sábado, 29 de enero de 2011

Pedir lo imposible


El escepticismo, arma esencial frente a supercherías y mitos, tiene doble filo. Hay un escepticismo eurocéntrico y reaccionario, con el que observamos cómo los pueblos del Norte de África toman las riendas y mandan al infierno a sus gobernantes. Si alguien comenta la importancia de la Red en las revueltas de Túnez, Egipto y las que vendrán, otro apunta con suficiencia que nueve de cada diez hogares egipcios no tiene Internet. Lo cual es cierto, como lo es que toda revolución, motín o algarada que haya transformado la historia o lo haya intentado estuvo protagonizada por élites, nos guste o no, aunque la mecha la enciendan los desarrapados. Quienes tienen acceso a la formación y a la información y desarrollan capacidad crítica están en la vanguardia, mientras las mayorías se refugian temerosas en sus casas a verlas venir. Importa, sin embargo, que medio millón de habitantes de Alejandría tome las calles y asuma el control, no lo que hacen los otros tres millones.


Al escepticismo y la cobardía se suma la ignorancia de pensar que para los árabes no hay otra alternativa a la tiranía que la religión, quedémonos con la cleptocracia no sea que venga el islamismo, como si sólo los europeos, maestros del fracaso, supiéramos hacer revoluciones. En esa apelación a la estabilidad, en el vértigo por el poder del pueblo descontrolado y en las calles va nuestro conformismo con el mismo régimen de ladrones que compartimos a ambas orillas del Mediterráneo, nuestro sometimiento a la red de intereses comunes que sostiene tanto a sus tiranos como a nuestros líderes electos.


Así se retratan esos sindicatos dóciles y carentes de ambición que han firmado el pacto social –palabras malsonantes en otros tiempos-. Han jugado a perder, se han dejado robar la cartera ignorando que el maximalismo ha de ser la estrategia de quien quiere conseguir algo, como bien saben quienes han aprovechado la crisis para atracarnos, los bancos, los inversores, el Gobierno... Cualquiera versado en el arte del regateo sabe que hay que ir a por todas para obtener algo, o al menos no perder. Para reformar el sistema hay que tener en el horizonte su destrucción. Debimos haber planteado la crisis en términos bélicos, de conquista: Ir a por las 35 horas obligatorias, la erradicación de los contratos temporales o el adelanto, y no el retraso, de la edad de jubilación. Fue al revés y miren lo que tenemos.

No sé ni pretendo saber en qué acabarán las revueltas de los árabes. Las revoluciones no necesitan futurólogos; se improvisan, no se planifican. Pero admiro que tras echar a un presidente vayan a por el resto del régimen, y después a por más. A por todas sin amilanarse, que algo quedará; gran lección para nuestros izquierdistas de salón. Del baúl de consignas tan bellas como vacías que nos dejó el sesenta y ocho la única con plena vigencia es la que nos enseña que ser realistas es pedir lo imposible.

P.S.: Alucino por completo con la soberana gilipollez que publica algún medio bolivariano con membrete del gobierno Chavez: Resulta que según el Ministerio del Poder Popular para la Información y la Comunicación -Orwell hubiera gastado menos saliva-, detrás de las revueltas árabes está la CIA. Pobres necios.

domingo, 16 de enero de 2011

Vendetta: Calle 13 contra Sony, contra la industria musical y contra el mundo

Es bastante deprimente que nadie se haya acordado del cuarto álbum de los portorriqueños Calle 13, "Entren los que quieran", en sus listados de destacados de 2010, pese a contener algunos de los mejores temas de Residente y Visitante: El ultra-ego-trip de "Muerte en Hawaii" es una de las canciones del año y "Todo se mueve" contiene rimas tan gloriosas como:
"Por eso no hay excusa para el que no menea. Si no tienes cuerpo, menea las ideas.
¡Por dios! Menea lo que sea. Si no Fela Kuti te va a dar con la correa".


Lo que no es tan extraño que el disco haya pasado desapercibido en las listas de ventas o las emisoras de radio, a pesar de que el dúo hasta ahoraha obtenido Grammys y se ha hecho respetar por el mainstream. Pero la censura es la censura, y la moribunda industria discográfica y del espectáculo no perdona a quienes muerden la mano que les da de comer. La apuesta de Calle 13 en este disco ha sido la radicalidad y el ensañamiento con los mecanismos de la industria del entretenimiento. El vídeo de Alejandro Santiago Ciena para "Calma pueblo" fue censurado por sus escenas de desnudos, su violencia y sus ataques al clero. Pero seguro que han dolido mucho más sus ataques a sus compañeros del establishment musical, a quienes dedica versos tan explosivos como éstos:

"A ti te ofende lo que escribo
A mi me ofende tu playback, que estés doblando en vivo
A mi me ofende cuando tú sobornas a la radio,
con plata, con dinero para que te suenes a diario.
Ni siquiera los Beatles tenían cuatros canciones
sonando al mismo tiempo en la radioestaciones
Esto lo puede ver hasta un bizco, tu vendes porque tú mismo te compras tus propios discos
No me digas que no, si a mí me han ofrecido hacer eso,
la mitad de los artistas deberían estar presos."

