Lo malo conocido
Mientras el poderío capitalista se estruja las meninges para ver cómo acercarse cada vez más a su ideal de vida (cosa que tiene casi siempre al alcance de la mano), la presunta izquierda, de España y de tres cuartas partes del mundo, insiste en acomodarse al principio semimasoquista del mal menor. Ajustándose a ese imperativo, el uno sale diciendo que sí, que acepta que Obama no es de fiar, y que el número dos que ha elegido da grima, pero se apresura a subrayar que peor sería McCain, con su fiera de Alaska que es más carca que Margaret Thatcher y Esperanza Aguirre juntas. Y el otro añade que vale, que no niega que el Gobierno del PSOE es efectivamente un monumento a la pusilanimidad, y que tal parece que la vicepresidenta está haciendo méritos para que le den algún puesto en el Vaticano y el vicepresidente a que le otorguen otro en el Fondo Monetario Internacional, pero que más crudo lo tendríamos si regresaran a la Moncloa los del PP.
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