de Syd Barrett, la música africana y la india, Frank Zappa, Captain Beefheart, Ornette Coleman, King Crimson... Todas esas influencias son reconocibles en la mayoría de los grupos alemanes de la época aunque el experimentalismo que está en la base de todos ellos hace que sus músicas sean totalmente divergentes. Irmin Schmidt explica así el factor distintivo de estos músicos respecto a los angolsajones: "Utilizaron una nueva denominación -krautrock-  porque no sabían cómo manejar aquella forma de hacer rock que poco tenía que ver con la grandilocuencia del rock sinfónico que allí monopolizaba entonces la élite del rock. Frente al rock progresivo inglés, con sus desarrollos ególatras y su virtuosismo hueco, Can promovió la música orgánica, en la que los desarrollos surgían de la propia interacción del grupo”.
Popol Vuh

En la amalgama de sonidos diferentes del krautrock sí pueden identificarse algunas corrientes: Popol Vuh, siempre vinculados a los filmes de Werner Herzog, Tangerine Dream, Cluster y Harmonia -después Harmonia 76- fueron derivando hacia los sonidos ambientales y el space rock, y en algunos casos acabaron -ya en los noventa- no demasiado lejos de la abominable new age. Neu! inventaron el ritmo motorik, esas cabalgadas sonoras en 4x4 que Faust dirigirían a lo industrial y sobre las que La Düsseldorf ofrecerían la cara más asequible del krautrock y Kraftwerk edificarían el tecnopop sobre cuyo trono se sentaron. Embryo, Eloy y Agitation Free partieron del free jazz para acercarse al rock progresivo. E.M.A.K. (Elektronische Musik Aus Koeln), algo más tardíos, sacaron todo el jugo posible a los sintetizadores en los ochenta. 
 
Amon Duül II hacen de la libertad sonora y la improvisación su bandera y en esta línea también están los músicos que junto a Kraftwerk más influencia posterior han tenido, merecidamente: Can. La banda de Colonia, uno de los grupos más importantes en la historia del rock, se convirtió en fundamental para comprender muchas de las evoluciones posteriores en la música, como el punk, la new wave y la música electrónica, grabó discos prodigiosos e instauró una forma única y reconocible de emplear la percusión. Entre las individualidades brillan nombres como los citados Czukay y Schmidt, el prolífico maestro del space rock Klaus Schultze -en Tangerine Dream y Ash Ra Temple-, Joachim Roedelius y Dieter Moebius, que a sus aventuras en Cluster unieron un sinfín de colaboraciones en muchas de las cuales estaba implicado el omnipresente Brian Eno; Ralf Hutter y Florian Schneider, pilares del imperio Kraftwerk, y Edgard Froese, alma mater de Tangerine Dream.


Harmonia 76 con Brian Eno
En 1976 David Bowie e Iggy Pop se fueron a vivir a Berlín, por donde ya andaba olisqueando desde algunos años atrás Brian Eno. Recién disueltos King Crimson en su primera encarnación, sólo faltaba por allí otro culo inquieto, Robert Fripp. A esa conjunción de talentos se debe buena parte de la popularidad que las bandas de krautrock obtuvieron en el exterior. Bowie aseguraba que La Düsseldorf era la mejor banda de rock del planeta. A aquel club de vampiros les crecieron los colmillos y bebieron hasta saciarse de la música que se estaba haciendo en Alemania. La trilogía berlinesa de Bowie, y sobre todo las caras B de Low y Heroes, no se entendería sin Neu!, Harmonia o La Düsseldorf. Pero esos sonidos están presentes también en The Idiot de Iggy Pop, en trabajos de Robert Fripp como Exposure y sus frippertronics, en sus colaboraciones con Brian Eno y en los discos de éste para Island. El ex Roxy Music podría considerarse un músico más de krautrock, pues sus discos mano a mano con miembros de Cluster y Harmonia 76 están entre los más importantes del género.

Las de la pandilla berlinesa de Bowie son las primeras y más obvias influencias del género en otros músicos, pero los hallazgos del krautrock son identificables en muchos grupos posteriores. El caso de Kraftwerk es capítulo aparte pues ellos solos construyen toda la base del tecno-pop y el pop electrónico y son básicos en el nacimiento del hip-hop. Pero tras la revuelta punk, serían muchos los músicos europeos en los que la huella kraut es evidente. Es el caso de bandas post-punk como Public Image Ltd., Cabaret Voltaire o Bauhaus; músicos de electrónica sofisticada como Gary Numan, Japan, Ultravox y Depeche Mode; la huella es bien reconocible en el post-rock de Tortoise, Mogwai, en la electrónica casera de Mouse on Mars, Laika y To Rococo Rot, en la experimentación laberíntica de Panda Bear y sus Animal Collective, y hay bandas que son en cierta medida continuadoras de las búsquedas musicales del krautrock, algunas tan populares como Stereolab, Radiohead y el lado más experimental de Wilco.

