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domingo, 12 de julio de 2020

Cine contagioso

28 días después ¿Londres en confinamiento? No se fíen, está plagada de zombis


¿De verdad ha pasado lo peor? Es cierto que en Europa vivimos una resaca que han dado en llamar nueva normalidad de la plaga  de 2020 en la que cada día nos sobresalta un nuevo resugir vírico que se localiza y controla con mayor o menor éxito. También lo es que en otros continentes no sólo no han bajado a la resaca sino que la borrachera va a más y más sin freno ni límite a la vista. Allí y aquí contemplamos a menudo escenas distópicas parecidas a celebraciones y orgías del fin del mundo como sacadas de una novela de Ammanitti o una entrega cinematográfica de Mad Max, desde botellones y raves de los de no hay un mañana hasta escalofriantes fiestas del contagio. Es como si cuarenta y tres años tarde estuvieramos abrazando el no future punk, pensaba este mismo lunes mientras un enfermero al que conozco y que no veía desde hace un par de años al preguntarle inocente "y qué tal tú" me decía muy convencido "vamos a caer todos"; en ese momento no supe si se refería a todos los de su propio gremio sanitario o a todos-todos ¿qué más da? Lo cierto es que después de unos meses en los que ¿qué ibamos hacer encerrados salvo ver películas -y, vale, alguna que otra cosilla más-? hemos tenido tiempo de encontrar o recordar la gran cantidad de ocasiones -de peliculas- en que el cine nos ha puesto delante de la posibilidad de sucumbir ante gran cantidad de enfermedades y epidemias causadas por enemigos diminutos -virus, bacterias o quién sabe qué cosas-. A esta ya sabemos que nada lejana posibilidad dedicaré la presente entrada de este blog, aunque antes recordaré cómo el cine ha ideado unas cuantas formas más de acabar con el mundo y llevarnos a todos con los pies por delante. Veamos primero otros
MÉTODOS DE AUTODESTRUCCIÓN

Fue hace más de veinte años antes de este coronavirus. Hace poco más de dos décadas repasabamos las páginas del Apocalípsis de san Juan porque lo que nos acojonaba era el inminente cambio de dígitos en los calendarios y los cacareados efectos en nuestros sistemas informáticos; aquel temible efecto dos mil se quedó en nada -otros aseguran que sí hubo un peligro real-, pero habían despertado los viejos terrores milenaristas que, salvando las distancias, se daban en el Occidente cristiano cuando se acercaba el año mil. Entonces la viruela y la peste bubónica fueron lo más parecido al apocalipsis que sufrieron los ciudadanos de aquella época tan movida. Ahora los miedos son otros. El efecto 2000 tuvo mucho que ver con las viejas supersticiones, pero lo que vino después fue una sobredosis de presente. El 11 de septiembre de 2001, con su propia carga de locura y con la que desató posteriormente, resucitó la conciencia de que el desastre total puede estar a la vuelta de la esquina. En tiempos de crisis, y al comienzo de un nuevo milenio, si hay un tema recurrente es el del fin del mundo. La posibilidad de que nuestra civilización se colapse y la vida humana sea borrada de la faz del planeta es uno de los argumentos más socorridos para contar una historia del gusto de hoy sin quebrarse mucho la cabeza. Son miedos atávicos que sentiremos también aquí analizando las causas por las que nos pueden cerrar el chiringuito y su reflejo en las más variadas películas ¿Por qué va a acabarse el mundo cualquier día de estos? Nos quedaremos con algunas razones:

Un tipo de apocalipsis hoy un tanto demodé es el de los choques interplanetarios,  la posibilidad de que un cometa, meteorito, planeta o una cochambrosa estación orbital se nos caiga encima y nos haga un boquete en el tejado.  La película clásica más significativa de este apartado de catástrofes es Cuando los mundos chocan (When Worlds Collide. Rudolph Mate, 1951). Años después el cine más escapista nos mostró el sacrificio de Bruce Willis para salvar la tierra de un malintencionado cometa (Armaggedón. Michael Bay, 1998), y, ya en este siglo, hasta un cineasta danés e intelectual usó como recurso dramático el inminente choque fatal de la Tierra con un planeta hasta entonces desconocido llamado Melancolía (Melancholia. Las Von Trier, 2011). Los resultados fueron tan nefastos para el mundo como brillantes para el cine, a mi modesto entender, pues sobre pelíula y director hay opiniones enconadas.

Los desastres naturales
por lo general, suelen destrozar el mundo sólo un poquito. Sólo se atisba la destrucción casi total en La furia del Viento (Slipstream. Steven Lisberger, 1989). El ser humano es el que suele estar detrás de la degeneración del medio natural a causa de desastres poco naturales: el cambio climático sin ir más lejos.Ahí tienen a un Kevin Costner balsero navegando por un planeta enteramente cubierto por las aguas –donde, contra todas las leyes de la meteorología y de la lógica más simple, nunca llueve– en Waterworld (Kevin Reinolds, 1995), un merecido batacazo, acientífica, aburrida e interminable. Sin embargo un perpetrador de espatáculos catastróficos sin pies ni sobre todo cabeza, Roland Emmerich, logró en El día de mañana (The day after tomorrow, 2004) una de las previsiones más científicamente creíbles de las consecuencias del cambio climático, a pesar de que los premiados efectos especiales son lo único que se salva en tan previsible, truculenta y alambicada aventura.

El tercer método de autodestrucción es el más frecuentado: La hecatombe nuclear. Este grupo se subdivide en dos: las películas que cuentan el holocausto atómico y las que describen el mundo postnuclear. Una de las más ambiciosas fue La Hora Final (On The Beach. Stanley Kramer, 1959).  Ava Gardner, Fred Astaire y otras estrellas esperan en Australia a que los efectos de la radiación lleguen al último confín del mundo. En Juegos de Guerra (War Games. John Badham, 1983),  el holocausto nuclear fluctúa entre lo virtual y lo tangible: el viejo miedo a la informática. En dibujos animados y con mucho pasteleo, Cuando el Viento Sopla (When The Wind Blows. Jimmy T. Murakami, 1986) cuenta la historia de dos viejecitos tan tiernos que uno acaba deseando que la bomba les libere cuanto antes de las estrecheces de su pensión. La obra maestra del cine nuclear se llama Teléfono Rojo: Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove, or How I Learnt To Stop Worrying and Loved The Bomb. Staley Kubrick, 1964), recital de mala leche por parte de Kubrick y de interpretación por la de Peter Sellers, que encarna a cuatro personajes. El jefe de una base aérea se vuelve majara y decide disparar sus misiles contra los rusos. No hay manera de detener la destrucción mutua. En la más feroz ridiculización de todo lo militar que jamás haya llegado al cine hay momentos antológicos como el final con Vera Lynn cantando aquello de Nos volveremos a ver en un día soleado mientras las bombas estallan o la inenarrable conversación telefónica entre el presidente americano y el premier soviético. Pero Dejemos la guerra nuclear a un lado y busquemos nuevos motivos para acabar con el mundo.

Otras películas plantean un cuarto método para alcanzar el apocalipsis, la contaminación. La deforestación puede obligar a que un día de estos nos tengamos que llevar los últimos bosques al espacio exterior para salvarlos. Es el planteamiento de la distopía hippy Naves Misteriosas (Silent Running. Douglas Trumbull, 1971). La británica Contaminación (No Blade of Grass. Cornel Wilde, 1970) adornaba con mucha violencia el aburrido periplo de unas familias en busca de un lugar limpio. Hacia el fin del mundo (Crack In The World. Andrew Marton, 1965) se anticipa al género de catástrofes de los setenta para contar los desastres de la mala utilización de la energía. A caballo con otro grupo de películas que veremos más adelante, la interesante Han Llegado (The Arrival. David Twohy, 1996) plantea una invasión extraterrestre que pretende acabar con los humanos y sustituirlos, y mediante el efecto invernadero aclimatan las condiciones de vida de la Tierra a las de su planeta de origen.

Otra posibilidad para la destruccion del mundo es la superpoblacion. Exceso de humanos sobre la Tierra, hambre y contaminación se unen en la excelente y escalofriante Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, Richard Fleischer, 1973), el negro futuro está aquí dibujado con colores pop Nos dejará para siempre con la duda de si nos estamos comiendo al vecino, que en paz descanse. En la espantosa La fuga de Logan (Logan’s Run. Michael Anderson, 1976) el problema de la superpoblación se arregla con métodos expeditivos: se acaba con el que tenga más de treinta años.

Esperando el final: La guerra de los mundos
El cine fantástico ha explorado, y explotado hasta la saciedad el posible apocalipsis  más extravagante, o tal vez no: la humanidad destruída por invasores extraterrestres... que por lo general se quedan en puertas. Es el planteamiento de, entre otras muchas recientes, Independence Day (Roland Emmerich, 1996) aunque lapiedra  fundacional es la estupenda adaptación que George Pal produjo de La Guerra de los Mundos (War Of The Worlds. Byron Haskins, 1953) de H.G. Wells. Las bacterias que acaban con los marcianos son más creíbles que los virus informáticos a los que sucumben los malvados alienígenas en la superproducción de Emmerich.

LA NOCHE DE LOS VIRUS VIVIENTES

¿Que son los zombis que se llevan los papeles de villanos en tantas películas sino enfermos contagiosos? ¿Qué es su avance -patoso o rápido, según- y multiplicación sino una plaga?  Encuadrar 28 días después (28 Days Later. Danny Boyle, 2002)
 en el género “de terror” es devaluarla injustamente. Una alucinante secuencia inicial nos presenta a un mensajero interpretado por Cillian Murphy que despierta ¿de un coma? en un hospital vacío y sale a caminar por elcentro de un Londres literalmente desierto, una imagen impactante hace dieciocho años pero terriblemente parecida al Madrid o el Milán de los días del confinamiento. A ese punto de partida inolvidable y hoy reconocible sigue la trepidante historia de una plaga de zombis descontrolados a la cacería de humanos no contagiados, aunque tanto el angustiado protagonista ni muchos espectadores tengan nunca claro si realmente  se trata de muertos revividos o de víctimas y agentes de una enfermedad extremadamente contagiosa.

