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lunes, 6 de enero de 2014

Playlist nº 49: Mujeres

Mujeres que trabajan por y para sí mismas -Sisters are doing it for themselves-; mujeres que exigen lomínimo imprescindible -R.E.S.P.E.C.T.-; mujeres que deciden tomar el volante de sus vidas, y no ocupar el asiento de la derecha ni el trasero -Copiloto-; firmeza contra el maltrato y el machismo -Don't hurt a woman-; denuncia de la esclavitud y los papeles secundarios -Woman is the nigger of the world-; hombres que deben estar a la altura de las mujeres; mujeres...

1. Aretha Franklin & Annie Lenox - Sisters are doing it for themselves
2. Nosotrash - Copiloto
3. Aretha Franklin - R.E.S.P.E.C.T.
4. Lou Reed - Don't hurt a woman
5. Vainica Doble - Al servicio de la mujer española
6. John Lennon - Woman is the nigger of the world
7. Estrella Morente - Yerma
8. Chavela Vargas - La sandunga
9. Ann Pebbles - How strong is a woman
10. Alaska y Dinarama - Mujeres rusas
11. Nina Simone - A single woman
12. Laura Nyro - Woman,s blues
13. Patti Scalfia - Like any woman do
14. Peggy Lee - I'm a woman
15. Carole King - Do right woman, do right man

martes, 17 de diciembre de 2013

Vengo del futuro y te traigo.. la censura

Una sombra de censura se cierne de nuevo sobre Europa aunque no se pronuncie abiertamente la palabra. En Suecia se empieza a aplicar un test que clasifica las películas de cine según su sexismo. Aún desde el Ministerio de Cultura se hace una calificación moral de las películas como aquellas, redactadas habitualmente por religiosos, que en otros tiempos leíamos cuando consultábamos la cartelera en el periodico -todos los públicos, mayores de 14 ó 18 años, menores acompañados, mayores con reservas o altamente peligrosa-. Soy consciente de que lo que me propongo escribir dará mucho que hablar, y no bien de mi, a mis amigas feministas entre otros, pero pienso que el respeto a la igualdad de derechos y a la diferencia no puede llevarnos a anatemizar todo lo que se salga de la norma común.

Paso a los ejemplos, que son más ilustrativos. Hoy John Ford no podría estrenar sin cortes su magistral El hombre tranquilo (The quiet man, 1952), al menos la secuencia casi al final de la película en la que John Waine arrastra de los pelos a Maureen O'Hara colina arriba y una vecina de Innisfree le ofrece una vara de madera -Tome, para pegar a su señora esposa-. Sería considerada una exaltación de la violencia de género.


Descendiendo de lo artístico, y considerando que el buen gusto y el respeto han de poner límites a chascarrillos y gracietas sin gracia, resulta impensable que el dúo Martes y 13 interpretaran hoy su gag Mi marido me pega, o que la misma pareja cómica representara su parodia Maricón de España o la protagonizada por Isabel Pantoja y Encarna Sánchez sería tachado de homófobo. Incluso la canción Corazón de tiza de Radio Futura estaría prohibida o mal vista por amenazar con dar una paliza a la amante.

El exceso en la corrección política y en el no sexismo coarta la libertad y suele propinar malos tratos al diccionario. Hemos de utilizar la razón y el respeto, pero si nos la cogemos con papel de fumar caemos irremediablemente en la autocensura. La mujer que nos da la bienvenida al futuro no nos trae lejía sino censura.

domingo, 7 de noviembre de 2010

No tomarás la libertad de expresión en vano


A los albardanes y bufones del fascismo -perdón, liberalismo- les encanta creerse Solzhenitsin, imaginarse mártires en potencia del gulag y la checa. Pero aun gozan más cuando se sienten transgresores y antisistema, aunque lo más cerca que hayan estado del martirio sea en una pelea de borrachos y cornudos -¿verdad, Hermann Tertsch?- y su rebeldía se transforme en genuflexión cuando determinado poder político es generoso con ellos.