Miembros de la Komunne 1 en la famosa foto de Werner Bokelberg
Nadie ha documentado la historia, los sonidos y los nombres del krautrock como el exlíder de The Teardrop Explodes, el músicólogo, historiador y activista Julian Cope. Su libro Krautrocksampler: One Head's Guide to the Great Kosmische Musik - 1968 Onwards, de 1995, una guía no editada en español y agotadísima en inglés en la que reune artículos previamente publicados en The Wire y Spex y una investigación sobre todo el rock alemán. En ella Cope formula su canon del krautrock, los cincuenta discos que considera imprescindibles.

Pero además he elaborado otra recopliación, esta de más de sesenta títulos para la descarga y grabación como CD de mp3. Están cuarenta de los títulos más destacados de las principales bandas del krautrock y otras veinte piezas de músicos posteriores en los que la influencia del krautrock es clara. El enlace, pinchando en la portada.

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domingo, 16 de octubre de 2011

Ruido de sables



El 25 de abril de 1974 el Movimento das Forças Armadas, grupo de oficiales portugueses de baja graduación, acabó con medio siglo de dictadura e instauró un régimen democrático en su país. 37 años después, la democraciaen Portugal, en España y en casi toda Europa está en proceso dedemolición; hay una contrarrevolución en marcha para derogar los derechos sociales, laborales y económicos adquiridos durante el último siglo y los gobiernos están a las órdenes de intereses privados y corporativos. Así que un episodio protagonizado de nuevo por militares portugueses, en concreto la Asociación Nacional de Sargentos, hace que a uno, bastante alérgico a los entorchados, nunca como desde la Revolución de los Claveles le haya sonado mejor el ruido de sables.

El gobierno del conservador Passos Coelho, obsesionado por pagar la deuda y el rescate a sus bancos y presionado por el FMI y las instituciones europeas, aplica atroces medidas de austeridad, que están llevando a muchos portugueses a la miseria y bastante cerca del hambre, hundiendo la economía y acrecentando el desempleo, con lo que, como sabe cualquiera excepto el Banco Central Europeo y los cretinos que nos gobiernan, jamás se podrá pagar esa deuda ni salir del pozo al que nos precipitan intencionadamente. Ya ocurrió en los ochenta en la América Latina por la que Milton Friedman esparcía su veneno. Hoy en Chile se lucha en las calles por una educación pública quela dictadura de Pinochet, laboratorio de las ideas de la Escuela de Chicago, desmanteló para otorgar un negocio multimillonario a las entidades de crédito.

Sí, ya sé, lo que hace el gobierno conservador de Portugal es exactamente lo mismo que está haciendo el socialista de Rodríguez Zapatero, pero a nuestro primer ministro todavía no le ha salido un grupo de militares -empleados públicos a los que las medidas de austeridad también machacan- que le advierta como sí han hecho los sargentos portugueses de que ellos “están al servicio del pueblo y no de instituciones particulares” y a las claras avisen a su jefe de gobierno y a quien quiera escuchar para “que nadie ose pensar que las Fuerzas Armadas podrán ser usadas en la represión de la convulsión social que estas medidas puedan provocar”. La verdad es que viendo cómo se las gastaban los policías españoles o los mossos catalanes en la represión de indignados, uno vuelve a tener la sana envidia de Portugal que no sentía desde 1974. Hace sólo unas semanas en una manifestación de policias en el país vecino, los policías que mandaron para reprimirlos se unieron a sus compañeros. Los sargentos portugueses recuerdan a Passos Coelho sus propias palabras: “En Portugal hay un derecho constitucional a manifestarse y un derecho a hacer huelga”. Y es que hay ya quienes lo ponen en duda.