AHÍ VIENE LA PLAGA

Estallido de ébola
Remontémonos en la historia del cine hasta los thrillers en blanco y negro  Dirigida por Elia Kazan y encuadrada en una tradición de cine negro de posguerra,  Pánico en las calles (Panic in the streets, 1950),  muestra el pánico que provoca el resurgimiento de la peste negra en un contexto social muy particular. Ambientada en los barrios bajos de Nueva Orleans, vincula el homicidio de un inmigrante por deudas de juego, su consiguiente investigación policial y una epidemia inminente. Pero la resolución del caso deriva en una frenética búsqueda de los asesinos-portadores, en secreto y con cuarenta y ocho horas apenas como límite de tiempo para evitar la catástrofe. Años después el italiano Marco Ferreri se plantea si procrear es lícito después de una epidemia mundial en El Semen del Hombre (Il Seme dell’Uomo, 1969). Procrear no es un dilema moral, sino un imposible en Hijos de los hombres (Children of men. Alfonso Cuarón, 2006), donde la plaga es la infertilidad. Basada en la novela homónima del escritor inglés P.D. James, plantea un escenario global para 2027: el último ser humano nació en 2009. Por tanto, la incertidumbre, la desesperanza y el miedo a la extinción de la raza humana reinan. En el Reino Unido, un gobierno fascista asesina, maltrata y expulsa a los inmigrantes ilegales. A su vez, decenas de nuevas religiones y grupos terroristas hacen aparición sin que a nadie parezca importarle lo que reivindican. La sociedad está en shock. En ese contexto, al protagonista interpretado por Clive Owen le “cae del cielo” la mujer embarazada que puede cambiar la historia. La odisea que ambos viven plasma una película profunda y deslumbrante.
.
En El puente de Cassandra (The Cassandra Crossing. George Pan Cosmatos, 1976) el virus final se queda dentro de un tren en marcha. La Amenaza de Andrómeda (The Andromeda Strain. Robert Wise, 1971), un clásico en su tiempo que ha envejecido mal, es una cooperación entre Michael CrichtonWise; en ella el virus viene del espacio exterior,

Hasta 1992 no se estrenó una adaptación cinematográfica de La peste, la novela de Albert Camus publicada en 1947 sobre una epidemia de cólera en Orán que el poder tiende a combatir con el autoritarismo -y que vive un resurgir de ventas en Europa en este momento- conoció el cine en Argentina de la mano, sombría y solemne en exceso, de Luis Puenzo.
La más reciente Estallido (Outbreak. Wolfgang Petersen, 1996) está inspirada en el terrible ébola. Fue una de las primeras superproducciones made in Hollywood que exploró de una manera más realista los riesgos de propagación extrema de una enfermedad. Desde un poblado africano y directo a Los Ángeles, un virus mortal de fiebre hemorrágica obliga a tomar medidas extremas de contención que incluyen ley marcial para limitar la circulación y encubre, según descubre el médico infectólogo  al que pone cara Dustin Hoffman en un momento de la trama, un secreto bien guardado por el ejército de los Estados Unidos ,no por Bill Gates como mantendría Miguel Bosé.

Inspirándose en La Jeteé (Chris Marker, 1962), tres décadas después Terry Gilliam fraguó una película menos sugerente, pero espectacular y muy intensa: Doce Monos (Twelve Monkeys, 1995). Mediante saltos en el tiempo los restos de la humanidad intentan encontrar el antídoto a la enfermedad que la destruyó. Todo comienza cuando un comando de animalistas radicales asalta un laboratorio y libera los monos allí utilizados para experimentar virus y f´srmacos y la lían parda.

La gran plaga de finales del siglo XX, el sida, también ha tenido su cine. Nmbraré en primer lugar la hollywoodiense Filadelfia (Philadelphia, Jonathan Demme, 1993), lateralmente Las horas (The hours. Stephen Daldry, 2003) y que no se meolvide lareciente y más intersante Dallas Buyers Club (Jean-Marc Vallée , 2013) con un trabajo excepcional de Matthew McConaughey.

Contagio ¿coronavirus en 2011? casi
De poco antes es Contagio (Contagion, 2013), una pieza mayor de Steven Soderbergh.Un simple resfriado tras contactar con una persona recién regresada de Hong Kong desencadena una terrible epidemia que acaba provocando el caos del mundo entero, mientras las autoridades sanitarias luchan a contrarreloj para frenar el virus bautizado como MEV-1. La historia, en la que también se cita el sars de 2003, tiene todos los males reconocibles es la pandemia de COVID-19: acaparamiento, desinformación dolosa a través de internet, teorías de la conspiración, bulos, acoso a científicos y hasta remedios milagrosos con intereses económicos detrás como el promovido por el bloguero interpretado por Jude Law. Sólo faltan la ingesta de desinfectante recomendada por Trump y los atracones de hidroxicloroquina de Bolsonaro.

La coreana Virus (The flu. Kim Sung Soo, 2013) está hoy entre lo más visto de Netflix Protagonizada por Jang Hyuk y Soo Ae,la película empieza con un grupo de inmigrantes ilegales que llevan unanueva cepa de gripe aviar hasta Corea al ser transportados en un contenedor. Truculento y algo convencional film de acción,  ahonda en cómo en una sociedad el miedo contagia más que la propia enfermedad.






sábado, 9 de mayo de 2020

Los payasos y los monstruos


Entierros masivos en Sao Paulo

Sí, es nuestra culpa, es el mundo que hemos construido. 
Hace diez mil días yo estaba aquí y pensaba ¡ya está, misión cumplida! tenemos un
 mundo agradable. Felicidades Occidente, lo hemos conseguido, hemos sobrevivido 
¡qué idiota! era una ilusa incapaz de ver a los payasos y los monstruos 
que acechaban en la esquina, saltando unos sobre otros, sonriendo 
¡Por Dios, menudo carnaval! y no hizo falta más. diez mil días.
 Algunos ya no están, nos libramos de ellos, pero esperad, te libras de un monstruo 
y acto seguido otro sale de su cueva.
 Cuidado con esos hombres, los de la eterna sonrisa, los bromistas y los payasos.
Del monólogo final de Muriel Deacon (interpretada por Anne Reid),
 abuela de la familia Lyons en la serie Years and years (HBO, 2019)

En su discurso ante el Foro de Davos de 2015, Larry Fink, presidente del gigantesco fondo de inversión Blackrock, definió textualmente elejercicio democrático como "la elección del candidato correcto, el que fuera capaz de adoptar las decisiones adecuadas", lo que en aquel momento de crisis y austeridad denominó reformas estructurales. Tras este mensaje, tan simple como críptico, yacía un subtexto tecnocrático que puede justificarlo casi todo y que marcaba un camino que estamos recorriendo a gran velocidad: los dirigentes democráticamente elegidos necesitan legitimarse a partir del acuerdo con quienes financian las democracias. La democracia tiene propietarios y las decisiones políticas han de rendirles un respeto.

En La doctrina del shock Naomi Klein se detenía en el caso del Chile de 1973, cuando los economistas de la Escuela de Chicago llevaron al extremo su premisa de que el poder político debe estar de acuerdo con quienes lo financian incluso si para ello era preciso sacrificar la propia democracia y sustituirla por un fantoche como el general Pinochet que aplicara fielmente las políticas económicas de Milton Friedman y sus compinches de Chicago: el infausto monetarismo.

En estos tiempos de pandemia no sufren y mueren tan solo las personas, sino que es la vida en libertad la que está en peligro. También el autoritarismo se contagia. Rosa María Artal  dijo muy claro con su lucidez de siempre en un reciente artículo que la mayor amenaza a la que hoy nos enfrentamos no es microscópica sino grande y antigua, aunque para muchos es invisible y lo son sus síntomas: el fascismo: "Los titulares alarmantes sobre la epidemia del coronavirus pueden servir para ilustrar la ligereza con la que se abordan amenazas mucho más graves. No, no hay organismos que alerten de la extensión del fascismo, ni "planes de contingencia" para hacerle frente, ni se aísla a los portadores, ni bajan precisamente las bolsas". Sobre el fascismo vuelvo a recurrir a palabras de La educación católica, la novela de Edoardo Albinati que ya cité en la anterior entrada de este blog, la que dediqué a la pandemia de mentiras y bulos:

¿Por qué -me pregunto desapasionadamente-el fascismo resulta tan ridículo si lo sometemos a un análisis profundo y racional? Grandioso quizá, terrible o trágico a veces, 
es posible, incluso admirable, pero en todo caso ridículo. Cada vez que leemos testimonios, vemos grabaciones o escuchamos discursos, nos quedamos de piedra. Surgen espontáneamente 
las ganas de parodiarlo, pero como si el fascismo mismo fuera el principio consciente y 
burlón de esa mofa. No parece posible que semejante payasada haya generado tantas esperanzas 
y tragedias, haya agitado tantos corazones, bastones, puñales, bombas de mano y vehículos blindados. Pero sí, fue posible y quizá siempre lo sea. Lo que significa que cuando al fascismo 
se lo ilumina con la luz de la razón, se lo descubre, desvela o extrae de la 
materia concreta de la acción histórica para escrutarlo bajo la razón y la crítica, 
muta su esencia a esqueleto carnavalesco que sólo sirve para asustar y hacer reir. 
Como un pez de los abismos que pierde su misteriosa luminosidad en la superficie, 
donde sólo parece un mísero monstruito. ¿Era ese chisme el que suscitaba tanto miedo 
o un entusiasmo tan desenfrenado? De la tragedia y la épica sólo quedan montones de ceniza,
y lo poco que sobrevive presenta el aspecto de una escenografía teatral al final del espectáculo: 
árboles pintados, espadas de cartón y pollos de yeso.

Los peligrosos payasos de los que habla la abuela Muriel en Years and years no se parecen nada a Fofó o Milikito, pero son clavaditos al presidente filipìno Rodrigo Dutarte
Rodigo Dutarte, disparar a matar
, ese bajo cuyo mandato han muerto asesinados dieciseis periodistas y que ha ordenado disparar a matar a quien se salte el confinamiento. No lo lllamen populismo -el premio Nobel de Economía Paul Krugman avisa de que, en cierta forma, el término sugiere que quienes asi llamamos están haciendo algo por las personas y no es así. no se queden en hablar de autoritarismo. Tampoco empleen prefijos -ni post ni neo, ni progno-. El historiador asturiano Francisco Carantoña gusta de usar los términos con precisión, y señala que la amenaza que ya es una realidad al comenzar la tercera década del siglo XX-o terminar la segunda, ustedes eligen-hay que llamarla fascismo, ni más ni menos.