Y aún se encuentran más atractivos y autorizados para pontificar sobre cualquier asunto si tuvieron un pasado de izquierdas como jóvenes radicales, poco importa si ejerciendo de terroristas que remataban policías a martillazos (Pío Moa) o como perseguidos y encarcelados por defender -entonces sí- la libertad de expresión (Albert Boadella). Su metamorfosis está narrada por ellos mismos como una heroica lucha contra los prejuicios en el best-seller para gacetilleros Por qué dejé de ser de izquierdas del tandem Somalo-Noya. Se pueden echar unas risas.

El último episodio que les ha unido ha sido el escándalo en torno a Fernando Sánchez Dragó y aquella aventura con japonesitas de 13 años que debió gustarle tanto que la contó en dos libros -nada extraño, lleva años autoplagiándose y vendiendo las dos o tres únicas ideas literarias, bastante pobretonas por cierto, que alguna vez tuvo-: Primero en la biografía Una vida mágica (1984) y ahora en Dios los cría... al alimón con su compadre Boadella. Hablo del manifiesto que quince intelectuales han firmado y rápidamente remitido a El Mundo, un opúsculo que han tenido la desfachatez de titular Contra la quema de libros. Manifiesto por Fernando Sánchez Dragó ¿Quién ha quemado qué cosa?

Veamos, entre estos valedores de la libertad encontramos al propio Albert Boadella -juez y parte pues cobra del libro de aventuras pedófilas-, en tiempos dramaturgo encarcelado, hoy director de los Teatros del Canal de Esperanza Aguirre. Está Fernando Savater, aliado de todas las asociaciones de víctimas más intolerantes y politizadas, ideólogo no demasiado en la sombra de Basagoiti y los populares vascos. Nos encontramos con José Luis Garci, otro amigo de Espe, que financió con quince millones de euros de los madrileños su tostón Sangre de Mayo, cuya recaudación no llegó al millón. También firman el que fue director de la Biblioteca Nacional cuando Esperanza era ministra, y secretario de Estado con Pilar del Castillo, el engominado poeta Luis Alberto de Cuenca, y su sucesor en la Biblioteca Luis Racionero, que tuvo que lidiar con una acusación de plagio y que desvió trescientos mil euros de compra de libros para adquirir esculturas y tapices. En fín, toda la pandilla, a la que se ha unido Enrique Bunbury, preparando tal vez el terreno para ser el Miguel Bosé de la futura era Rajoy, miembro fundador de un club que cambiará la ceja por la cicatriz en la barbilla.



En un alarde de tremendismo ilustran su manifiesto con fotos de las SS llevando libros a la hoguera, pero ojo, lo que están defendiendo en realidad no es la libertad de expresión, que el asaltacunas de marras anda ejerciendo a diestro y a aún más diestro en los medios del bunker, sin que nadie se lo impida y aprovechando para volver a jactarse de sus hazañas eróticas; lo que defienden es el derecho de Sánchez Dragó a no ser criticado diga lo que diga. Es decir que, en aras de la libertad de expresión, no se debe poner cara de asco si uno escucha o lee a un baboso pavoneándose de haberse follado a dos "zorritas de 13 años", alguien que sin conocer la medida de su ego es capaz de, en su descargo, compararse al mismísimo Vladimir Nabokov y su Lolita. Menos mal que olvidó citar a Polanski, tal vez porque éste nunca se jactó de lo que tres décadas después casi le lleva a las cárceles californianas. Por cierto, no me hablen de doble rasero con Polanski pues nadie que haya criticado su desproporcionada persecución ha defendido su aventura con una niña de trece años.