Pero la patada en toda la boca se la lleva Sony. "Entren los que quieran" es el disco con el que cumplen el contrato que les ligaba a la discográfica, y la obtención de la libertad la celebran dedicando a Sony la envenenada introducción del disco, una pieza al estilo de las canciones con que comenzaban las revistas de los viejos cabarés, toda una venganza en la que invitan incluso a piraterar el disco. Todo un alarde de mala leche y coherencia del que muchos músicos lloricas deberían aprender:


Este es nuestro último disco, ¡con Sony! .Se venció nuestro contrato, ¡con Sony!
Nos deben dinero, tienen que pagar o para La Perla los vamos a llevar.
Si no nos quieren pagar no volveremos a firmar
Nos cogieron por el culo, así que ahora vamos a pedirles
dos millones!, cuatro millones!, cinco millones más...

Cinco es muy poco, queremos diez...
Vale la pena, merece la pena, con nosotros estar de buenas.
Les prometemos que no insultaremos, ni ofenderemos a nadie más...

Si amigos!, durante estos últimos años Calle 13 ha recibido muchas amenazas de muerte,

12 Grammy's y nos han censurado en la radio!
Pero no nos importa, porque...
El pueblo nos quiere apoyar!... Ya no nos pueden parar!...
Y si te gusta el disco por el Internet lo puedes bajar y piratear!


Demagogia

Me voy a permitir en estas líneas ser un completo demagogo. La demagogia es una práctica que el diccionario reserva en exclusiva a los políticos, pero éstos descalifican con ella a cualquiera que haga comparaciones incómodas. Por ejemplo, soy un demagogo si contrapongo el retraso en la edad de jubilación y las pensiones congeladas al retiro de 120.000 euros que el expresident José Montilla cobrará durante los dos próximos años, y de 90.000 para el resto de su vida y la de su esposa Ana Hernández, que ya cobra de quince cargos en empresas públicas y privadas.


Recuerdo que más de la mitad de los granadinos -que trabajan- no cobra ni mil euros al mes cuando la Comisión Europea pide recortar el seguro de paro y flexibilizar los salarios de los sobreprotegidos trabajadores españoles. De demagogo que soy creo que ya estamos tardando en salirnos de Europa. Y soy tan simplista que relaciono la subida del 10% en los recibos de electricidad y gas con los sueldos de 200.000 y 126.000 euros que percibirán José María Aznar y Felipe González de Endesa y Gas Natural respectivamente, y que se suman a sus pensiones vitalicias de 80.000 euros, oficina, coche oficial y seguridad por cuenta del Estado.
















Si fuera empleado de alguna de las firmas del Ibex-35 sería un demagogo irresponsable si me negara a cualquier recorte salarial pasteleado con los sindicatos a cambio de evitar despidos, con el argumento de que en plena crisis las retribuciones medias de sus consejeros subieron un 8%, y un 7% las de los directivos. Seré un demagogo -entre fascista y batasuno, según el Gobierno Griñán- si estoy con los funcionarios en que todas las modificaciones en el Decreto de Reforma de la Función Pública mantienen el blindaje del pesebre que garantiza el puesto a miles de enchufados del PSOE, gobierne quien gobierne. Pero mi demagogia no es bipartidista; fíjense en que mientras asisto a la firma del acuerdo para que el legado Guerrero se quede en Granada mi atención se va a los ocho gabinetes de prensa presentes en el acto y a la nutrida representación de los 120 empleados que Izquierda Unida ha colado en la Diputación de Granada.
Mientras calculo cuántos años he de cotizar para que mi pensión me dé de comer, leo que no se tocará el blindaje de los diputados y senadores: Dos legislaturas y ya tienen garantizada la pensión máxima. La demagogia se me dispara y sueño con lo que José Saramago describía en 'Ensayo sobre la lucidez': En mayo y en marzo del año que viene, mayoría absoluta para los votos en blanco. O sueño con irme a Túnez donde miles de demagogos han puesto de patitas en la calle al presidente tan querido del Banco Mundial; o a las calles de Londres para ver el terror en las caras de los príncipes herederos en su coche zarandeado por miles de estudiantes a quienes ciega la demagogia.