Sigamos dando la vuelta al mundo del fascismo y detengámonos en Brasil. Desde el Palacio de la Alvorada de Brasilia, el presidente, ex capitán y exterrorista frustrado Jair Bolsonaro rompe a menudo el confinamiento que desprecia y ante cientos de sus hoolligans amontonados y enfervorizados amenaza con un golpe de estado aún sabiendo que cada vez son más los militares de su país que no ríen sus payasadas y están hartos de su irresponsabilidad criminal que hace abrir cada día nuevos cementerios para acoger los cadáveres de víctimas del Covid-19.

Dios los cría...
En pleno corazón geográfico e histórico de Europa, el primer ministro húngaro Viktor Orban está quemando puentes tras atravesar los límites entre autoritarismo y fascismo y aprovecha la pandemia para otorgarse poderes extraordinarios indefinidos -¡ojo a este segundo adjetivo! que le permiten ordenar y mandar orillando al Parlamento -aunque según Santiago Abascal reparte mascarillas para todo quisque-. Que alguién me explique la diferencia entre esto y una dictadura fascista, y sobre todo que alguién se lo explique a la Unión Europea a la que Hungría aún pertenece.
Orban, hermanita de la caridad



Ni China, ni Rusia, ni Irán; pese a lo que muchos ingenuos y estafados piensan, los regímenes autoritarios no están gestionando mejor que las democracias la lucha contra la pandemia y sus poblaciones tienen la desventaja añadida de la falta de transparencia. Por el contrario la peor amenaza para los países democráticos  enfrentan ahora otro riesgo: que el miedo aliente los discursos autoritarios y populistas, hablando clar, el fascismo. Eso ya es más que una posibilidad, es presente.

Pero dejemos ya de vagabundear por el mundo y centrémonos en el fascismo de casa. A quienes les asusta, sorprende o escandalice escuchar a Pablo Casado en el Congreso desplegar los discursos más extremi stas y faltones exigiendo el fin del estado de alarma y acusando a Sánchez y su gobierno de un sinfín de delitos basados en los últimos bulos que le han llegado les bastarìa un poco de edad o hemeroteca -les aconsejo que consulten noticias de los últimos mandatos de Gonzalez y los dos de Zapatero- para darse cuenta de que no hay invención, giro o cambio alguno y que la estrategia de crispar y desestabilizar son marca de la casa popular desde hace treinta años, es seña de identidad deuna derecha, la española, .que no soporta la democracia salvo que ella gobierne. Si en todas ocasiones en que se rozó la desestabilización del Estado buscando el acoso y derribo de gobiernos rivales contó con el apoyo de empresas mediáticas, periodistas poderosos, gran parte de la jerarquía católica y un sector del poder judicial. Miembros destacados del brazo periodístico de lo que Felipe González llamó el sindicato del crimen como Luis María Ansón y Pedro J. Ramírez   han confesado en alguna ocasión cómo se diseñaron esas estrategias y quienes participaron en ellas en los primeros noventa. El error de Casado que le puede llevar al precipicio -además de querer jugar en el terreno de Vox- es seguir todo lo que le dicta la FAES de José María Aznar,que también le impone nombres -Álvarez de Toledo en el Congreso, Timmermans, Miguel Ángel Rodríguez y Fernández Lasquetti en la Puerta del Sol, tiburones maquiavélicos salidos de tiempos Aznrianos que sin problemas ante las formas que tensionan la democracia con tal de volver al poder-. Definitivamente, la nueva pandemia es vieja y se llama fascismo.






domingo, 5 de abril de 2020

EMOSIDO ENGAÑADO





Mucha gente que ha sido engañada sigue creyendo en el engaño. 
Ni una buena dosis de evidencia logra resquebrajar la fe en una mentira,
si esa fe es verdadera. 
Tomemos como ejemplo las reliquias religiosas: aunque no fueran auténticas, 
el hecho de haber sido veneradas por tanto tiempo y con tanta fe es suficiente 
para convertirlas en sagradas.
(Edoardo Albinati
"La escuela católica". Lumen, 2019)

La obviedad habría sido usar la famosa cita -real o apócrifa- de Goebbels de la mentira que repetida mil veces veces acaba convertida en verdad, pero créanme que no es por pedantería por lo que escojo el tocho que, alrededor de la masacre del Circeo de 1975, Albinati plagó de reflexiones sobre el aberrante viaje a la locura y el crimen de sus antiguos compañeros de colegio masculino religioso y elitista, unos niñatos romanos de familias ricas y poderosas e ideología fascista. Es en uno de sus últimos capítulos donde el novelista incluye entre las notas póstumas de su supuesto profesor Cosmo unos fascinantes pensamientos sobre la preponderancia y el triunfo de la mentira sobre la verdad. Me sirve tanto como la mítica y viral pintada EMOSIDO ENGAÑADO, desaparecida hace unos años -aquel hito del desengaño y la ortografía creativa- para referirme a la desinformación interesada y con fines políticos  y desestabilizadores -quienes de esto más saben desaconsejan hablar de fake news ni siquiera en español- alcanza sus más altas cotas en estos tiempos de plaga y obligado encierro, aunque no se trate de algo nuevo.

Que tire la primera piedra quien, hasta hace no muchas semanas, no decía igual que Bolsonaro con su resfriadinho, que lo que se nos venía encima no era más que una simple gripe que pasaría como llegaba y que no podíamos repetir el despilfarro de la compra de millones de vacunas de la gripe A hace once años. Cuando comenzó a hablarse de la posible suspensión del Mobile World Congress de Barcelona al comenzar a desertar muchas grandes empresas y operadoras tecnológicas, hubo medios y analistas que sugirieron, y no de forma indocumentada o irresponsable, que la epidemia china de entonces proporcionaba una excusa a aquellas firmas que no tenían novedades que presentar, atravesaban dificultades económicas o financieras o no tenían nada que ganar con su presencia en este tipo de foros. En aquellos posicionamientos no había ánimo de manipular ni desinformar pero ¡menos mal que aquello se suspendió! Entonces ni desde el poder ni desde el común de los mortales supimos escuchar a quienes lo vieron venir y hace ya mucho decían que no era cosa de contraponer salud a economía, que de nada sirve ser los más ricos del cementerio
.
A lo que íbamos. El empleo bien dirigido de la desinformación y la noticia falsa ha obtenido resultados positivos -para quienes lo usaron- en la llegada tramposa de Donald Trump a la Casa Blanca, la campaña del Brexit y no tan exitosos - en la Unión Europea no son tan tontos- en las campañas de desprestigio contra las instituciones españolas desplegadas por el independentismo catalán en Europa. En los casos de EE. UU. y Gran Bretaña es en la película de HBO Brexit (Brexit: the uncivil war. Toby Haynes, 2019) donde mejor se describe cómo, tanto en las presidenciales norteamericanas comoen el referéndum británico, ambos en 2016, mediante el cual el pueblo británico tomó la decisión de abandonar la Unión Europea en particular las técnicas de utilización de datos masivos (big data) tomados de la redes sociales, como Facebook y Twitter, para influenciar el voto de la población, aplicadas bajo la dirección de Dominic Cummings -director de campaña a favor del Brexit- y la empresa Cambridge Analytica que también tuvo una escandalosa participación en la elección de Trump difundiendo de forma datos falsos y calumnias contra los candidatos o argumentos rivales.En el caso británico narrado en la película, Haynes y su guionista James Graham tienen la habilidad de obtener de una obra de ficción la fría, neutral y desoladora credibilidad
que no habría logrado un documental. Si los casos británico y norteamericano tuvieron en común la participación de Cambridge Analytica, los secuaces de Trump y los indepes contaron con la colaboración de unos grandes maestros en desinformar y desestabilizar, el espionaje ruso.

La derecha y la extrema dercha se han echado al monte tanto o más que en los tiempos de acoso a Zapatero por un embrión o un Estatut, pimero durante la investidura de separatistas, etarras y venezolanos, y ahora en plena emergencia sanitaria ven el cielo abierto para sacar rédito político dedesatar una tormenta perfecta de falsedades, calumnias y ataques a lo personal usando la mentira que estábamos acostumbrados a ver en digitales de las cloacas -los de Inda, RojoLosantos y similares- pero que ahora la prensa conservadora convencional en papel también usa sin recato. Se puede ver en ABC, La Razón, El Mundo... Cuando los hechos y los datos desmienten tales barbaridades la noticia falsa desaparece de las páginas por arte de magia  -por supuesto, nada de rectificar- y otra la sustituye. Antes eran simples twits o columnas envenenadas, ahora se distribuyen sin pudor audios y vídeos manipulados. Es el viejo calumnia, que algo queda. Y Albinati sabe bien que queda bastante:

Había una secta cuyo jefe anunció que el mundo sería destruído por los ovnis. 
Llegó la fecha señalada para el fin del mundo. No pasó nada. Cuando quedó claro 
que la profecía era un bulo, el número de adeptos, en vez de disminuir, aumentó.

Y como la prensa, también trafican con una pandemia de bulos los partidos de la derecha y la ultraderecha: Ayer mismo la Policía tuvo que alertar de la aparición de un millón y medio de cuentas falsas en las redes sociales relacionadas con el coronavirus destinadas a divulgar noticias falsas y rumores malintencionadoy y difundir un discurso de odio que ya conocíamos antes de la infección. La mayoría son bots creados pot Vox y sus simpatizantes y dirigentes, alguno de los cuales ha llegado a pedir un golpe de estado, ¡demócratas de toda la vida!

Y como Vox, otros expertos en obtener réditos de las desgracias comunes son los chicos y chicas del Partido Popular, a quienes hanpillado aprovechando el confinamiento para pagar anuncios en las redes sociales en los que acusan al gobierno de falsear las cifras de muertos. ¿no les suena de algo?
En esta estrategia tienen un lugar destacado los insultos y las calumnias contra las personas destacadas del bando contrario. Fernando Simónla familia del presidente del gobiernoPablo Iglesias e Irene Montero son víctimas propiciatorias de lo bulos del covid-19.