Desde hace unos días no se me va de la cabeza la historia leída en un periódico de Caridad Melero, vecina de Villarrobledo (Albacete). De su pensión de 600 euros paga la mitad a un centro para enfermos de párkinson donde pasa el día. La Ley de Dependencia le otorgó 277 euros más, pero hace tres meses que no los cobra. A su hija, contratada a media jornada por el Ayuntamiento y con su marido en paro, sólo le están pagando el 60% de la nómina, 400 euros. Éste es uno de los miles de dramas que están viviendo esos ciudadanos españoles cada uno de los cuales ha -hemos- aportado al rescate del sistema bancario cinco mil euros, pero a quienes el Gobierno Central y las comunidades autónomas, controlados por una clase política que se ha puesto a las órdenes de la cleptocracia, están despojando -robando es el término adecuado- sus derechos a plena luz del día, para derivar el dinero al pago de deuda o ahorrárselo en nombre del control del gasto público. Ahora en casi todos los medios de comunicación se escucha un mantra insistente: Es imprescindible recapitalizar a la banca. Escondan el dinero en un calcetín. Mientras las administraciones no pagan residencias de mayores o de discapacitados pienso en esos alcaldes que avisan de que no van a poder las nóminas -los de Armilla y Granada lo han hecho- y me pregunto si cuando eso ocurra ellos mismos, y sus concejales y puestos de confianza, también dejarán de percibirlas. Me lo pregunto más que nada por saber si es hora de echarlos a patadas de sus puestos antes de que sea peor. Y hemos de recordar la idea roussoniana del contrato social: “Los hombres voluntariamente renuncian a un estado de natural inocencia para someterse a las reglas de la sociedad, a cambio de beneficios mayores inherentes al intercambio social”. Si el Estado incumple su parte del contrato, es legítimo romperlo.

Ni que decir tiene que golpes militares o asonadas son cosas de otros tiempos, pero como creo que a esta inmunda clase política del bipartidismo y la democracia capada hay que meterle el miedo en el cuerpo, confieso sentir aire fresco cuando leo a los sargentos portugueses que “las revoluciones no se anuncian, cuando llegan, llegan porque tienen que llegar". Señores diputados, ríndanse, están rodeados por el pueblo.

domingo, 9 de octubre de 2011

Del vodevil a la astracanada

Se reunían en Granada los defensores ciudadanos de todo el país hablando de los millones de nuevos pobres, de los doscientos que cada noche duermen en las calles de Granada, de los desahucios, los cortes de luz, las prestaciones que se esfuman, de la indefensión ante las administraciones corruptas; de esa densa costra de mugre que cubre España al final de la era Zapatero. A los editores y directores de los medios no les interesaba el asunto. No me hables de cosas de pobres que con la boda no me caben, que hay que sacar a la mayor terrateniente del país bailando disfrazada de Baby Jane, como una muñeca rota y decrépita entre curas y toreros. Eso sí que es lujo.

Bajaba las escaleras de la convención socialista el candidato Rubalcaba como una Alaska emplumada y cabaretera que con los años ha acabado en Lina Morgan, aunque mientras la tertuliana de Jiménez Losantos al menos reconoce que ha dado “el paso trascendental del vodevil a la astracanada”, Rubalcaba se empeña en seguir llamándolo socialdemocracia, e incluso anuncia que nos traerá el estado social en cuya destrucción él mismo trabajó desde el Gobierno hasta hace dos días.


Andaba Kim Jong Ill buscando en Google Maps donde está Rota para apuntar los misiles y el socialismo obrero español redecoraba la villa gaditana para recibir de nuevo a Mister Marshall, que a las niñas bonitas viene a obsequiarlas con aeroplanos. Creación de empleo y de riqueza, ¡viva!, lo que repartía a tutiplén Toti, el exalcalde de Ronda, cuando PSOE y PP se lo rifaban para ficharlo.


Repartían café y bizcocho en el PSOE de Granada, presentando al candidato que si no nos saca de la miseria al menos nos vacunará contra la gripe, recitando el mantra de que el PP malo recorta en sanidad y educación y ellos no. Duelos y quebrantos era lo que en otro punto de la ciudad –donde la vida real- repartían los comerciantes y vecinos de la Redonda y el Zaidín al que los mismos inútiles de los bizcochos habían llevado a la ruina con las obras del metro que no se terminan porque no se pagan, que si se pagan se dispara el déficit, y eso sí que no.

La turba de nuevos desarrapados arríaba la bandera española y hacía ondear la de Bélgica, el país que crece y crece tras dos años sin un gobierno que les recorte el pan y la sal, que les hunda en la miseria con el control del gasto, sin gobernantes a quienes Trichet pueda agarrar por los testículos. Rubalcaba bajaba las escaleras rodeado de una multitud de coristas de Las Leandras; antes de llegar al suelo se le romperá un tacón y se dará el batacazo. Como a esos cantantes de rock que se lanzan sobre el público y éste se aparta, entre los cinco millones de parados se hará un hueco para que el candidato dé con sus huesos en el suelo. Maltrecho aún cantará: “solamente puedo decir, gracias por venir”.