viernes, 14 de enero de 2011

Granada, Calle Joe Strummer



Anoche llegó a la sala Planta Baja la gira que Chuck Prophet realiza por España interpretando al completo el London Calling, grabado por The Clash en 1979. El concierto coincidió con la aparición de una iniciativa en Facebook, que en sólo dos días ha sumado más de quinientas adhesiones, para dedicar una calle o plaza de la ciudad al lider de The Clash Joe Strummer, vinculado a la ciudad y a sus músicos durante buena parte de los ochenta y los 90. Izquierda Unida planteará la semana que viene la iniciativa a la Comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento.

Publico el reportaje que emití ayer sobre ambas noticias en Canal Sur Radio y Radio Andalucía Informacion.

CSR

Y para quienes se perdieron el concierto de Chuck Prophet & The Spanish Bombs en Granada, aquí están los enlaces a los vídeos de otro concierto idéntico, el celebrado el día de Reyes en la sala Charada de Madrid.


1. London Calling
2. Lost In The Supermarket
3. The Guns of Brixton
4.
Wrong 'em Boyo
5. Lover's Rock
6.
Train In Vain

La última foto es de la fiesta del 40 cumpleaños de Joe Strummer, celebrado en Granada en 1992. Le acompañan José Antonio García y José Ignacio Lapido, entonces en 091.


martes, 11 de enero de 2011

Playlist nº 32: Bob Dylan reconstruido (V)

Frankenstein Zimmerman
V. Con Dios de su lado (1979-1989)

Es esta la quinta entrega que publico en el blog de la biografía musical de Bob Dylan reconstruida a través de las versiones grabadas por otros artistas. Y esta entrega abarca un período muy extraño en la obra de Dylan, los ochenta, unos años de decadencia como compositor y como intérprete pero que no se pueden denostar en su conjunto. Una época marcada en gran parte por la repentina conversión religiosa que marcó su obra musical y que estuvo a punto de arruinar su carrera, pero que por otro lado dio lugar a notabilísimas canciones y al descubrimiento de un nuevo Dylan, uno más entre tantos, el músico de gospel.

No cabe despachar con desprecio la etapa que comenzó en 1979 con su conversión en cristiano renacido, cercano a las ideas fundamentalistas evangélicas, con Dios y el Diablo siempre en los labios, rezando junto a sus músicos antes de cada concierto y proclamandose salvado. No se puede proque su trilogía de discos de gospel, Slow Train Coming, Saved y Shot of Love es excelente, y ha ganado con el tiempo. Every Grain of Sand, Gotta Serve Somebody, Pressing On o Satisfied Mind están entre sus grandes composiciones. En Shot of love comienza a perder fuelle su furor cristiano y se vuelven a incluir composiciones profanas. Con Infidels su fe da un giro y se acerca hacia el judaismo que vivió en su infancia. Es otro buen disco pero revela ya el descuido, la desgana y la falta de criterio que le lleva a descartar de los álbumes sus mejores canciones (Es de locos que Blind Willie McTell -su mejor composición de madurez-, Lord Protect My Child y Foot of Pride quedaran fuera de Infidels).

Es a mitad de la década, cuando los hum
os religiosos se le habían bajado bastante, que los síntomas de decadencia se hacen alarmantes: Real Live y Dylan & The Dead son directos tirando a patéticos. Pese a contener Tight Connection To My Heart y When The Night Comes Falling To The Sky, Empire Burlesque, producido por un Arthur Baker que parece la antítesis de Dylan, apesta a sonido ochentero. De Knocked Out Loaded sólo se salvan las composiciones ajenas y tradicionales y el Brownsville Girl coescrito con Sam Shephard, y Down In The Groove es un álbum deprimente en el que apenas hay canciones propias y de nuevo los oldies son lo único decente. El agujero creativo y personal en que estaba Dylan, que se consolaba con divertimentos anodinos como Travelling Wilburys, queda acreditado por el propio Bob Dylan en Crónicas Vol. I, así como el doloroso proceso de levantar cabeza grabando con Daniel Lanois Oh Mercy y lanzándose al Neverending Tour, su gira mundial de veinte años. Pero esto ya se contará en la próxima entrega.

