domingo, 4 de agosto de 2013

Esperando a los bárbaros

 ¿Por qué inactivo está el Senado e inmóviles los senadores no legislan? Porque hoy llegan los bárbaros. Los versos de Constantino Cavafis nos hablan de unos gobernantes y unos gobernados sumidos en el estupor, sin entender ni reaccionar –salvo quizás con la fuerza bruta- ante quienes zarandean sus cimientos. El papel de los jóvenes, que deberían ser siempre la última esperanza de cambio, no es muy diferente del jugado por sus gobernantes. Quienes han logrado liberarse del miedo a la llegada de los bárbaros se han cambiado de bando y han pasado a rendir a los bárbaros ciega pleitesía y sumisión. En los ochenta la socialdemocracia española inició el proceso de desactivación de la juventud y ha obtenido a los jóvenes más acomodaticios, embrutecidos e ignorantes de todo el continente, que aceptan sin rechistar el trabajo que les den o el alquiler que les cobren.

 Cavafis, la noche cae y no llegan los bárbaros. Y gente venida desde la frontera asegura que ya no hay bárbaros. Los tártaros parecen haberse retirado y escondido detrás del enorme desierto que imaginó Dino Buzzati. Y ahora ¿Qué será de nosotros sin bárbaros? Quizás ellos fueran una solución después de todo o, a lo peor, bárbaros y senadores son una misma cosa.



Aquí vuelvo a




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