Un debate muy serio
No decae la cruzada. Mientras van doscientas mil firmas que en nombre de Marta del Castillo proponen la implantación de la cadena perpetua, insensateces sin cuento van rodeando un caso que tramposamente se compara con el de la niña Mari Luz. Se alimenta a la fiera del ojo por ojo buscando en el caso de Marta algo distinto de lo que es realmente: una muerte más por violencia machista. Nadie pedía la perpetua para los asesinos de todas esas mujeres que van de Ana Orantes a Conchi Peñate.
Me cuesta ver en qué se diferencian del asesino esos canis violentos como él que hacían amago de lincharlo, los mismos niñatos –capaces de matar a sus padres si les niegan la moto- que hoy gritan en la puerta de los juzgados pidiendo la perpetua. Flaquea mi comprensión hacia los familiares cuando les veo unirse al circo. Pero lo más repugnante es ver a los políticos gobernar a golpe de suceso y apuntarse a esta insensatez -que el recato no les estropee una foto canjeable por votos-. No vimos a Zapatero ni Rajoy recibir a los familiares de otras mujeres muertas.
La Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla financiaron cinco autobuses para una concentración de extrema derecha que tenía el nada equívoco lema de “¡Porque te puede pasar a ti! Referéndum por la cadena perpetua”. Gaspar Zarrías y Alfredo Sánchez Monteseirín, cuyo partido tanto apela últimamente a la independencia de los jueces, pusieron medios para que los convocantes influyan en las decisiones de los magistrados que han de juzgar este crimen con buenas dosis de “alarma social”. Presidencia lo justifica en “compromisos adquiridos con la familia”, pero los poderes públicos no pueden mercadear con particulares sino hacer cumplir las leyes. Ayuda legal, psicológica, policial, protección frente al morbo de los medios de comunicación, todo eso podría haber ofrecido Zarrías a la familia, no autobuses. El vicepresidente de un partido, Javier Arenas, rebasa la frontera de la decencia al reclamar “un debate muy serio” sobre la cadena perpetua, cuando no ya el ministro de Justicia sino incluso Federico Trillo dejaron claro que las condenas de por vida no tienen cabida en una Constitución que nos invita a creer –incluso con ingenuidad, si quieren- en un sistema penal basado en la reinserción.
La Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla financiaron cinco autobuses para una concentración de extrema derecha que tenía el nada equívoco lema de “¡Porque te puede pasar a ti! Referéndum por la cadena perpetua”. Gaspar Zarrías y Alfredo Sánchez Monteseirín, cuyo partido tanto apela últimamente a la independencia de los jueces, pusieron medios para que los convocantes influyan en las decisiones de los magistrados que han de juzgar este crimen con buenas dosis de “alarma social”. Presidencia lo justifica en “compromisos adquiridos con la familia”, pero los poderes públicos no pueden mercadear con particulares sino hacer cumplir las leyes. Ayuda legal, psicológica, policial, protección frente al morbo de los medios de comunicación, todo eso podría haber ofrecido Zarrías a la familia, no autobuses. El vicepresidente de un partido, Javier Arenas, rebasa la frontera de la decencia al reclamar “un debate muy serio” sobre la cadena perpetua, cuando no ya el ministro de Justicia sino incluso Federico Trillo dejaron claro que las condenas de por vida no tienen cabida en una Constitución que nos invita a creer –incluso con ingenuidad, si quieren- en un sistema penal basado en la reinserción.
Días después de ser detenido el ex novio de Marta, en Orense apareció el cadáver de María Socorro de Silva, una prostituta brasileña a quien un cliente le dio idéntica muerte que a la joven sevillana, golpeada con un objeto contundente; como a Marta, su asesino la arrojó al río Avia. Nadie ha pedido para él la cadena perpetua. No ha habido manifestaciones ni autobuses subvencionados; nada de especiales en televisión. El presidente del Gobierno no recibió a los familiares de la víctima ni desde la oposición nadie reclamó un “debate serio”.
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