Vuelvo a recurrir a una película que aborda estos turbios asuntos, en su caso de forma visionaria: en Contagio (Contagion. Steven Soderberg, 2011) el bloguero interpretado por Jude Law se dedica desde sutribuna digital s desprestigiar los trabajos para obtener y distribuir la vacuna contra unapandemia global para promocionar la milagrosa solución homeopática que él vende. Emplea argumentos muy similares a los antivacunas, hoy tan calladitos: que si las vacunas pueden provocar autismo, pueden tener efectos secundarios desconocidos, si tras ellas están los intereses espúrios de las farmacéuticas. en fin. Puede verse en Netflix.

¿Es posible combatir -o al menos defenderse de- la ola de desinformación selectiva? Hay quienes pretenden hacerlo o al menos dar pistas. Lo hace el  Ayuntamiento de Barcelona; La Comisión Europea también ha publicado su guía orientativa- En España existen portales de verificación especialuzados en cofrontar bulos con hechos como Newtral o como MalditoBulo. que ha hecho su propia recopilación de falsedades, rumores sin esntido relacionados con la pandemia de coronavirus.

¿HEMOSIDO ENGAÑADO? Sí, y parece que nos gusta.


jueves, 29 de noviembre de 2018

Muestrario de atrocidades


Cuando se pregunta a los lectores -y sobre todo lectoras- españoles por sus géneros literarios favoritos, en el último puesto, el más odiado, aparece la ciencia ficción. Efectivamente, para la mayoría la ciencia ficción es cosa de lectores frikis, sobre todo jóvenes y en su mayoría varones. Estoes sólo una media verdad -y una media mentira- a la que han contribuido editores empeñados en constreñir el género a lo barato y pulp, escritores mediocres incapaces de ofrecer mínimos estándares de calidad y muchos lectores, sobre todo jóvenes, que se limitan a exigir sagas heróicas -interplanetarias, futuristas o no-. Aquí sí están los frikis. Afortunadamente una crítica institucionalizada y hasta hace poco cerril va olvidando los prejuicios, abriendo los guetos y derribando los muros entre la literatura de género -se ha avanzado mucho con el noir- y una supuesta Literatura con mayúsculas. Pero no vengo a hacer filología barat -eso es lo máximo a lo que podría aspirar-, sino a referirme a un inmenso escritor unánimemente considerado autor de ciencia ficción pero al que los puristas e inmovilistas tachan de ajeno al género: el británico James Graham Ballard (Shanghai, 1930 - .
Londres, 2009).

En la ciencia ficción literaria suele hablarse de Nueva Ola para hacer referencia a un grupo de escritores que alcanzaron su esplendor creativo durante los años setenta y que se caracterizan por sus inquietudes estéticas y el empleo de un lenguaje poético que supera el ámbito pulp en que suele moverse el género. Por eso no son autores muy apreciados por los fanáticos más puristas de la ciencia ficción clásica, que les suelen acusar de pretenciosos. Entre los más destacados de esta generación hay siempre que citar a Brian W. Aldiss y a J.G. Ballard. Este último es un autor que no goza de muy buena fama entre los puristas, y de hecho gran parte de su producción no puede ser clasificada dentro de la ciencia ficción como si tal cosa.

Efectivamente el autor de Crash nació en aquella ciudad internacional -sin eufemismos pluricolonizada- que entonces era Shanghai.  Allí creció en una mansión con nueve criados. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial pasó con su familia más de dos años en un campo de concentración japonés. No imaginaba por entonces que este encierro a la postre sería lo que más fama le otorgase, cuando sus peripecias entre alambradas se convirtieran en la novela El Imperio del sol (1984) y ésta fuese adaptada al cine por Steven Spielberg poco más tarde (Empire of the sun, 1987) con un insoportable niño gritón interpretando al preadolescente Ballard.

Ballard venía de un mundo férreamente ordenado y viejo, el de los hijos del  imperio británico en misión civilizadora en lejanas colonias de Oriente, y desde esa elegante barrera vio caer todas y cada una de las certezas en que fue educado. Entendió que el oasis de la civilización es un frágil espejismo, y que más allá solo hay paisajes ignotos.
El joven, acabada la guerra, se trasladó a Gran Bretaña. Sus primeros relatos comenzó a publicarlos en 1956. Tenían el denominador común de describir un futuro cercano en el que se da gran importancia al entorno como influencia decisiva en el carácter de los personajes. Estos relatos se recopilaron en 1991 en la antología Vermilion Sands. Eran tiempos de extraordinarios avances en la ciencia y la tecnología: las autopistas, la televisión, los primeros ordenadores. En definitiva, el germen del mundo de ahora. “Todo iba a cambiar para siempre, pero eso no se veía reflejado en las novelas realistas del momento”, decía, y eso le llevó a elegir la ciencia ficción como su propio campo de pruebas.
Desde que vivió ese encontronazo con la más áspera realidad, Ballard albergó un plan maestro: iluminar esos paisajes inciertos a partir de la destrucción, por la vía del arte, de todas las creencias y sueños de la clase media. Su primer asalto sería contra la novela realista. Luego vendrían el trabajo, el consumismo, el ahorro, la seguridad, el entretenimiento y la corrección política. 
Entendió muy pronto que las herramientas de la escritura tradicional no servían para desentrañar la infinita incógnita de lo real, y optó por recurrir a las técnicas del superrealismo
Al leer sus libros, algunos piensan que son fruto de viajes lisérgicos, sin embargo Ballard afirmó más de una vez que podía beber alcohol desde las nueve de la mañana, pero que no era amigo de participar en la cultura de la droga de la década de los sesenta. Contra lo que muchos creen, él vivía de forma convencional y confortable. Tras encontrar una Inglaterra pobre y deprimente. pasó épocas de su vida en su país,  en Canadá y en los EE.UU., este último un país del que siempre criticó "su ramplonería". Sus últimas décadas las pasó en Shepperton, junto al Támesis.
 Sus primeros relatos comenzó a publicarlos en 1956. Tenían el denominador común de describir un futuro cercano en el que se da gran importancia al entorno como influencia decisiva en el carácter de los personajes. Estos relatos se recopilaron años más tarde (1971) en la antología Vermilion Sands.

En sus primeras y excelentes novelas, las de los años sesenta, encontramos a un Ballard catastrofista y apocalíptico, que se vale del cataclismo como excusa para desplegar sus numerosos recursos descriptivos: en El viento de la Nada (1962) se describe minuciosamente los efectos de un huracán  de magnitud global que destroza todo a su paso (en 2000 publicó un libro tan parecido que parece un autoplagio, Huracán cósmico); El mundo sumergido (1963), que debió inspirar a Kevin Costner para su Waterworld (1995), sitúa en una cálida Groenlandia a la humanidad refugiada del calentamiento de la tierra que ha llenado Europa de selvas tropicales. En La sequía (1964) el mundo descrito muere de sed, mientras las ciudades son rodeadas por el desierto, y en El mundo de cristal (1966) unos sutiles pero decisivos cambios en las leyes físicas del Universo precipitan al ser humano al desastre.

El gran talento de J.G. Ballard para describir nuestro entorno en situaciones extremas es igualmente efectivo cuando el autor penetra en la mente del hombre civilizado preso de los excesos de su propia civilización: la masificación de las ciudades, la pereza de la imaginación, la claustrofobia que provoca un mundo que constantemente agrede al individuo y hace peligrar sus relaciones con los demás, creando monstruos asociales, son constantes en su obra.

En 1970 comienza su relación con el cine escribiendo la historia en que se basó Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra (When Dinosaurs Ruled the Earth. Val Guest), cuyo guión firma junto al director. Es una película que se basa en una aberración histórica, la convivencia entre los grandes saurios y los primeros humanos, pero que salvo por esta licencia, es un puro divertimento en el que no suena ni una palabra inteligible y en la que nuestros antecesores no tienen rasgos simiescos sino que están de muy buen ver. Los efectos especiales de Jim Danforth, magistrales como siempre en su caso, completan el pastelito. Un lustro antes había escrito también una producción para la televisión, Thirteen to Centaurus (Peter Potter, 1965), con un interesante planteamiento: los doce integrantes de una misión espacial enormemente larga reprograman sus mentes para pensar únicamente en el pequeño mundo de su astronave, evitando la nostalgia de la Tierra y la soledad, que podría precipitarles en la locura; pero nace un niño en la nave que, al crecer, empieza a hacer preguntas sobre el mundo exterior.

En 1973 Ballard publica su particular Naranja Mecánica, una de sus obras más chocantes: Crash. El protagonista es un hombre que se recupera en el hospital de un accidente de coche en el que ha matado al marido de una joven médico. Junto al dolor de la convalecencia se entrecruzan extrañas fantasías sexuales que no sabe cómo interpretar. Cuando abandona el hospital visita la escena del accidente y allí encuentra a la doctora. Juntos comienzan una enfermiza relación marcada por la velocidad y el sexo en los coches rodando por las autopistas que rodean Londres. Un segundo hombre aparece, un científico obsesionado por la idea de morir en un accidente de coche junto a una estrella de cine. La pareja se introduce en el mundo del científico: carreras ilegales, pruebas de coches estrellándose, y sexo que une a hombre y máquina, hilvanando una grotesca visión de un futuro en el que sexo y tecnología forman un demoniaco matrimonio. Esta hipnótica tragedia entraba de lleno en las obsesiones de otro pirado, el cineasta David Cronenberg, y su teoría de la Nueva Carne. Naturalmente fue el propio Cronenberg quién llevó Crash a la pantalla en 1996. El director canadiense acentúa la frialdad y la distancia hacia todo lo que se pueda considerar humano en su film más abstracto. Es una película llena de momentos sexualmente explícitos pero profundamente anti-erótica, salvo para quienes disfruten de toda suerte de mutilaciones, prótesis y heridas. La velocidad, como el sexo, son algunas de las grandes mentiras de nuestro tiempo; Cronenberg y Ballard tomaron buena nota.