Defendiendo a un mal escritor y a una peor persona que se autoparodió hasta quedarse en personaje -sus salidas de tiesto en los informativos de Telemadrid son carne de zapping humorístico-, los Savater y compañía hacen el ridículo más espantoso cuando ellos, martillo de la corrección política, recurren al eufemismo: “atisbo de relación sexual” -vulgo: “se tiró a dos crías”-. Rescatemos el párrafo completo: “Resulta incomprensible que se desate semejante odio hacia un escritor por haberse referido, de forma por lo demás literaturizada, a un hecho inequívocamente amparado por la ley: haber mantenido algún atisbo de relación sexual con menores que superan una determinada edad y que actúan con su pleno consentimiento”. Todo queda en que acostarse con menores simplemente es políticamente incorrecto y con el tiempo queda como una aventurilla para contar a los amigos o escribir en un libro. Y tal vez sea así, la moral es un corsé siempre cambiante, pero ver como se acogen al relativismo moral quienes lo consideran una grave amenaza es bastante risible. Al igual que en docenas de comentarios plasmados en las webs ultras, nos encontramos aquí con señores de derechas argumentando sobre la edad legal de consentimiento sexual para justificar actos de pederastia según de quien vengan. Teniendo en cuenta que han sido los curas católicos los protagonistas de los más sonados y numerosos escándalos de sexo con menores, se entiende que la gente de orden tienda a ser comprensiva con estos casos. Habría que ver si estas probas familias desde las que se defiende a Sánchez Dragó le permitirían mantener “atisbos de relación sexual” con sus hijos o hijas, limitándose a poner boca abajo el retrato de San José María Escrivá.



Si citamos al propio Sánchez Dragó al respecto de este asunto, probablemente le demos la razón: "La llamada 'corrección política' es un eufemismo para designar lo que antes se llamaba censura, o limitaciones expresivas , o inquisición, o lavado de cerebro. Su ámbito es, sobre todo, lingüístico, aunque a veces pueda extenderse a lo fáctico e incluso a lo penal. Es un movimiento puritano e integrista que parte de la idea de que los textos de las sagradas escrituras son inamovibles y deben interpretarse en su literalidad. Hay una policía del pensamiento único, una especie de nueva brigada político-social, que se encarga de aplicar sus normas y de perseguir a quienes las infringen con miras a imponer la sociedad del control frente a la del libre albedrío. Vuelve así o, mejor dicho, se exacerba algo que en España siempre ha sido mal endémico: la existencia de delitos de opinión. ¿Inmoralidad? Moral viene del latín mos, que significaba 'costumbre'. Donde no hay libertad de costumbres, todo se vuelve inmoral. Es lo que sucede ahora". ¿Dónde hay que firmar? ...Salvo por un pequeño problema... Quien esto dice, los informativos que presenta y muchos de sus seguidores llevan años ejerciendo la persecución de todo lo que se salga de su propio ecosistema moral: igualdad, distintos modelos de familia, aborto y contracepción, libertad religiosa, ateismo, sexualidad libre... Quien los crea que los compre.



La izquierda, y toda la progresía de la era zapateril, tiene una importante responsabilidad en que todo esto ocurra. Es la santurronería que han impuesto las ideologías llamadas de género, LGBT, multiculturalistas, etcétera, lo que ha provocado una reacción desmedida en sentido contrario. La obsesión por la corrección política, el lenguaje no sexista y otras zarandajas de miembros y miembras han devenido en una forma de beatería, un nuevo puritanismo que se rasga las vestiduras a la primera de turno, y que acaba por promover nuevas y viejas formas de censura. Esa es la explicación para que en los mismos días se oyera a tanto tertuliano progre meter en el mismo saco las boutades pederastas de Dragó con las legítimas críticas -en un igualmente legítimo uso de la libertad de expresión- de Arturo Pérez-Reverte al lloriqueo del ex ministro Miguel Ángel Moratinos por su poltrona perdida. Yo estuve de acuerdo con el escritor y hubiera preferido ver llorar a Moratinos por el chaval saharaui al que sus amigos marroquíes asesinaron en esos días, en lugar de por su puesto de trabajo; y desde luego jamás habría hecho esa equiparación de los dos casos para demostrar no sé qué atavismos machistas de la derecha (No sé de dónde se han sacado que Pérez-Reverte sea de derechas).



