Un total de 5.444.600 españoles están en paro según la Encuesta de población Activa de enero a marzo de 2015. Sin embargo algunos privilegiados practican el pluriempleo, y además con el beneplácito de uno de los empleadores, el Congreso de los Diputados, aun a pesar de que los estatutos de dicha institución prohiben expresamente a sus miembros compatibilizar más de un trabajo remunerado. Me refiero, como ya sabrán, al diputado del Grupo Popular Vicente Martínez-Pujalte y al actual embajador en Londres, exministro y exdiputado Federico Trillo. Ambos han reconocido, cada uno a su modo, que, paralelamente a sus tareas institucionales, han estado cobrando por asesorar a empresas investigadas por, presuntamente, haber pagado comisiones para obtener contratos públicos, lo cual ha motivado tanto las críticas de la oposición como curiosas autojustificaciones como el estrambótico asesoramiento verbal -que debe ser como el que da una madre: hijo, abrígate, come, no vayas con malas compañías-. Miembros destacados del Partido Popular han justificado estos casos de lucrativo pluriempleo porque, a su juicio, el Congreso pagan sueldos bajos, y llegan a proponer una ampliación del régimen de compatibilidades de Sus Señorías, que consideran demasiado restrictivo.
Por si necesitan que les refresque la memoria, les recordaré que Martínez-Pujalte sería el digno sucesor de Martínez el Facha, ahora que el historietista Kim anuncia la jubilación del mítico personaje de El Jueves. En cuanto a Trillo, ¿qué más decir del personaje político más repulsivo desde el final del franquismo?; sólo recordaré que el paladín de Aznar en la invasión de Irak, el incansable picapleitos del PP, que no descansó hasta colgar la cabeza -profesional- de Baltasar Garzón en su sala de trofeos, obtuvo notoriedad como coctelero de cadáveres de españoles tras la tragedia del avión Yak-42 que se estrelló en Turquía cargado de soldados procedentes de Afganistán. Más adelante, ya en su actual puesto de diplomático, se vio salpicado por el escándalo de que personas a sus órdenes acogieron y agasajaron en Londres al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, lo que costó el cargo al cónsul en la ciudad. Pero estos pluriempleados se pasan las incompatibilidades por el arco del triunfo y no pasa nada.