De poco antes data su obra más radical y obsesiva: La exhibición de atrocidades (1970)
 es una colección de relatos a veces considerada una novela experimental, aunque los textos que la componen fueron en su mayoría publicados de manera independiente. Formada según el autor por micronovelas o novelas condensadas, en conjunto exponen las diferentes formas de violencia irracional del mundo moderno, la tecnificación de las relaciones humanas y diferentes formas de terror postnuclear. La exhibición de atrocidades anticipa la trilogía urbana de J. G. Ballard (Crash, La isla de cemento y Rascacielos) , su gan aportación a la literatura de aquella década. Los distintos episodios o novelas condensadas se suceden como variaciones de los terrores postnucleares que asaltan todas nuestras pesadillas, con un protagonista que va cambiando de nombre y de papel (médico, piloto de bombardero, asesino de presidentes, víctima de un accidente de coche, psicópata). La pesadilla y la realidad se superponen, y la historia es vista con distintos lentes: la crudeza de un noticiario filmado en un matadero mental, o el desapego preciso y clínico de un informe científico. William S. Burroughs considerara esta novela como uno de los textos más perturbadores y explosivos escritos en el Siglo XX
En el año 1991 obtuvo el premio Readercon.Violencia irracional, pornografía y locura son los ingredientes de este venenoso cóctel que llegó al cine en una producción independiente canadiense (Atrocity exhibition. Jonathan Weiss, 2000) que el propio Ballard calificó de soberbia adaptación, destacando la enorme fuerza poética que le dan las localizaciones elegidas, y que Weiss tardó dos años en hallar: instalaciones militares abandonadas, bases de radar y la sala del Museo de Arte de Filadelfia dedicada a Marcel Duchamp. La película une a la ficción material de archivo de la Agencia de Defensa Nuclear, el Instituto de Investigación sobre Accidentes de Automóvil y el asesinato de John F. Kennedy, una de las obsesiones del protagonista. Es una de esas películas desconocidas que, al estilo de La Jetée (Chris Marker, 1962), con el tiempo se convertirá en buscada pieza de culto.
 En el año 2001 se reeditó la novela con cada uno de los capítulos comentados por el autor. 

 La isla de cemento (1974) reincide en el tema del coche como tótem contemporáneo, pero al contrario que Crash, opta por el suspense. Un arquitecto se sale con su coche de la autopista por la que circula. Se golpea pero no sufre heridas graves. Conductor y coche quedan en un islote estéril en medio de tres grandes autopistas. Resulta inútil pedir ayuda, nadie se para. Si intenta cruzar, morirá atropellado. El protagonista se convierte en un Robinson Crusoe que debe sobrevivir en un exilio a las afueras de la gran ciudad. Obtiene agua del radiador de su coche y el depósito de los limpiaparabrisas, la comida la obtiene de los desperdicios que arrojan otros conductores. Sobrevive y reflexiona sobre el particular reino que le ha tocado en suerte.
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Rascacielos, de 1975, reflexiona sobre el hecho de que por todo el mundo se construyen inmensos edificios cuyos habitantes igualan en número a los de una pequeña ciudad, pero sin policía, ni leyes, ni contacto social entre sus inquilinos. El rascacielos protagonista es un edificio de mil viviendas de alto standing, un refugio tranquilo y perfecto para individuos que no tienen el más mínimo interés por socializar; pero la vida en el rascacielos se transforma poco a poco en una violenta guerra entre vecinos; mientras las instalaciones y servicios del edificio se van deteriorando y destruyendo, las fiestas degeneran en batallas a muerte contra plantas rivales, se forman tribus mortalmente hostiles… la vida en el rascacielos se parece cada día más a la del planeta Tierra.

Compañía de Sueños Ilimitados, de 1979, es la obra cumbre de Ballard, y una de las grandes novelas de las últimas décadas. Un hombre sin experiencia como piloto roba una avioneta en el aeropuerto de Londres y la estrella junto al Támesis en la pequeña comunidad suburbial de Shepperton -adonde después el escritor iría a vivir. Sus habitantes convierten al aviador en una especie de santón apocalíptico. En los días que siguen a su recuperación descubre que controla ciertos poderes sobrenaturales que transforman el pueblo y sus habitantes. Junto a Londres crece la flora y la fauna tropical; la rutina diaria se interrumpe con salvajes celebraciones orgiásticas y en su climax de liberación el pueblo entero echa a volar.

En la década posterior vendrían la autobiográfica y ajena al resto de su obra El imperio del sol y el regreso del Ballard apocalíptico en Hola América (1981):  Casi cien años después de una crisis energética que provocó una emigración masiva, llegan a los Estados Unidos los tripulantes de un barco europeo que pretende descubrir el origen de una nube radioactiva que ha atravesado el Atlántico. Entre las ruinas de un continente transformado en desierto, los expedicionarios hallarán inquietantes pobladores y vestigios del pasado. Al final de su viaje, 46 presidentes de los Estados Unidos, Frank Sinatra y Charles Manson los esperan en un escenario fantasmagórico en la ciudad de Las Vegas. A partir de todo ello, redescubrirán el sueño (y la pesadilla) americano.

Furia feroz (2000)
Un retorno a las situaciones de El rascacielos podemos verlo en Super-Cannes (2000) Edén.-Olimpia es un conglomerado multinacional en las colinas de Cannes, donde se dan cita las compañías más grandes del mundo. Con los servicios sofisticados de oficina, seguridad y comunicaciones de que dispone, parece ofrecer el invernadero ideal para una fuerza de trabajo que vive del éxito. Sin embargo, Edén-Olympia es más que un simple complejo de multinacionales, es una ciudad-estado virtual. Aislada y segura, sus habitantes no carecen de nada. Pero uno de sus habitantes pone en marcha allí un experimento de poder y brutalidad. Noches de cocaína (1996) descubre en un idílico asentamiento británico en la Costa del Sol un mundo secreto de crímenes, drogas y sexo ilícito. En esta muy ballardiana novela se  explora el lado oscuro de la psique, edespedazando la sociedad occidental del siglo XX, llevando al límite el sexo, la violencia, el frenesí y el ansia de poder y seguridad, como sinónimos de aislamiento y muerte cultural. La última novela del británico, Bienvenidos a Metro Centre (2008)  actualiza dolorosamente los conflictos de Rascacielos tasladándolos al no menos claustrofóbico templo y ágora del mundo actual: el centro comercial.

En 1980 Joy Division abrió su segundo álbum, Closer, con un tema llamado preciamente Atrocity exhibition.



miércoles, 4 de julio de 2018

Diógenes



[...] en realidad sólo somos la acumulación de objetos y más objetos,
sin más sentido que el mero hecho de acumular cosas,
de seguir comprando y comprando,
pero que nada es de tal valor que no se pueda  volver a comprar.
Acabas atado a las cosas que compraste
para sentirte acompañado.
(Carlos Zanón. Taxi, Salamandra, 2017)


La historia se repite una y ota vez: Al pobre hombre lo encontraron en su casa de la calle .... Los bomberos tuvieron que franquear una puerta bloqueada por montañas de basura. Este hombre en concreto tenía sólo cuarenta años cuando su problema se hizo noticia, en la Granada de 2007; demasiado joven para padecer el síndrome de Diógenes, una forma extrema de aislamiento social cada vez más extendida entre los mayores, también en Andalucía como dos años antes ya alertaba una información de 20 Minutos. La reclusión en el propio hogar y el abandono de la higiene son síntomas. Quienes lo sufren puede llegar a acumular toneladas de basura en sus domicilios y vivir voluntariamente en condiciones de pobreza extrema. Reúnen grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener conciencia de lo que poseen. Están convencidos de vivir en extrema pobreza, y ahorran y guardan artículos sin ninguna utilidad.

De Diógenes de Sinope, un filósofo de Corinto de la escuela de los cínicos contemporáneo de Aristóteles, tomaron los médicos el nombre del mal, toda una paradoja, pues Diógenes llevó al límite el ascetismo: apenas comía, se vestía con andrajos y según Juvenal dormía dentro de un tonel. Se cuenta que Alejandro el Grande fue a verle a su insólita morada y le ofreció hacer realidad cualquier deseo que tuviera. Diógenes le pidió que se apartara del sol ya que la sombra del emperador le impedía disfrutar de él.

El acaparamiento compulsivo es un trastorno mental en el que la persona que lo sufre recoge de forma obsesiva muchos objetos y no desecha nada. Estos pueden ser libros, ropa, antigüedades, objetos de colección, incluso animales, éstos en condiciones penosas (síndrome de Noé). Sus domicilios suelen estar muy desordenados y faltos de higiene, lo que puede conducir a situaciones peligrosas, como incendios o infecciones. También puede ser una enfermedad muy costosa, debido al hecho de que los acaparadores compran artículos innecesariamente. Estas personas no son sólo un problema para ellos mismos, lo son también para los que viven en su entorno. En Estados Unidos se estima que más de un millón de personas lo padecen, y en España El País contaba hace un par de años el extraño caso de Ángel, un Diógenes aislado del mundo real pero con una intensa vida virtual.

A pesar de que las cifras del Síndrome de Diógenes afirman que los más propensos a sufrir de esta enfermedad son adultos mayores de sesenta y cinco años o personas con problemas económicos o de adicción a las drogas, la historia ha probado que cualquiera puede padecer esta enfermedad. Existen varios casos de famosos con Síndrome de Diógenes cuyas historias nos dejan ver que incluso en los perfiles de personas comunmente consideradas normales se puede encontrar este tipo de comportamiento obsesivo compulsivo.Esta fascinante y dura enfermedad ha llegado a estar presente en las familias más pudientes y adineradas de la sociedad en distintos países:
Esta fascinante y dura enfermedad ha llegado a estar presente en las familias más pudientes y adineradas de la sociedad en distintos países.Esta fascinante enfermedad ha llegado a estar presente en las familias más pudientes y adineradas de la sociedad en distintos países:
Edith Bouvier,
nna chica rica de familia adinerada y reconocida en Nueva York es la prueba de que no importa ni el dinero ni la educación de primera que se haya recibido, existen factores genéticos y psicológicos que no se pueden obviar y que terminan desencadenando en al acumulación compulsiva.
 Es casi imposible nombrar un objeto que Edmund Trebis no consiguiera acumular en su apartamento de Londres. Su fama se debe a sus constantes enfrentamientos con la autoridad debido a la acumulación de trastos que tenía en su patio. Fue conocido por su excentricidad y obsesión por la acumulación de trastos en su hogar. Falleció a las 83 años.
  