Pero ante este panorama la reacción de una extrema derecha que nunca ha contado con tantos y tan poderosos púlpitos mediáticos es la de echarse al monte de la incorrección política. Esa derecha anda suelta y sin vacunar, feliz de creerse amoral y antisistema; no importa si para provocar ha de hacer apología de la pederastia, lubricar con los morritos de una ministra o promover que se desposea a los rojos de la tutela de sus hijos. Los unos por los otros, así nos va, pero si hay una cosa que deberíamos exigir es que no nos confundan, que esto no va de libertad de expresión.


lunes, 1 de noviembre de 2010

Ehpañó y andalú, cazi ná


Padul -perdón, Er Paú- acogió este fin de semana la quinta Hunta d’ehkritoreh en andalú, extravagante encuentro de quienes mantienen que el habla andaluza, o mejor dicho, las diversas variedades fonéticas que el idioma español adopta en Andalucía merecen una norma común para su transcripción a la escritura. Junto a lecturas de la obra de quienes escriben en ese andalú de ficción se presentaron ponencias tan bizarras como una que explicaba Er sihnifikáo sosio-kurturà i er komportamiento morfo-sintáhtiko de la ahpirasión andalusa.

Establecer una gramática para un inexistente andalú común se antoja tan carente de interés como imposible. El propio enunciado del congreso se transcribe en sus documentos de cuatro maneras diferentes; unos defienden el ceceo por considerar el seseo cosa de señoritos, otros van todo el rato haciendo eses. El propio organizador de la cosa, Huan Porrah -no se rían, que lo de Gorka Reondo (loh de Birbao nasemoh onde keremoh) es aún peor- opta directamente por defender el empleo de incorrecciones más próximas al analfabetismo funcional que a un mínimo común culto: rempuhà, bemoh tenío en kuenta, golè, munxo... Quienes nos ganamos la vida ante un micrófono nos rebelamos en su día contra que nos obligaran a hablar un castellano de Burgos y al mismo tiempo abominamos del andaluz forzado, pero la idea de una ortografía andaluza diferenciada me recuerda a aquella pegatina en la popa del Seat 127 con la que papá nos avergonzaba: Zoy ehpañó y andalú, cazi na.



Sea como sea, esta charlotada tiene el encanto de su candidez friki si se compara con el caso valenciano, donde la política se inventó un idioma que no existe y abrió una Academia de la Lengua. El supuesto valenciano, que no llega ni a dialecto propio pues es el mismo catalán de la desembocadura del Ebro, es hoy uno de los idiomas que se hablan en el Senado con su traducción simultánea y todo.



Los intentos de cambiar la realidad mediante la modificación del lenguaje son recurrentes. Muchos piensan que en “1984George Orwell escribió un manual de instrucciones en lugar de una advertencia y a aplicarlo se dedican. Es ese el empeño del llamado lenguaje no sexista, parte esencial del corpus ideológico del género, que ni con el apoyo del poder político ha conseguido que las niñas dejen de pedir por Reyes princesas vestidas de rosa ni ha avanzado demasiado en igualdad real -esa que nada tiene que ver con cuotas ni despachos paritarios-. También las religiones hacen uso ideológico del lenguaje. La obligatoriedad del latín en la liturgia católica era una forma de evitar la herejía, o la simple interpretación personal de preceptos y creencias. Hoy la corrección política, reflejo de una nueva beatería de izquierdas, es el principal agente de modificación del lenguaje.