No hay manera de encontrar versiones especialmente brillantes d
e sus canciones de este período y la selección es necesariamente más floja e incompleta que las anteriores. Abundan los grupos de gospel y destacan el dúo marciano de Kylie Minogue y Nick Cave con Death Is Not The End, la minimalista y devota -a Dylan, no a Dios- versión de Every Grain of Sand por The Tallest Man On Earth, el emocionante License to Kill por Ritchie Havens o el evocador Blind Willie McTell del ex-Stone Mick Taylor. Con las composiciones ajenas he elegido las versiones originales o más populares; atención a Precious Memories, Shenandoah y Ninety Miles An Hour, y claro, al dylaniano número uno, Brian Ferry, a quien Dylan devolvió el favor versioneando Let's Stick Together.



Próxima lista:
Neverending tour (1989 -?)


Listas anteriores:
I. Los años del Village (1961-1964)
II. Los años eléctricos (1965-1966)
III. Los años de Woodstock (1967-1973)
IV.El sonido del trueno (1974-1978)


Slow Train Coming (1979)

Gotta Serve Somebody
- Aaron Neville

Precious Angel
- Esteban Paez
I Believe In You - Cat Power
Slow Train - Herman Dune
Man
Gave Name To All The Animals - Townes Van Zandt
When He Returns
- John Lee Sanders

Saved (1980)

Satisfied Mind
- Blind Boys of Alabama

Covenant Woman
- Valle Erling & Mattias Hellbe
What Can I Do For You - Helen Baylor
Solid Rock - Third Day
Pressing On - Chicago Mass Choir
Are You Ready?
- Fairfield Four


Shot Of Love (1981)

Shot of Love
- PJ Harvey
Heart of Mine - Mountain
Lenny Bruce - Stan Ridgway
The Groom's Still Waiting At The Altar - Elkie Brooks
Every Grain of Sand - The Tallest Man on Earth


Infidels (1983)

Jokerman
- Herman Dune

Sweetheart Like You
- Guy Davis

License To Kill
- Richie Havens

Don't Fall Apart On Me Tonight
- The Broken Chimneys

Outtakes de Infidels (1983)

Lord Protect My Child - Maria Muldaur

Blind Willie McTell - Mick Taylor


Empire Burlesque (1985
)

Tight Connection To My Heart - Luckyman
I'll Remember You
- Soweto Gospel Choir

Clean Cut Kid
- Linda Gail Lewis

When The Night Comes Falling From The Sky
- The Jeff Healey Band

Dark Eyes
- Dirty Projectors



 
Knocked Out Loaded (1986)


They Killed Him
- Johnny Cash

Precious Memories
- Loretta Lynn & Friends





Down In The Groove (1988)

Let's Stick Together
- Bryan Ferry

When Did You Leave Heaven
- Big Bill Broonzy

Sally Sue Brown
- Arthur Alexander

Death Is Not The End
- Nick Cave & Kylie Minogue

Shenandoah
- The Statler Brothers

Ninety Miles an Hour
- Hank Snow

Rank Strangers To Me
- The Bishops


lunes, 10 de enero de 2011

Obsolescencia programada



Comprar-Tirar-Comprar, fantástico documental coproducido por Arte, TVE y TV3 sobre las técnicas que se emplean en la industria para que los objetos de consumo tengan fecha de caducidad y deban ser sustituidos. Atención al apartado dedicado a Apple y sus iPods, aplicables también a los iPhones, teléfonos sin batería extríble que hay que tirar a la basura cuando ésta muere.

domingo, 9 de enero de 2011

¿Qué se han fumado?


Editors: Smokers Outside The Hospital Doors

Sólo los ignorantes pierden el tiempo en debates que otros resolvieron antes. Y sólo una profunda ignorancia explica tanta literatura sobre la Ley Antitabaco y tanta cábala sobre sus supuestas consecuencias, negándonos a mirarnos en el espejo de otros, como si fuéramos el primer país que aprueba una ley así. Por las barbaridades que se llegan a oír me pregunto si lo que se ha estado fumando en España era sólo tabaco.
Porque ¿Qué se está fumando medio país para amagar una guerra civil de cada controversia que en sociedades más maduras se lleva con naturalidad?
¿Qué se habrán fumado -algo muy fuerte, seguro- exaltados como el que le abre la ceja al cam
arero que le pide que no fume o el que agrede a una enfermera en un recinto en el que desde hace años no se fuma? ¿Qué les dan de fumar a esos tertulianos cavernarios que azuzan a esas y otras fieras? Es repugnante escuchar a tanto baboso cuasifascista llenándose la boca con la palabra libertad. Es alucinante comprobar que los fundamentalistas del fumar dirigen sus improperios a Zapatero ¿Saben que la Ley se aprobó por unanimidad -PP incluido- o el humo les impidió verlo?
¿Qué se ha fumado el alcalde de Valladolid cuando tacha de delator
y Gestapo a quien denuncia que se incumple la Ley? 
 Muy fumados deben ir periodistas y editorialistas para escribir sin sonrojo falsedades como que esta ley es la más prohibicionista de Europa, que en Irlanda la ley sin humos acabó con miles de bares o que la ministra Pajín anima a la denuncia anónima.