Mucho Diógenes de nuestros días no necesita llegar a la senectud para aislarse de forma tan radical rodeado de sus posesiones, escasas o abundantes. De hecho estos tiempos crean otra clase de Diógenes con todas las necesidades cubiertas; me miro al espejo y veo a uno de esos receptores compulsivos de información sin tiempo para digerirla. No viviré lo suficiente para leer las Obras Completas de Borges o Lovecraft que aguardan en las estanterías de Ikea que se multiplican ocupando todos los rincones libres de mi casa. Estiramos el espacio pero no disponemos del tiempo. No hay vida lo bastante larga para leerlo todo, para ver todas las películas que grabamos y compramos, pero seguimos acumulando obsesionados por no caer en la indigencia cultural. Ya no releemos, no volvemos a ver una película, hemos dejado de aprendernos de tanto escucharlas canciones de las que inventabamos la letra si no conocíamos el idioma en que estaban escritas.

A lo que me refiero es a un síndrome de Diógenes cultural -quien esté libre de pecado, ya sabe-, que en un principio sólo se manifestó en la acumulación de libros (bibliomanía). Sí, también tengo libro electrónico, pero guardado en un cajón. ¿Qué quieren? no se traiciona al amigo librero y todo librero es un amigo. Se sumaron discos compactos y de vinilo, casetes - mientras las hubo- cintas de vídeo -lo mismo. y deuvedés, las descargas de música -desde hace tiempo sólo las legales en mi caso-, música y películas que ni en diez vidas podremos ver y escuchar. 

Los bomberos deberán derribar las estanterías repletas para entrar en nuestros pequeños pisos, pero además ahora desarrollamos un síndome de Diógenes del disco duro. Las descargas de Internet nos hacen acumular películas y discos  El ordenador no es bastante, encadenamos periféricos: los 250 gigas, los 400, el terabyte… sé que se puede ver online, pero dónde se ponga la posesión del objeto físico... y en cuanto a la música, lo mismo: no me aclaro con Spotify ni me convence.  Al menos nunca me ha dado por el coleccionismo friki de mershandising y demás quincalla, que encima ocupa más espacio. Cuando en vano intentamos ponernos al día con lo acumulado nos aislamos del mundo real tanto como el pobre vecino de las noticias. Te das miedo y piensas: necesito un médico; pero no sabes si pedirle que te cure el síndrome o que te alargue la vida doscientos años más para padecerlo con gusto.

A partir de unartículo que publiqué en Granada Hoy en febrero de 2007

domingo, 18 de marzo de 2018

Las cloacas de Cristo


Hay un origen común en los procesos judiciales emprendidos contra Drag Sethlas, protagonista de la gala drag del carnaval de Gran Canarias en 2017 y que volvió a escandalizar a los mismos leguleyos integristas con su Última Cena de 2018, con causas como la abierta contra Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid, por irrumpir en la capilla de una facultad pidiendo la laicidad de los espacios universitarios, con las denuncias contra las organizadoras de la procesión del Coño Insumiso de Sevilla, o contra la Federación de Planificación Familiar Estatal, entre otros; ese origen y fuente de toda batalla contra la irreverencia son los grupos ultraconservadores antiderechos que se han especializado en judicializar todo aquello que consideran una ofensa a los sentimientos religiosos o una amenaza a la interpretación más rigorista del catolicismo.
En la última década estos grupos ultrareligiosos han cambiado de forma radical sus estrategias:  su número no ha crecido tanto, pero han ganado en sofisticación y organización, y cada vez son más ambiciosos en sus objetivos.
Su participación en el escenario internacional funciona como un caballo de Troya destinado a minar los objetivos y el funcionamiento de los sistemas de derechos humanos; estos grupos están actuando ahora con un mayor impacto, frecuencia, coordinación, recursos y apoyo. Si antes
 estaban circunscritos más a la acción nacional, han ido perfeccionando sus técnicas de cabildeo (lobby) y ocupando cada vez más espacios internacionales, incluso la ONU y las instituciones europeas. En los últimos tres años han desarrollado una agenda ofensiva contra los progresos sociales que ha conseguido que los derechos de las mujeres y los colectivos no heterosexuales hayan avanzado poco.
Estos grupos estuvieron detrás detrás de los intentos de restringir el aborto en España en 2013, en Portugal en 2015, de querer prohibirlo en Polonia en 2016 o de la campaña para incluir en las constituciones europeas la definición tradicional de matrimonio, cosa que consiguieron en Croacia.
A pesar de no tener éxito en sus objetivos, esta forma de ir a por la mayor termina dándoles pequeñas victorias. En España finalmente no triunfó la ley de Gallardón, pero sí se modificó la edad de consentimiento para acceder a un aborto para las menores de 18 años.
En las instituciones hay políticos con estos perfiles, de países como Alemania, Eslovaquia, Hungría, Italia, España y Francia. En el caso español, el que encarna esta figura con mayor claridad es Jaime Mayor Oreja, que llegó a ser vicepresicente del grupo Popular Europeo y presidente de la plataforma Federación One of Us (uno de nosotros), que nació para impedir que los embriones humanos se utilicen para la investigación o que se permita su destrucción, y que defiende la vida desde el mismo momento de la concepción.
 Un elemento en común de todos los grupos ultra religiosos es su fijación con el género y la sexualidad:usan los cuerpos de las mujeres, las niñas y las personas con identidades de género y orientaciones  no convncionales como un campo de batalla para sus luchas por apropiarse y retener el poder institucional y social. Hacen “una interpretación patriarcal y absoluta de la religión para alcanzar el poder político, social y económico.
Su discurso apela a la libertad religiosa, y sin embargo atacan de manera sistemática todo lo que sea contrario a su fe cristiana. Cuáles son estos grupos en España y qué hacen es el objeto de estudio a grandes rasgos de este artículo, que cerraré centrándome en el más extendido, influyente y poderoso de ellos, el Opus Dei.

Hazte oir a gritos

Lo que primero fue una web de activismo ultra y después una organización bien financiada -declarada de interés público en 2013 a instancias del Ministerio de Interior que dirigía el supernumerario del Opus Jorge Fernández Díaz-, fue fundada en 2001 por Ignacio Arsuaga Rato (sobrino de Rodrigo Rato) y mantuvo durante años una estrecha relación con el Partido Popular. Arsuaga, que estudió derechos en la Universidad católica de Comillas,  pasó por el Leadership Institute, un laboratorio de ideas neoconservadoras que forma a cuadros antiderechos y que incita a sus alumnos a ser activos en política. La aparición de Hazte Oir fue una revolución, porque su estructura, su forma de actuar y su lenguaje se distancian del que tradicionalmente han mantenido otros grupos ultrareligiosos como los Legionarios de Cristo o el Opus Dei. Se trataba de crear una base de apoyo y movilización social, por lo que su lenguaje tomó tintes seculares y más cercano al de los derechos humanos en la forma, pero con interpretaciones ultracatólicas en el fondo y en la interpretación de los conceptos. Hazte Oír contaba en 2016 con unos ingresos de algo más de 2,5 millones de euros recaudados de las cuotas de socios  y de donativos sin especificar. Sus estatutosafirman que no reciben ningún tipo de subvención pública ni financiación de partidos políticos. Sus socios eran en 2016 unos 6.400 y sus miembros cercanos a los 760.000, cifras que suman a los miembros de CitizenGo, marca internacional creada por Hazte Oír en 2013 y dentro de la que se integró, con algo más de cinco millones en ese mismo año.

Fiel a sus principios ultraconservadores, Arsuaga fue noticia en todo el país al recorrer algunos colegios madrileños con su conocido autobús que hdifundía el lema transfóbico "Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen", con el que tubo más problemas al intentar llevar su propaganda a la Universidad Complutense, la Cibeles, Valencia y Sevilla, generando rechazo social y obligando a intervenir a las fuerzas del orden y a jueces nada afines al "invento".
 El autobús que incitaba al odio transgénerollevó a más de 70 eurodiputados a pedir en Bruselas que se tomaran medidas contra esta organización. El 'bus del odio' también recorrió las calles de algunas ciudades de Estados Unidos, como Nueva York.
Una polémica más que acumula este abogado madrileño, que viene lidiando su propia cruzada homófoba y antiabortista amparándose en el Derecho a la Libertad de Expresión. De hecho, impulsó boicots a El Corte Inglés y a la cadena de restaurantes Vips por mostrar a parejas homosexuales en sus campañas de publicidad.

La declaración gubernamental de utilidad pública supuso para Hazte Oir un importante espaldarazo fiscal y de notoriedad del que aún disfruta porque el gobierno se niega retirar dicho privilegio pese atener el mandato de hacerlo aprobado por la oposición mayoritaria. El lobby de Arsuaga supo quitarse de enmedio a quienes , desde su misma trinchera, pudieran restarle protagonismo. Así logró que Fernández Díaz sí revocara la condición de utilidad pública a la Federación de Planificación Familiar Estatal, aduciendo irregularidades en su actuación  tras una férrea campaña de una organización afín a Hazte Oír, la Asociación de Abogados Cristianos, la misma que denunció en 2017 a la drag canaria y amenazò con volver a hacerlo este año.

Hzte Oir vivió su momento de mayor impacto durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, como impulsora de las manifestaciones contra el matrimonio homosexual.
 La organización ha creado numerosas campañas, como la de Derecho a Vivir, que en 2012 convocó movilizaciones en cien ciudades en apoyo del ministro Alberto Ruíz Gallardón, decidido entonces a restringir el derecho al aborto. Las manifestaciones de apoyo se extendieron hasta Colombia, Chile, Argentina, México, Perú y Portugal, mostrando el apoyo internacional que había conseguido esta organización en pocos años.
 Tras el abandono del PP de la reforma de la ley del aborto y la destitución de Ruíz Gallardón, el apoyo de Hazte Oír al PP disminuyó y hoy en día el partido Vox parece ser el más cercano a sus postulados.
Pese a que, al margen de las poses, la presidenta madrileña nunca ha tenido valor para enfrentarse a las posiciones conservadoras de su partido. Cristina Cifuentes tachó de "impresentables los mensajes del autobús del odio, probablemente dolida porque sus responsables ya habían sacado otro vehículo en la campaña electoral de 2015 enel que se proclamaba que "votar Cifuentes es votar aborto".