"En sociedades como las nuestras, donde escribir no es difícil, los dialectos sólo sirven para una literatura de escaso valor, pues la creación duradera está en la lengua de cultura" (Lengua y dialecto, cuestión de prestigio. Manuel Alvar. Universidad de Alcalá de Henares)

lunes, 11 de enero de 2010

Último artículo publicado en Granada Hoy


Babel

La escandalosa sentencia "Matar a un niño indefenso, y que lo haga su propia madre, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer", ha hecho pasar desapercibidos pasajes de la inspirada y comentadísima homilía navideña del arzobispo de Granada que rivalizan en fanatismo e ignorancia con dicha arenga antiabortista. El texto completo distribuido por el Arzobispado coloca a quienes hoy dirigen la Iglesia Católica, al menos a su representante en Granada, no muy lejos de los policías religiosos que en Somalia arrestan a los varones que afeitan su barba. O de los países islámicos que, animados por la católica Irlanda, reclaman a la ONU la persecución universal de la blasfemia.



En ese texto echa de menos Francisco Javier Martínez la Edad Media, “esa preciosa Edad Media –escribe- que nadie se atreve a recordar porque tampoco es políticamente correcto”, y sus órdenes militares que aniquilaban infieles en nombre de Dios. El arzobispo no ha leído quizás la “Historia natural del alma”, de la neuróloga argentina Laura Bossi, donde se cuenta que en su añorado medievo, y hasta el Siglo XIX, la idea predominante entre los teólogos era que “el alma humana entraba en el feto masculino alrededor del día 40 -seis semanas-, y en el femenino en torno al día 80”, es decir, nada menos que 12 semanas –según las ideas aristotélicas tan preciadas por la Iglesia, el feto del varón madura antes, prueba de la superioridad masculina-. Como no era posible conocer el sexo del feto hasta el parto -o hasta el aborto- “tan sólo se excomulgaba por abortos posteriores al día 80″. ¿El catolicismo propugnaba una ley de plazos en plena Edad Media?

Pues sí. Para Martínez la reforma del aborto es “una ley que impone a miles de médicos y enfermeras el mismo tipo de obligación que a los oficiales en los campos de concentración de Auschwitz -¿Mengele iba obligado?- o Dachau, en los que no podían rebelarse porque eran órdenes superiores”. No serán, pues, tan afortunados como los sacerdotes que asisten a los reos de muerte en las ejecuciones, los capellanes de los campos de concentración de Franco o los curas que decían misa obligatoria a los trabajadores esclavos del Valle de los Caídos. Éstos actuaban sin ser presionados.

Que otros, a poder ser con toga de fiscales, diriman si de las palabras del prelado, y de su refrendo por los obispos del Sur, por “licencia absoluta y sin límites” cabe interpretar una bula a la imposición a la mujer que aborta de relaciones sin medidas anticonceptivas, o directamente sexo no consentido, incluso con violencia. A Martínez en los juzgados ya le saludan. Yo me quedo con otra de sus frases: “Es posible construir un mundo al margen de Dios -estamos asistiendo a su construcción-, pero se trata de la Torre de Babel”. Justo donde quiero vivir.

martes, 28 de julio de 2009

Último artículo publicado en Granada Hoy

Los niños que no amaban a las mujeres

"Sabíamos que el dinero era un pretexto y que lo haríamos de todas for
mas, pero el paripé de nuestras apuestas calmaba el miedo. La pobre gata no se defendió; no tenía uñas. La señora Quimet cuidaba mucho sus cortinas”. La escena de Léolo, el extraordinario filme de Jean-Claude Lauzon, describía el descubrimiento del sexo entre la ignorancia y el horror” por unos preadolescentes que apuestan a quién es el valiente capaz de violar a una indefensa gata. No sé si hubo apuestas en Isla Cristina, Baena y Priego, pero sí que fueron mujeres, crías apenas, las víctimas de estas violaciones colectivas. cometidas por menores A menudo en el juzgado los agresores declaran que "lo que hacían les repugnaba, pero no participar cuestionaba su hombría dentro del grupo". Esa prueba de masculinidad es el común en estos casos que tanto cacareo fútil levantan; no se trata, por tanto, de derivas sociales o de pérdida de valores, sino de viejos conocidos: el sexismo y el machismo.



