lunes, 28 de septiembre de 2009
Bombas sónicas en Pîttsburg
Último artículo publicado en Granada Hoy
La audiencia es el tótem. Más que la publicidad o el éxito a los que va ligado, el share es un valor en sí mismo. Cambiamos rigor por directo, noticia por suceso, información por espectáculo y por el camino creamos un híbrido, el infotainment. En una reciente conferencia de CC.OO. sobre las radiotelevisiones públicas españolas se coincidió en la urgente necesidad de politizar la información, un concepto abiertamente revolucionario frente a la impuesta despolitización de la sociedad. Allí sindicalistas de RTVE citaron el fenómeno de los chochi-cierres: Antes de que aparecieran los bustos parlantes de Ana Blanco o Lorenzo Milá había orden de emitir, sin solución de continuidad, otra clase de bustos. El último minuto de programas como Corazón o Gente mostraba, por ejemplo, el pecho de la modelo Eva Herzigova que, según la locución, “...puso sobre la mesa sus argumentos y su cotización aumentó considerablemente de talla, convirtiéndose en la musa de un famoso sujetador fabricado para elevar la moral”… O el concurso del “Mejor trasero del mundo”. Para aumentar la audiencia del Telediario, antes de las tres no deben faltar las tetas.
Propongo un acuerdo: Politicemos la información sin que falte el espectáculo. ¿Quieren morbo? ¿Qué tal mostrar a quienes protegen al presidente legítimo de Honduras en la Embajada de Brasil vomitando y desmayándose por los gases que desde el exterior lanzan los golpistas? ¿Por qué no retratar en toda su crudeza a las milicias fascistas autorizadas por Berlusconi mientras apalean o queman vivos a rumanos o africanos? Noto que no ponen buena cara. Acaso es porque esas imágenes no solo revolverían estómagos sino también conciencias.
martes, 22 de septiembre de 2009
El que apaga la luz ...en otoño
Segunda mixtape para descargar
domingo, 20 de septiembre de 2009
Último artículo publicado en Granada Hoy
El gran chasco
Llegaron al poder denunciando las mentiras de la derecha sobre la guerra de entonces; hoy nos han enfangado en la gran mentira de Afganistán, con soldados enfrentándose a delincuentes comunes, o reconstruyendo nadie sabe qué cosa. Será gracias a sus votos que Durao Barroso, la derecha más rancia, la cuarta pata del banco de las Azores, el valedor de la jornada de 65 horas, seguirá al frente de Europa. Piensan que con cuarto y mitad de prestaciones sociales cubren el expediente del progresismo, y su ministro de Exteriores va por el mundo elogiando a impresentables tiranos para lograr acuerdos energéticos, como un títere al que se le ven los hilos que el presidente de Repsol maneja.
Pueden comportarse como canallas pero ni siquiera son canallas eficaces. Los caprichos y boutades de un presidente al que le enseñaron economía en dos tardes dieron para bajar impuestos a todos pretendiendo que hacerlo era de izquierdas y, ahora que ha de subirlos, seguir sin plantar cara a los más poderosos y más tramposos. Dicen no querer reforma laboral, de acuerdo, pero no les oigo hablar de esa imprescindible reforma empresarial que ponga firmes a quienes contemplan la crisis desde la borda del yate pero extienden la mano como pedigüeños en la puerta de una iglesia.
La economía sostenible fue la última ocurrencia. Adiós al ladrillo y hola a la fibra óptica, los coches eléctricos y los platillos volantes. Pero cierren el portátil que volvemos al botijo. Las inversiones son para adoquinar, las de investigación se recortarán un treinta por ciento en el próximo presupuesto.
No todo lo explica el cabreo de Prisa por los privilegios perdidos, no nos hace falta retratar un país a la deriva o en pendiente. Son otras, muchas y más importantes, las frustraciones que nos harán recordar estos años como los del gran chasco.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Animales y animales de bellota
En nombre de la tradición, en nombre de la ciencia
Esta misma organización, que participa en las manifestaciones que cada año se realizan en Tordesillas contra la fiesta del Toro de la vega, realizó días atrás otra espectacular acción al encaramarse a la Giralda y desplegar una pancarta por la abolición de la tauromaquia.