Hazte Oír organizó, también en 2012, el VI Congreso Mundial de las Familias en Madrid, en colaboración con el estadounidense Howard Center for Families, Religion and Society (de la que Arsuaga es miembro de su consejo de administración desde 2015 y que promueve la unidad de líderes de todo el mundo en defensa de la familia, la fe y la libertad), y otras organizaciones ultraconservadoras como la Alliance Defense Fund (nacida en respuesta a los avances de la Unión Americana por la Libertades Civiles, para defender la familia tradicional)  El Congreso Mundial de las Familias es un evento que se suele convocar cada dos o tres años y que se celebra en aquellos países considerados más prometedores para convertirse en campo de batalla para los grupos fundamentalistas religiosos. Gallardón se encontraba en esos momentos en plena defensa de su ley para restringir el derecho al aborto.
En 2013, Hazte Oír fundó también Citizen Go, una plataforma donde canaliza sus acciones internacionales que funciona en doce idiomas. Y en 2015 puso en marcha su propio medio de comunicación: Actuall.

Dios los cría y ellos se pelean

La estrecha relación de Hazte Oír con el grupo ultraconservador El Yunque de México, considerado como una sociedad secreta desautorizada por la iglesia católica, y las desavenencias surgidas tras el abandono de la ley Gallardón, han provocado el alejamiento de esta organización con la Conferencia Episcopal Española y con el Partido Popular.

¿Quién conduce tanto autobús?

Hazte Oír es la matriz de una trama relacionada con la secta integrista El Yunque. Sus dirigentes navegan en las altas esferas. El año pasado algunos medios de comunicación españoles sacaron a la luz y una sentencia judicial consideró probada su vinculación directa con la secta fundamentalista El Yunque, una organización de origen mexicano con el fin de infiltrar a sus miembros en las altas esferas del poder político. El presidente de Hazte Oir acató la sentencia tras haber llevado a juicio por injurias al honor al profesor Fernando López Luengos, autor de un informe confidencial  redactado a petición de los obispos españoles en 2010 en el que se documentaban dichos vínculos.
Hazte Oir está absolutamente controlada por miembros de El Yunque. Tiene una dependencia total de esta organización secreta que, como tal, está prohibida por la Iglesia Católica.
Los obispos de Getafe y Toledo dieron la señal de alerta a la Conferencia Episcopal, vetaron a HazteOir en sus respectivas diócesis y censuraron a la plataforma públicamente. Un paso que no ha dado toda la Iglesia.

HazteOir, como plataforma, es la matriz de una trama más extensa, en la que se han incluido otras organizaciones como Derecho a Vivir, Citizen Go —su división internacional— o Profesionales por la Ética, con las que comparten cargos directivos. Su cabecera informativa es Actuall, formada por profesionales provenientes en su mayoría del grupo Intereconomía, y como brazo jurídico cuentan con el apoyo del Centro Jurídico Tomás Moro. Estos últimos, en representación de HazteOir, han presentado querellas contra convocantes de manifestaciones ateas por considerarlas delitos de provocación al odio, o incluso contra los seis magistrados del Tribunal Constitucional que aprobaron la legalización de Bildu y contra Canal Plus por emitir el vídeo del cantautor Javier Krahe 'Cómo cocinar un crucifijo'.

Fragua de santidad

Periodistas y estudiosos especializados en movimientos religiosos definen El Yunque como "una
 sociedad secreta anticristiana, de carácter paramilitar, que dice defender los principios y valores cristianos engañando a los católicos y lograr así que éstos participen en las actividades de sus asociaciones tapadera. Sus miembros se consideran a sí mismos una casta de elegidos". Fue fundada en México en la primera mitad del siglo XX y llegó a España en los años de la Transición. Como sociedad secreta  y paramilitar no tiene aprobación civil ni canónica. Es un grupo de personas que se reúnen en secreto. Realizan un juramento que les exige absoluta reserva. Esto implica que no pueden desvelar la existencia de El Yunque y mucho menos su pertenencia. Los miembros, que se consideran a sí mismos como mitad monjes, mitad soldados, únicamente conocen la información de la organización mínima imprescindible para realizar su función en ella, consideran que han sido elegidos por Dios para instaurar el reinado de Cristo en la Tierra. Por ello consideran que cualquier medio empleado les es legítimo. Amparándose en éste argumento desprecian la autoridad de la Iglesia sobre ellos. .Se preparan para una hipotética guerra de religiones. Por ello se entrenan en el combate cuerpo a cuerpo y se preparan ante ataque psicológicos mediante diferentes técnicas.

La ley sin tablas

 La Asociación Española de Abogados Cristianos, la de la denuncia a la drag canaria,  es uno de los grupos ultracatólicos más activos. Su agenda consiste en utilizar las leyes y el litigio estratégico para la “defensa jurídica de la libertad religiosa y los valores inspirados en el cristianismo”. En la práctica, su acción va encaminada a frenar cualquier atisbo de libertad de expresión que les parezca contrario a sus postulados ultrareligiosos, así como frenar el trabajo de las organizaciones de derechos sexuales y reproductivos. Entre sus principales temas de actuación figuran la defensa de las mujeres “engañadas” en los centros de aborto, denunciar el “negocio del aborto” y defender la legislación favorable a la defensa del “no nacido”. Su fundadora es otra integrante del Yunque.
Essta asociación es responsable de los litigios que se han llevado a cabo contra las organizadoras de la procesión del Coño Insumiso, la denuncia para que se retirara la concesión de entidad de bien público a la Federación de Planificación Familiar Estatal o la denuncia contra Ada Colau por permitir la lectura de un padrenuestro que consideran ofensivo para los sentimientos religiosos, entre otros. Una acusación que repiten en la mayoría de sus denuncias y que hasta la fecha le ha reportado algunos triunfos. Afirman que el laicismo y la que llaman “ideología de género” son ideas que una minoría quiere imponer a la “mayoría católica española”, a la que consideran víctima de una supuesta intolerancia que les impide ejercer su “libertad religiosa”.

Como la anterior, el Centro de Estudios Juridicos Tomás Moro es una organización que se dedica principalmente al cabildeo jurídico. Fue fundada en 2004 por Javier María Pérez Roldán, un abogado conocido por combatir lo que definen como “ideología de género”. Fue esta organización quien denunció y llevó a los tribunales a la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, condenada finalmente a una multa, pero absuelta del delito de ofensa a los sentimientos religiosos. Su intento de recurrir esa absolución fue rechazada por la Audiencia de Madrid.
Este centro ha sido una de las puntas de lanza contra la ley del aborto y es también una de las organizaciones más activas en el ataque a los centros de interrupción voluntaria del embarazo y a los médicos que se dedican a realizar abortos. Ha elaborado un manual de instrucciones para médicos que quieran aducir objeción de conciencia para no practicar abortos o farmacias que no quieran distribuir los métodos de anticoncepción de emergencia, conocidos como la llamada píldora del día después. También intentan imponer querellas contra proveedores de servicios de salud sexual y reproductiva, acusándolos de violar las normas vigentes respecto al aborto. Y aunque pierdan los procesos obstaculizan la prestación de servicios de salud. Esta organización se sumó a la querella que E-cristians puso en 2006 al médico Carlos Morín acusándolo de practicar abortos ilegales en sus clínicas de Barcelona y Madrid. Las clínicas del Dr. Morín fueron cerradas y miles de historias clínicas requisadas. Un número importante de mujeres que habían abortado fueron presionadas por la Guardia Civil e interrogadas. A pesar de ser absuelto en 2013, estos grupos recurrieron la decisión hasta que el pasado 22 de enero, el Supremo condenó al médico por tres delitos de abortos ilegales. "El Centro Tomás Moropuso en marcha la Plataforma Caso Morín, para recaudar fondos, difamar, estigmatizar y difundir su versión de los hechos.
Con estos procesos se castiga a las mujeres que han buscado un servicio al que tienen derecho por ley. Se viola su intimidad incautando sus historiales médicos. Se viola el secreto médico. Se les hace sentirse criminalizadas. También se ejerce presión psicológica sobre los proveedores de salud mediante un discurso difamatorio que denomina las clínicas como abortorios y negocio de la muerte. Cuando no se les puede acusar de asesinos, se les acusa de haber incurrido en presuntos delitos fiscales, y en delitos contra la protección de datos y contra el medio ambiente.

Profesionales por la Ética es otro grupo vinculado a Hazte Oir  que también se dedica a la abogacía antiderechos a nivel internacional. Declara hacer frente "a ese feminismo rancio y pasado de moda y a la ideología de género en la que desemboca"
Son promotores de la Federación One of Us (uno de nosotros) que  buscaba obtener el reconocimiento de derechos cívicos para el embrión humano, prohibir la financiación pública de investigaciones que implicaran la destrucción de embriones y, en último término prohibir el aborto. Entre los invitados que asistieron al primer foro que esta organización celebró en París en 2016 figuraba lo más granado de los representantes de la ultraderecha europea, entre los que se encontraban Mayor Oreja, Alberto Ruíz Gallardón, así como representantes de la ultraderecha de Francia y Hungría.