A nadie parece interesar esa relación sino las emociones primarias que provocan estos hechos; Los medios, acumulando noticias similares y análisis simplificadores, facilitan a políticos sin escrúpulos que recojan los frutos de esas emociones colectivas. Los mismos dirigentes del Partido Popular que tras el asesinato de Marta del Castillo espolearon el debate sobre la cadena perpetua ahora, tras varias violaciones colectivas cometidas por menores, piden ahora meter a niños en las cárceles. Logran su objetivo: Según una encuesta en la web de este periódico 94 de cada 100 lectores endurecería la Ley del Menor. Junto a las reformas legales nos cuelan su discurso contra el modelo educativo o la ideología de género. Oigo a un tertuliano -ese repugnante fascista bajo palio llamado Juan Manuel de Prada- culpar a un modelo de escuela “en el que se reparten condones a los chavales”. ¿Han oído a dirigentes del PP o leído a muchos articulistas preocupados por las víctimas? ¿Por su sentimiento de culpa, por su siempre pisoteado derecho a la intimidad, por la vergüenza y el estigma permanente, más profundo aún si los violadores son de parecida edad, del mismo entorno o incluso con vínculos afectivos? En Isla Cristina muchos se preguntan qué hacía la víctima de madrugada con varios chicos, obviando incluso la discapacidad psíquica de la niña.

Lo fácil es buscar culpables en Internet, el colegio, los padres... Pero si necesitan referencias ahí va una: Todo un país parece estar leyendo la trilogía de novelas de Stieg Larsson –que sólo conozco de oídas y por la versión cinematográfica de la primera entrega- sin enterarse de lo que, más allá de la intriga policial, realmente hablan: el machismo de siempre. En ‘Millennium’ los hombres violan, golpean y matan a las mujeres porque pueden hacerlo, porque ellos son más fuertes y ellas están a su disposición, para complacerles. Eso es lo único que han aprendido esos niños de Córdoba y Huelva, y eso es lo que nadie quiere ver.

domingo, 8 de marzo de 2009

Último artículo publicado en Granada Hoy

Aborto

Atónitos, los ediles del Partido Popular en Granada escucharon en el último Pleno el manifiesto del Día de las Mujeres, sin creerse que estuvieran aprobando una reivindicación explícita del derecho de las mujeres a decidir sobre su sexualidad y a la interrupción del embarazo sin trabas. Las mujeres de la Plataforma 8 de Marzo le habían colado un gol a la concejala de Familia que, evidentemente, no se había leído el comunicado que sometía a aprobación, justo cuando la caverna mediática se alista en una nueva cruzada contra la reforma de la Ley del Aborto y del Código Penal que busca que ninguna mujer pueda ir a la cárcel por interrumpir un embarazo.

Pero un manifiesto son sólo palabras; su poder de transformación de la realidad es tan escaso como el de las leyes que se dictan pero no se aplican. En 1985 un Gobierno socialista reguló el derecho al aborto; desde entonces las mujeres son delincuentes salvo en tres supuestos.

Ahora, tras incumplirse el compromiso electoral del PSOE durante una legislatura completa se anuncia que ya toca, que ahora sí llega el cambio y sobre cómo ha de ser se ha pronunciado una comisión de expertos. La caverna se escandaliza de que adolescentes que no pueden votar -¿para cuándo adelantar a los 16 el derecho a sufragio?- puedan decidir sin permiso paterno sobre tener o no tener un hijo –tenerlo para siempre, ella, no su padre ni su madre-. El problema real es otro: Del mismo modo que la Constitución garantiza el derecho a una vivienda digna pero el capitalismo especulativo se ríe de esa prerrogativa, el derecho al aborto no existe en tanto está ausente de la sanidad pública. En Andalucía, con los socialistas gestionando la salud desde hace treinta años, no se puede ejercer este derecho en ningún hospital público.

