Auguran que en las próximas elecciones municipales Izquierda Unida mejorará sensiblemente sus resultados, pero no se deberá a los méritos propios de una formación laminada hasta el mínimo común comunista por su cúpula, dirigida por el grisáceo Cayo Lara, sino a la pesca de restos del naufragio socialista.
Nunca compartí por injusta y demagógica la creencia extendida entre ciudadanos cabreados de que todos los políticos son iguales. Pero era la misma hora cuando en Madrid Lara y los suyos firmaban el llamado Compromiso Ético por la Regeneración Democrática, por el que los candidatos elegidos el 22 de mayo dejarán su cargo si son imputados por algún delito de corrupción, sin esperar a ser condenados; y en Sevilla su candidato a la alcaldía, Antonio García Torrijos, se negaba a renunciar tras ser imputado por la venta fraudulenta de terrenos de Mercasevilla. Los retruécanos con que Lara y Diego Valderas defienden a su candidato -lo hace también Sánchez Gordillo- son idénticos a las excusas del PP sobre su mascletá de imputados o a las de los eurodiputados a los que Twitter sacó los colores por negarse a volar en clase turista. Va a ser verdad que todos eran iguales y que un político siempre es un político. Porque los honestos que dentro de las organizaciones callan y tragan se vuelven deshonestos por omisión, y en Izquierda Unida pocos han alzado su voz frente al apoyo oficial a Torrijos o a la alcaldesa deManilva, Antonia Muñoz, de nuevo candidata, que contrató a 17 miembros de su propia lista así como a 57 de sus familiares. Camps lleva cinco imputados en sus listas, Valderas va por tres; de los Eres de Griñán he perdido la cuenta ¿la diferencia entre unos y otros es una simple cuestión de cantidad?
Para que ese Compromiso Ético no fuera un compromiso cómico, Izquierda Unida debió haberse desecho de García Torrijos el mismo día en que el teniente de alcalde se retrató en su blog ante la mariscada de mil euros que se zampó junto al director de Mercasevilla Fernando Mellet en un lujoso garito de Bruselas y que se cargó a la Visa de empresa de este último. Hay que cuidar la ética y la estética: El excoordinador general Gaspar Llamazares dimitió de su cargo orgánico ante los malos resultados de 2008, pero mantuvo el escaño, con el que se garantiza los años necesarios para cobrar una de las codiciadas jubilaciones de exdiputado.
¿Se acuerdan de Herminio Trigo? Al sucesor de Julio Anguita en la alcaldía de Córdoba le dejarontirado los suyos cuando fue condenado por prevaricación por el nombramiento del director del Gran Teatro, nada que ver con la corrupción. Ahora arropan a presuntos corruptos, como los demás, en lugar de marcar esa diferencia de la dicen enorgullecerse. Entre el Trigo y la paja se quedan con la segunda por mucha paja mental que se hagan para justificar lo injustificable.
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