Si hacemos caso a Fernando Iwasaki, coreas hay tres: Coria del Norte, Coria del Sur y Coria del Río, pero esta última no cuenta porque en ella todo el mundo se apellida Japón. Pero Iwasaki puede ser tan poco de fiar, y tan desternillante, como la página web de la República Democrática y Popular de Corea. Entiéndase por dicha república a la que conocemos como Corea del Norte, capital Pyongyang, esa cuyas calles no aparecen en Google Maps -lo cual no estoy seguro que sea del todo malo-, una república cuya presidencia se hereda de padres a hijos como las monarquías. Bueno, no exactamente la presidencia, pues el Querido Líder Kim Jong-Il es Presidente de la Comisión Nacional de Defensa, Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea y Secretario General del Partido de los Trabajadores de Corea, oficialmente autor de puño y letra de 18.000 libros -la envidia de César Vidal- pero no presidente. Sólo el iniciador de la actual dinastía comunista norcoreana, su papá Kim Il-Sung, tiene el cargo de Presidente Eterno, y a los líderes eternos cuesta mucho sucederles.
En Corea del Norte la jefatura del Estado -y de las vidas, destino, mentes, cuerpos y bienes de sus súbditos- se hereda, como en el reino de España. Y el Querido Líder elige a cuál de sus vástagos quiere como heredero, tal y como José María Aznar designó a Mariano Rajoy, incluso saltándose el orden de sucesión, como Juan Carlos I de España designó sucesor a su tercer hijo ignorando a sus dos hermanas mayores. Pero tendenciosas comparaciones aparte, el viernes Kim Jon-Il presentó en sociedad -lo que en el protocolo estalinista se traduce por sacarle a una cornisa a ver desfilar misiles a cascoporro- a Kim Jong-Un, el cuarto de sus hijos -no tercero, como se cuenta en todos los medios, pues a los tres varones precedió una hija, Kim Sul-Song- como virtual sucesor dado que al Querido Líder su condición cuasi divina no le libra de los males físicos y hace no mucho una apoplejía lo dejó aún más tocado de las meninges de lo que ya estaba.
Descartada la hija, por algún tipo de Ley Sálica roja, el hijo mayor, Oso Gordo Kim Jong-Nam, quedó fuera de juego por crápula tras ser pillado en Tokio con pasaporte dominicano -no coló que en Santo Domingo tengan los ojos rasgados- y pintas de cani con cadenones de oro, asegurando que quería ir a Disneylandia. Ahora se pega la gran vida en Macao. Para justificar el descarte, y dado que Nam es hijo de una amante ocasional del Querido Líder, el Partido lanzó una campaña para favorecer a los hijos de la segunda esposa Ko Yong-hee: "La respetada madre es la más creyente y leal hacia el Querido Líder Supremo Camarada Comandante".
Pero Kim Jong-Chul, el primer hijo de la respetada Madre tiene con la mosca detrás de la oreja al Querido Líder, Sol del Siglo XXI, que le considera afeminado. De modo que nada de promoverle como sucesor no sea que haga desfilar a las tropas ataviada con los uniformes del vídeo de Alejandro de Lady Gaga. Así que corrió el turno y le ha tocado al menor, el nene gordito y obediente que estudió en Suiza, Kim Jong-Un. A sus 26 años con su pinta bonachona de Gordito Relleno, el personaje que Peñarroya dibujaba para Bruguera, Un ha sido designado Brillante Camarada y su padre ha pedido al personal de las Embajadas de Corea del Norte que juren lealtad a su hijo.
No sabemos si Kim Jong-Un habrá heredado la afición de papá por el porno y el Hennesy -700.000 dólares al año en coñac según la CNN-, pero con esos rollizos mofletes que dan unas ganas tremendas de espachurrárselos a pellizcos, parece que acabara de zamparse todo el arsenal nuclear del país y estar a punto de devorar toda Corea del Sur. Con un puntito cercano a los luchadores de sumo que le encanta dibujar al japonés Jiraiya, aunque pelín más fofo, la verdad, cuentan que Un ha heredado de papá la ambición sin límites y la falta de escrúpulos para eliminar cualquier obstáculo que se ponga en su camino. A partir de ahora se prepara para ser el lider de un país azotado por las hambrunas pero en el que la dinastía reinante tiene una común tendencia a la obesidad.
La entronización de Un ha servido para que el régimen norcoreano deje entrar en el país a un pequeño y selecto grupo de corresponsales extranjeros, que emite las imágenes que les cede la oficialidad y entrevista a los entusiastas súbditos que el Partido les coloca ante la cámara. Asistimos a insólitos directos para TVE desde Pyongyang y vemos cómo todos los reporteros repiten como papagayos tópicos sobre el Estado más hermético del planeta o el país cerrado e impenetrable. ¿Cerrado? Una sencilla búsqueda en Google te descubre que si quieres viajar a Corea del Norte desde España Viatges Pujol te lleva, con ofertas especiales de verano ¡y Semana Santa!, visitando docenas de monumentos al Partido, al Querido Líder o a la clase obrera indistinguibles los unos de los otros, y asistiendo a continuas demostraciones patrióticas de un pueblo que se pasa el día practicando la gimnasia rítmica de masas. Pujol debe ser la única agencia que ofrece viajes en el tiempo, pues una excursión por la corea de los Kim debe ser como regresar a la URSS de los años treinta del siglo pasado, con esa uniforme estética de realismo socialista tan inamovible que vuelve a estar de moda cada cierto tiempo. Si se observan los requisitos del viaje, salvo por la antelación necesaria para obtener el visado, entrar en Corea del Norte no parece mucho más difícil que hacerlo en los EE.UU., con la ventaja de no tener que rellenar estúpidos cuestionarios jurando que no tienes intención de volar rascacielos o introducir ingentes cantidades de droga en el país.
Ya sabes, en tus próximas vacaciones, viaja a Corea del Norte, el país de hambrientos gobernado por gorditos.