Holocausto en el laboratorio
El fin de la experimentación con animales para las industrias farmacéutica, química y alimentaria es otra de las batallas, ésta más difícil aún, que llevan adelante los defensores de los animales. El endurecimiento de la normativa europea para garantizar la seguridad de los productos químicos destinados al consumo puede desencadenar un auténtico holocausto con hasta 140 millones de víctimas: animales sometidos a la experimentación en laboratorios. Y lo más paradójico es que sea con fines ecológicos: Establecer garantías sanitarias y de seguridad a 140.000 compuestos químicos. La Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos quiere sacar adelante cuanto antes el reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas). En la actualidad la evaluación de riesgos se realiza mediante experimentación en laboratorio con animales vivos y la industria química, reticente al reglamento porque debe hacerse cargo de todos los gastos, ha calculado en unos 140 millones los sacrificios de animales necesarios en la próxima década para poder aplicar la nueva normativa. Eso significa incrementar un 1.100% las cifras actuales. Hay que tener en cuenta que el Parlamento Europeo ha aprobado recientemente una directiva sobre Experimentación Animal hecha a medida de los laboratorios y en la que, por ejemplo, la gran mayoría de los eurodiputados españoles votó a favor de seguir autorizando la experimentación con simios capturados en su hábitat, como denunció el diputado de Los Verdes David Hammerstein, uno de los pocos que se opuso. A los eurodiputados les vendría bien la lectura de este brevísimo y sobrecogedor relato del israelí Etgar Keret.
Por la noche volvió Lucach a soñar que estaba en la jungla. Que saltaba de árbol en árbol, comía plátanos y que se follaba a todas las monas.
-Venid, cobardicas -tentaba Lucach a los demás monos, con su espesa piel brillándole al sol-, que el tío Lucach les va a enseñar lo que es llevarse el gato al agua. Pero todos los demás machos se ocultaban y permanecían en sus escondrijos, porque sabían que con Lucach era mejor no tenérselas.
Lucach despertó de su sueño con un espantoso dolor de cabeza. Las heridas que tenía por todo el cuerpo le escocían como un demonio. Algunas supuraban un pus espeso porque, por lo visto, se las había vuelto a rascar mientras dormía. Salió de la jaula, cerró la puerta tras de sí, y se encaminó apresuradamente hacia el laboratorio experimental número tres (el laboratorio para la investigación del cáncer de piel). Estaba muy orgulloso de su lugar de trabajo. Mientras que la mayoría de los demás animales eran utilizados para experimentos sin importancia, como en el laboratorio dos (cosmética) y en el cuatro (ojo vago), Lucach estaba participando en un experimento realmente importante.
Llegó justo a tiempo para la inyección de las nueve. La que se la puso esta vez fue Irene.
-Deja de rascarte las heridas, Lucach -le dijo Irene-, lo único que consigues con eso es ponértelo peor.
Lukach dejó de rascarse. Irene era la que mejor le caía de todos los ayudantes.
-Dime -le preguntó Lucach mientras ella le inyectaba el específico-, cuando el experimento termine encontremos el medicamento ese para el cáncer, ¿crees que me permitirán tomarme unas vacaciones? Echo muchísimo de menos la jungla.
Irene le extrajo la aguja del hombro y él la vio triste.
-No te preocupes, Irene -intentó tranquilizarla-, no me iré por mucho tiempo, tú ya me conoces, yo soy ya no me veo sin trabajar, después de un mes de vacaciones estaré subiéndome por las paredes. Cuando vuelva me presentaré voluntario para el experimento del Alzheimer, y así podremos seguir trabajando juntos.
Irene lo abrazó, se echó a llorar, y Lucach no supo muy bien que hacer.
-Hei, mira, tengo una idea -le dijo mientras le acariciaba la nuca.- ¿Y si te tomas también tú unas vacaciones y nos vamos juntos a la jungla? Así te podré enseñar donde me crié, el paisaje, y te presentaré a mi familia. Te lo pasarás muy bien. Alllí todo es tan verde.
Irene no le contestaba y seguía llorando, aunque poco a poco se fue tranquilizando. Cuando dejó de llorar soltó el abrazo de Lucach, dio un paso atrás y sonrió:
-Pues claro que iré contigo -le dijo a Lucach.- Este año sí se avendrán a darme unas vacaciones.
-¡Estupendo! -se alegró Lucach mirándola a los ojos, que todavía tenía húmedos-. Allí lo pasaremos de fábula -le prometió-, ya verás lo bien que lo vamos a pasar.
De La chica sobre la nevera y otros relatos. Siruela, 2006.
Traducción del hebreo Ana Bejarano
domingo, 13 de septiembre de 2009
Último artículo publicado en Granada Hoy
lunes, 7 de septiembre de 2009
Ya no hay clases, hay marcas
Ocurrió con los emprendedores, fue la forma en que el neoliberalismo travestido de socialdemocracia que nos gobierna rebautizó a los empresarios, los banqueros, los ricos en definitiva, para hacer más digerible el otorgamiento de prebendas y ayudas a quienes menos las necesitan. La utilización política del lenguaje -la misma que hace que a los datos se les llame pesimismo, al empobrecimiento desaceleración, a la construcción de campos de golf sostenibilidad, a los cuchitriles soluciones habitacionales y que los ríos no se trasvasen, se transfieran- se vuelve especialmente refinada cuando su objetivo es perpetuar las diferencias sociales sin que se note demasiado. El último vocablo al que se recurre para que nos quede claro que no somos iguales es excelencia: Se llama excelencia turística a un modelo que promociona los hoteles de lujo, el golf y la exclusividad; excelencia empresarial es el manejo de los resortes que permitan obtener los mayores dividendos y según los manuales de autoayuda, la excelencia personal tiene entre sus pilares un profundo sentido del liderazgo. Así lo ve Mauro Entrialgo en su Plétora de piñatas.