¿Qué se han fumado esos hosteleros para ver en la Ley Antitabaco la antesala del Apocalípsis, la ruina que por ningún otro país ha asomado? ¿Recuerdan a aquellos comerciantes encadenados a sus tiendas de la calle Mesones contra la peatonalización que iba a ser su ruina y que, sin embargo, les hizo ricos? ¿No muestra la misma cortedad de miras el catastrofismo de algunos hosteleros de hoy? Con su agudo olfato empresarial, ahora se lanzan como locos a pedir licencias de terrazas, para alborozo de los concejales de Hacienda. Veremos si son capaces de llenarlas de fumadores.


La ignorancia se cura viajando. Dejen de lamentarse, váyanse de bares y restaurantes por los países vecinos que llevan años con leyes similares a la nuestra sin que ni los empresarios se hayan arruinado ni los clientes traumatizado. Y si no quieren viajar, miren más cerca: Pregunten a los propietarios de Casa Ysla, en cuyas cafeterías no se fuma desde 2006 y el negocio no para de crecer. O simplemente salgan a la calle. Yo lo hice este fin de semana. Cené al quinto intento tras pasar por cuatro restaurantes en los que no cabía un alfiler. Tomé una copa en bares con la animación de siempre pero en los que se podía respirar. Al final pude descansar dejando la ropa, sin olores, en mi dormitorio. ¡Qué bendición!

domingo, 2 de enero de 2011

El oso y la abeja

Éranse una vez un oso y una abeja que vivían juntos en el bosque y eran grandes amigos. Durante todo el verano la abejita estuvo recolectando néctar incansablemente de la mañana a la noche, mientras el oso se pasaba el día oyendo música, leyendo o tumbado al sol mientras miraba crecer la hierba. Llegó el invierno y el oso se dio cuenta de que no tenía nada que comer. Se dijo “Espero que mi amiga la atareada abejita comparta conmigo su miel”. Pero no pudo encontrar a la abeja por más que buscó. Había muerto de un ataque al corazón causado por el estrés.

Cada noche deberíamos contar a los niños antifábulas como ésta, para contrarrestar el argumento genéticamente heredado de que el trabajo, que el Génesis definió como una condena añadida a la orden de alejamiento del Paraíso, es una bendición que nos dignifica y nos hace mejores. Durante milenios tergiversaron el terrible “Ganarás el pan con el sudor de tu frente” hasta llegar al “Arbeit macht frei” (El trabajo os hará libres) inscrito en el atrio de los campos de concentración nazis. En estos tiempos hemos de añadir que gran parte de la población no puede acceder a un empleo, con el que no buscan ser seres humanos más completos, sino simplemente subsistir, y esa precariedad contribuye a mitificar la posesión de un trabajo y a que muchos acepten el que sea. No hay ética tras esa retórica, sólo el frotarse las manos de quienes se benefician de ella, quienes venden muy caro un contrato laboral. Está uno cansado del discurso de que cuando dispones de un buen empleo has de valorarlo, sobre todo si quienes así se expresan son los propios asalariados. Porque de estar contentos hay un paso al estar agradecidos, porque sabemos a quienes va ese agradecimiento y la sumisión que conlleva. Y la falacia que implica, pues todas las generaciones que han padecido esa exaltación del trabajo han conocido a cientos que vivían divinamente sin dar un palo al agua.

Esa retórica perversa cobra nuevos bríos con la ampliación de la edad de jubilación. Por doquier surgen voces alabando las ventajas de trabajar más tiempo, de lo saludable que es estar activos hasta que muramos o nos rompamos la espalda. Es sangrante que el discurso venga del mundo de la empresa, que nos quiere cotizando hasta los 67 años y más allá pero por lo general a partir de los 55 nos considera inútiles, y aún peor es escuchar el melifluo sermón de quienes están tan convencidos de que tienen mucho que aportar a la sociedad incluso con las caderas rotas y principio de alzeimer. Una cosa es que uno permanezca activo y creativo mientras le duren las fuerzas, ocupado en disfrutar de la vida, y otra bien distinta que tu agenda diaria te la organicen otros hasta que no puedas más. “Me gusta mi trabajo”, dicen. A mí, a ratos, pero como Baterbly, “preferiría no hacerlo”.