La obligación de todo médico debe ser aplicar la Ley, y nadie que se niegue a hacerlo debería ejercer en las secciones de obstetricia y ginecología de los centros públicos; la alternativa es cambiar de especialidad o irse al sector privado. No veo al feminismo subvencionado denunciar esta contradicción, advertir de que de poco sirve una ley de plazos si no se soluciona esa anomalía. Del mismo modo que en los últimos años se emprendió una inhumana persecución judicial hacia algunas mujeres, que incluyó allanamientos e intolerables violaciones de la intimidad, las clínicas de interrupción del embarazo también sufrieron dicho acoso. La leyenda urbana de las trituradoras de niños de pecho se hizo cuestión de fe en labios de algunos políticos con escaño. Por eso quiero no pensar que la influencia de quienes gestionan clínicas privadas – tal vez temerosos de perder un próspero negocio- tiene que ver con ese silencio. Sería muy valiosa la incorporación de sus profesionales al sistema público, incluso para cubrir las deserciones de quienes objeten.

jueves, 12 de junio de 2008

El teléfono de Aído

Oigaaa... Es el maltratador?... Que se ponga

Cómo suele suceder con las ocurrencias a las que tan aficionados son los políticos, cuando se dan cuenta de la burrada que han soltado y pretenden arreglarlo la lían más. La ministra de Igualdad Bibiana Aido se ha cubierto de gloria con su propuesta del teléfono para maltratadores, que después no era tal sino, según ella misma ha corregido, para hombres desorientados que sólo tienen sus roles tradicionales y han sido incapaces de adaptarse a los nuevos que tienen que asumir en la sociedad actual.

Poco se puede arreglar lo que no tiene arreglo, cuando la falta de medios, ideas y soluciones reales para afrontar un problema que se va de las manos se pretende ocultar recurriendo a los manuales de psicología progre. La ocurrencia ha sido nada menos que abrir una línea de teléfono para que los potenciales maltratadores se desahoguen a través de ella. Este teléfono de Gila ¿Estará atendido por personal femenino entrenado para recibir impasible todo tipo de amenazas e improperios? ¿Se privatizará el servicio y como ocurre con el 112 y el 061 estará a cargo de empresas de telemarketing que aprovecharán para venderle al maltratador un modem USB? ¿Será el siguiente paso proveer a los maltratadores en potencia de muñecas hinchables para que se desahoguen usándolas como punching-balls? Antes de acusarme de frivolizar con un tema tan serio plantéense si no es más frívolo el Gobierno con semejantes majaderías.

El Ministerio de Igualdad nace padeciendo la insustancialidad común a cierto socialismo de la era Zapatero y pretende que la realidad se transforma cambiando el lenguaje. Su titular, Bibiana Aído, en su preocupante levedad, acude a la corrección política en su variante lingüistica y puede acabar acusada de maltrato por los miembros y miembras de la Real Academia Española, que debería dictar una orden de alejamiento que prohiba a la ministra acercarse a San Millán de la Cogolla. A la hora de proponer soluciones prácticas sólo produce ocurrencias, y las expresa mediante el lenguaje no sesista, con ese de seso o de sentido común, a los que, para manejarlo, es preciso renunciar en favor de la ideología (de género, claro).

Respecto a este uso del lenguaje y a la huída hacia adelante de la ministra pidiendo que miembra se incluya en el diccionario de la RAE, no ha tenido desperdicio el comentario de Alfonso Guerra. En declaraciones a Telemadrid, el presidente de la comisión constitucional del Congreso ha dicho que si una élite quiere imponer a la sociedad que se diga miembra, está perdiendo el tiempo, y haciéndoselo perder a los demás.