Ignacio Escolar nos recuerda que no es nada nuevo el temor reverencial de los gobiernos socialistas a tocar los privilegios de los ricos. Ahora que Elena Salgado recula en la subida del IRPF a las rentas más altas y reitera que las sociedades de inversión de capital variable, las SICAV, seguirán disfrutando de su paraíso fiscal, Escolar nos recuerda que apenas llevaba un año en el poder Rodríguez Zapatero cuando el Congreso aprobó el blindaje y los privilegios fiscales para las SICAV:
El triunfo de los más ricos
Ignacio Escolar, 6 de septiembre
El 30 de junio de 2005 pasará a la historia del Congreso de los Diputados. Aquella mañana, el Parlamento aprobó una de las reformas sociales más importantes y valientes de la Democracia: el matrimonio homosexual. Pero ésa no fue la única votación trascendente del día. Unas horas después, el mismo 30 de junio en un hemiciclo bastante más vacío, el Congreso sacó adelante una moción por la que las ahora famosas Sicav, ese paraíso fiscal que sin salir de casa permite a los más ricos tributar al 1% por sus plusvalías, dejaron de estar bajo la supervisión de los molestos inspectores de Hacienda para pasar bajo la miope lupa de la CNMV. Las grandes fortunas lograron el milagro de enterrar la crispación: todos los partidos, salvo Izquierda Unida, votaron a favor.
En el divertidísimo periódico de noticias gamberras El Mundo Today, autores de noticias tan maravillosas como Un teclado permite escribir “a tomar por el culo” con una sola tecla o Un 12% de los niños andaluces aún no ha ido a contar un chiste a la televisión, encontraréis una información que hoy os puede hacer gracia, pero cualquier día no os extrañaréis de encontrar en la portada de El País:
Crean un DNI para los que son mejores que el resto
domingo, 6 de septiembre de 2009
Último artículo publicado en Granada Hoy
Los políticos, y en general la gente que se toma a sí misma demasiado en serio, velan por los símbolos patrios porque catalizan sentimientos primarios y estimulan pasiones colectivas sin recurrir a la razón. El “Dios, Patria y Rey” del carlismo y el “Patria o muerte” del castrismo, van dirigidos a la epidermis y las vísceras, nunca al cerebro, y nada mueve más al bostezo que las guerras de banderas que cada verano estallan en las fiestas patronales del País Vasco.
Antes del episodio de Granada dos chavales, un andaluz y un canario, casi pasan seis años en las cárceles letonas por robar banderas del país báltico tras un partido de fútbol en Riga; un punki mallorquín fue juzgado por arriar la bandera española de unos juzgados de Palma e intentar quemarla después –aunque llevaba tal cogorza que no atinó con el mechero-, y un mexicano robó la enseña española que por algún extraño motivo ondeaba ante el Congreso de Aguascalientes, lo que consideraba ofensivo y colonialista.
Por fortuna no suelen tener éxito quienes pretenden convertir el ultraje a la bandera en un grave delito. Incluso en los EE.UU., que nos mete las barras y estrellas hasta en la sopa, el Senado frenó una reforma constitucional para prohibir la profanación de banderas y otros símbolos nacionales. Es doctrina reiterada por el Tribunal Supremo estadounidense que el ultraje a la bandera no debe penalizarse sino considerarse un derecho constitucional, pues encarcelar a quien ultraja la bandera constituye un ultraje más grave a la libertad de expresión; y es ese derecho mayor el que asiste y protege a quienes queman banderas y efigies del Rey en Cataluña o reciben al monarca en un estadio con una gran pitada.
Si los ediles del PP se sienten ultrajados por una gansada con la tela bicolor como víctima, les queda el mentado recurso de decir una misa de desagravio a la bandera en la Basílica de la Patrona. La Asociación de la Prensa de Granada, tan aficionada a las eucaristías y a encomendarse a la Virgen -para rogar por los periodistas con contratos precarios, supongo- puede asesorarles.
martes, 1 de septiembre de 2009
El negocio de la Gripe $
El segundo es una Carta abierta a la ministra de Sanidad española.