jueves, 22 de mayo de 2008

Un matón bien cebado





Ayer fue un buen día, un día estupendo aunque hoy haya que soportar su resaca: ver la cara sebosa de Francisco Javier López Peña en todos los periódicos vociferando sus flatulentas consignas en euskara. Acostumbrado a encontrar siempre entre los carteles de los más buscados, en los banquillos o en las fotos de los detenidos a jovenzuelos saludables, fornidos portadores de rh negativo, o el look de inspiración lesbiano-ultrafeminista de las nekane, la sudorosa orondez del jefe de todo el tinglado, bien cebado de cocochas y chuletones, me provoca una mezcla de repelencia y vértigo ante su obscena normalidad, esa que hace decir siempre que parecía una persona normal a los vecinos de cualquier psicópata.Ahora imagino a Thierry, pasado el envalentonamiento inicial y el canguele posterior, preparando metódicamente las omnipresentes acusaciones de torturas a las que el PNV y sus socios prestarán entidad institucional.

Imagino que sobre todo ayer fue un buen día para las familias de Diego Armando Estacio, Carlos Alonso Palate, Raúl Centeno, Fernando Trapero, Isaías Carrasco y Juan Manuel Piñuel, las víctimas más cercanas de este ogro vestido de Lacoste. Pero hay otros dos muertos de los que me acuerdo en este buen día porque entre los que acompañarán a Thierry a la trena está el ex alcalde de EH en Andoain José Antonio Barandarián. Me refiero, claro, a dos vecinos de Andoain, el policía local -y ex integrante de ETA-pm, Joseba Pagazaurtundúa, y el periodista de El Mundo José Luis López de Lacalle. En los asesinatos de ambos parece que por parte de Barandarián hubo más que el desprecio y el vacío que en su momento propició el entonces alcalde. La detención de Barandarián le sitúa como parte activa de ETA y no ya en ese difuso magma de complicidades que habitan los cargos públicos y la clac del entorno. Hasta ahora Barandián y los suyos nos habían dejado edificantes ejemplos: las condenas y capillas ardientes denegadas, las subvenciones municipales para comprarles ordenadores a presos etarras. Ahora llega la sólida sospecha de que fueron quienes facilitaron a los sicarios la información sobre las víctimas; quienes apuntaron para que otros dispararan. Tan asqueroso como probable.

Qué curioso, ninguno de los dos detenidos principales había apretado nunca el gatillo, no se les podrán imputar delitos de sangre como autores materiales. Y sin embargo ambos son especialmente despreciables en la parte que les toca, representan dos de las formas en que hace metástasis el cáncer vasco. Uno, el que da las órdenes y adoctrina, el otro quién vela por la pureza de esa doctrina, vigilando como fiel comisario y apuntando en su lista a todo es que merece un escarmiento. Tal vez su último viaje a Burdeos servía para señalar nuevos objetivos, para llevarle a Thierry la lista debidamente actualizada.

Leo cuál es el motivo por el que periódicos como El País sacaban imágenes de Thierry durante el registro del piso de Burdeos con las esposas pixeladas. Al parecer, La legislación francesa prohíbe mostrar en los medios las imágenes de detenidos esposados antes de ser juzgados. Curioso.

1 comentario:

Jon dijo...

Hola majo!

Te añado a mi blog...

Es curioso. Me hice la misma pregunta el otro día; ¿Porque leches les tapan las esposas en las fotos? Y ahora me hago otra ¿Que ostias le importa a Francia lo que publiquen los medios de comunicación Españoles? Lo digo porque el día antes de las elecciones generales en la piel de toro, a la BBC le faltó tiempo para publicar encuestas electorales; cosa que está prohibida.

Un besote majo!

Te espero por el norte.