lunes, 30 de agosto de 2010

La pastilla roja


En Matrix, sobrevalorada película de ciencia ficción que hoy solo los frikis defienden, el protagonista, Neo, debe elegir entre dos pastillas, la azul y la roja. Si toma la primera, seguirá habitando la ficción que es su vida, una superrealidad inducida en su subconsciente por los amos del planeta, las máquinas inteligentes. Si, en cambio, opta por la pastilla roja, abrirá los ojos a una verdad terrible y apocalíptica, pero realidad al menos, y tendrá la opción de luchar para cambiarla. Dos semanas de dimes y diretes con la A-7, mentiras y medias verdades, obras que marchan según quién lo cuente, atascos ya conocidos y otros provocados... y llego a la conclusión de que nuestros gobernantes nos atiborran de pastillas azules hasta la sobredosis y el vómito.

Tomar la pastilla roja y saber si nos mienten es tan sencillo como que tras las declaraciones oficiales un periódico mande a sus fotógrafos a dar fe del estado de las obras que, dicen, van viento en popa: Zanjas vacías, excavadoras polvorientas, ni un obrero a la vista, el ladrido de algún perro... ¡Qué pronto se caza al mentiroso!



En el PSOE de Granada el fabulador de guardia -siempre Manuel Pezzi- riñe a los incrédulos: “¿Se convencen ahora de que en 2012 tendremos autovía?”. Pero quien construye, Acciona, jura que se va; si Fomento quiere pagar en 2015, ya volverán dos años antes y cuando esté listo el cheque habrán acabado. Pezzi reparte píldoras azules pero a los trabajadores de la autovía les dan en toda la boca con la pastilla roja. 150 despidos, entre Acciona y las subcontratas, la cifra no casa con una obra salvada y en plazo. Citando a otro periodista, si indultaron la Autovía del Mediterráneo, se les olvidó avisar al verdugo.


Los 700 millones anunciados por el ministro José Blanco para redimir infraestructuras saldrán de los Presupuestos de 2011. Es decir, hasta enero no habrá un euro, cuatro meses perdidos. El engaño va por tramos: Blanco sólo habla del tramo Gorgoracha-Puntalón, hay que volver a licitarlo, y calla que eso implica más retraso. No se puede salvar de los recortes otro tramo, el Puntalón-Carchuna, pues nunca contó entre los recortes. Hay simplemente una adjudicataria que se va cuando le dicen que no cobrará hasta 2015, y a eso -que no nos engañen- no le han dado solución. Y nadie cuenta que otro tramo licitado pero no en obras, el Carchuna-Castel, lleva el mismo camino. Allí FCC recoge sus bártulos ante un cobro más que incierto.

Los medios de comunicación de Granada distribuyen las píldoras azules que recetan el Gobierno y el PSOE, pero en la Costa ya no tragan, optan por la pastilla roja y se lanzan a la carretera gritando su rabia a golpe de claxon. Mientras, los socialistas granadinos se embriagan con píldoras azules para olvidar que la mentira se paga perdiendo elecciones.

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