Legionarios de la pasta

Es casi imposible desligar esta clase de entidades y sectas de las rutas del dinero opaco. Las revelaciones de los 'Papeles del Paraíso' han salpicado a la Iglesia católica, en particular, a laorganización a la que pertenecen Ángel Acebes, Jose María Michavila y Eduardo Zaplana, ministros de José María Aznar, y la esposa de éste Ana Botella- y a su fundador, el mexicano ya fallecido Marcial Maciel, que habría movido millones de dólares sin pagar impuestos a través de sociedades offshore'.
Ana legionaria
congregación de los Legionarios de Cristo -
La entidad habría comenzado a constituir empresas en paraísos fiscales en 1992, dos años antes de que Maciel, que se vio envuelto en varios escándalos por abuso sexual a menores, cumpliera 50 años como sacerdote, ocasión en la que el entonces papa Juan Pablo II le envió una carta para saludarlo por su trayectoria. Tres días después de esa felicitación, formó en Bermudas International Volunteer Services, que tenía una cuenta en el Citibank de Nueva York.
The Society for Better Education, de 1992, y el International Volunteer Services, de 1994, estaban vinculados al fondo fiduciario Ecyph Limited, de las islas Vírgenes Británicas. Allí, estas sociedades habrían tenido un flujo de entrada de unos 300 millones de dólares por año. Este entramado tenía su dirección en la sede romana de la Dirección General de los Legionarios. La creación de todas estas firmas fantasma corresponde al momento de mayor expansión de las instituciones educativas pertenecientes a la congregación, como la apertura de sucursales de la Universidad Anáhuac o la fundación de la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid.
Esta actuación revelada por los 'Papeles del Paraíso' continuó hasta 2006, cuando comenzó su liquidación meses antes de que el papa Benedicto XVI obligara a Maciel, que murió en 2008, a retirarse. Años después, en 2013, International Volunteer Services quedó desmantelada.
Antes, en los años noventa, una Ana Botella que aún no había iniciado una carrera política propia,  empezó a gestar una estructura de acción pública en materia social y de ONGS para los Legionarios en España. Y esas conexiones perviven en la actualidad: en la la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, universidad puesta en marcha por la Legión. Entre estas personas e instituciones hay una comunión de ideas casi teocrática: no al aborto, no al matrimonio entre personas del mismo sexo, no a la investigación con células madre.
En esta trama juega un papel determinante el ultracatólico Gustavo Villapalos, ex-rector de la Universidad Complutense de Madrid y consejero de Educación con el gobierno de Ruiz Gallardón en la comunidad madrileña. Villapalos fue clave para que los Legionarios consiguieran hacerse con la joya de la corona de sus actividades educativas: la Francisco de Vitoria.
La Legión tiene en España esta Universidad, un seminario, un centro de vocaciones y nueve colegios Botella aún no había iniciado una carrera política propia pero sí empezó a gestar una estructura de acción pública en materia social y de ONGS en la que contó como principal asesor con el empresario Daniel Sada, a la sazón "el hombre con corbata" de los Legionarios en España. Y esas conexiones perviven en la actualidad. e hay una comunión de ideas casi teocrática: no al aborto, no al matrimonio entre personas del mismo sexo, no a la investigación con células madre.
En el tejido de esta trama papel determinante del ultracatólico Gustavo Villapalos, ex-rector de la Universidad Complutense de Madrid y consejero de Educación con el gobierno de Ruiz Gallardón en la comunidad madrileña. Villapalos fue clave para que los Legionarios consiguieran hacerse con la joya de la corona de sus actividades educativas: la Universidad Francisco de Vitoria. La Legión tiene en España esa Universidad privada, un seminario, un centro vocacional y nueve colegios que segregan a niños y niñas. Así con el paso del tiempo, acabó configurando junto con los neocatecumenales de Kiko Argüello,  una fuerza de choque con gran acción de proselitismo y un adoctrinamiento ultracatólico a través de sus obras educativas.

 ¿El papa de los ateos?

El jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, papa desde hace tres años, sería para muchos de estos integristas y sus adláteres un perfecto candidato para las hogueras de la inquisición.
¿El antipapa?
Desde el tumultuoso pontificado de Pío IX nunca se había visto tanta falta de respeto a un papa en el cuerpo de cardenales y en la Curia romana. Algunas de sus exhortaciones sobre el matrimonio o sus comentarios sobre la  libertad sexual son calificadas en el mismo Vaticano de La califican de heréticas, luteranas, contrarias a la moral, irresponsables.
La campaña está siendo tan descarnada que hasta el papa tiene que disputar en público con sus detractores. Lo ha hecho concediendo una nueva entrevista. Francisco ha concedido más entrevistas que todos sus predecesores juntos en los últimos cien años.
Desatado el incendio en las alturas, la algarabía se ha multiplicado en el llano. Los principales rebeldes forman parte incluso del Gobierno (Curia) del Estado Romano, como el cardenal Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es como se llama ahora el Santo Oficio de la Inquisición. Fue nombrado para ese cargo por Benedicto XVI y Francisco no lo ha removido. Müller habla por los obispos que lo pasean por España dando conferencias contra Francisco.,proclamando sin tapujos que la doctrina sobre el matrimonio “es la de siempre y no va a cambiar”.
Se sabe que más de la mitad de la Curia actúa bajo cuerda en su contra. Dudan del papa. Entre los abiertamente críticos figuran el cardenal español Antonio Rouco Varela y Camillo Ruini, expresidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
La falta de respeto hacia este papa se produjo ya en el momento de su elección. Venía “del fin del mundo” (expresión del propio Francisco), es decir, no formaba parte del meollo de la Iglesia romana, tan europea; es jesuita pero comprende a Lutero;habla amistosamente de los homosexuales; autoriza a los sacerdotes a perdonar el pecado de aborto, sin pedir permiso a los obispos, como hasta ahora; no descarta ordenar a mujeres diaconisas; y presume de ser solamente el obispo de Roma. La Curia romana, en cambio, se considera el centro de la cristiandad y a los cardenales se les llama príncipes de la Iglesia. Las reticencias ante el papa Bergoglio las tuvo incluso su predecesor Ratzinger, ahora sumiso. La derecha mediática también trata de forma despectiva a este papa: el director de La Razón y tertuliócrata ubícuo, Francisco Marhuenda, repite una y otra vez -le encanta escucharse- que Francisco es el papa que gusta a los ateos.

Ofensa a ¿qué sentimientos?

El caso de la drag canaria del que escribía al principio es uno de los que nos lleva a reflexionar sobre cómo el fundamentalismo católico logra influir en la legislación: España es el único país de Occidente cuyas normas penales incluyen y castigan un delito de ofensa a los sentimientos religiosos, equiparable al de blasfemia de teocracias como Irán y Arabia Saudí y contemplado en la última reforma del Código Penal que la mayoría absoluta del Partido Popular aprobó en 2015. Ese fue el supuesto delito por el que una fundación de extrema derecha llevó a los tribunales al humorista Dani Mateo por burlarse de la fealdad de la cruz del Valle de los Caídos. Un juzgado tan sobrecargado de trabajo pendiente como la mayoría decidió perder el tiempo y el dinero público llamando a declarar al denunciado para tener que admitir la futilidad de la denuncia.
Mäs lejos llegó otro juez de tendencias neolíticas: el que condenó a la tuitera Casandra Vera  a un año de prisión, siete de inhabilitación y a pagar las costas del juicio por considerarla culpable de -en su caso- un delito de humillación a las víctimas del terrorismo por trece tuits publicados entre  2013 y 2016 en los que se burlaba de la muerte en atentado del número dos de Franco, Luis Carrero Blanco ¡en 1973! - que levante la mano quien no haya hecho un chiste sobre el histórico vuelo-. Siguiendo el juíciodeberíamos decir que le han considerado culpable a él, no a ella: Mucha gente no sabía que Cassandra es una mujer trans hasta que en la vista del juicio se escuchó al fiscal  y a los tres magistrados dirigirse a ella como si fuera un varón y no como mujer, ¿saldrían absueltos estos cuatro togados de una acusación de transfobia máxime cuando el eje central de la discusión era la humillación, el menosprecio, el descrédito, la perdida de estima, los amores propios heridos, la actitud irrespetuosa y… la dignidad de las personas? Recuerden que ya me he referido a que desde un sector ultraconservador demasiado parecido a estos de las puñetas se viene haciendo una campaña feroz contra la comunidad trans con el famoso las niñas tienen vulva y los niños tiene pene.
¿Quién humilló a quién?

Ya que hablamos de religión y jueces que sellan sus creencias en sus sentencias, no puedo olvidarme del andaluz Eduardo Roríguez Cano. Dicen que cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo; también tenía que aburrirse este magistrado de la Audiencia de Granada que fue mundialmente conocido (y no es una exageración) porque en el pregón que dio para una cofradía, tuvo la ocurrencia de dictar una sentencia absolviendo a Cristo. En ese pregón el juez absolvía a Jesucristo de los delitos de blasfemia, rebelión y sedición por los que fue condenado y crucificado hace más de dos mil años. Según Rodriguez Cano si si la causa contra Jesús de Nazaret se hubiera desarrollado con todas las garantías jurídicas, no habría habido más remedio que dejarlo libre, pues no existía ningún cargo contra él.

Conchita quería ser santa
Granadina fue también Conchita Barrecheguren, la niña a la que su padre Francisco, un fanático católico catalán, crió y educó, haciéndola pasar todo tipo de rigores para que fuera santa, aunque la tuberculosis se la llevó a los veintiún años. Esto ocurrió a principios del siglo XX; hoy los servicios sociales habrían intervenido para liberar a la niña de la tiranía paterna. En lugar de eso, grupos ultracatólicos y hasta algún cargo ecesiástico español han abierto un proceso de canonización de Conchita y su progenitor. La muchacha vivió antes de que existiera el Opus Dei, pero la conducta real de Francisco Barrecheguren recuerda a la extrema crueldad con que los padres de ficción de Camino (Javier Fesser, 2008) se plantean la agonía y muerte de su hija como un sacrificio a Dios,

Sigo en Granada y debo acordarme de otro juez tridentino, en su caso magistrado del Tribunal Constitucional hoy y durante diecisiete años diputado del Partido Popular por esta provincia, Andrés Ollero. Su partido no quiso darle la presidencia del alto tribunal ydeclarar ilegal la amnistía fiscal de Cristobal Montoro. Ollero es miembro numerario del Opus Dei, vive en una residencia para miembros de la secta e hizo voto de castidad -no debe ser difícil con su cara-.
Ollero con el otro José María
su venganza fue

Por su Obra los conoceréis

Jueces no afines a la causa opusina denuncian que un tercio de los magistrados en ejercicio en España pertenecen a la secta fundada por el oscuro y mediocre san Josémaría bajo el palio de la dictadura franquista; es decir, que el  virus del Opus Dei infecta y parasita gravemente la administración de justicia en nuestro país.  Su presencia en la educación -y su poder sobre quienes la rigen- es aún más evidente. pero ¿y  en los medios de comunicación?
Se sabe que el fundador del Opus Dei solía decir: “tenemos que envolver el mundo en papel de periódico” (Escrivá de Balaguer nisiquiera soñaba entonces con los medios digitales), En este sentido sus ambiciones abarcaban mucho más que el ámbito nacional. Según los datos aportados por el propio Opus Dei, cuentan con más de 500 colegios y universidades, medio centenar de emisoras de radio, 12 productoras de cine y televisión, 12 editoriales, 604 periódicos y revistas y 38 agencias de información.
San Josémaría y su aura
P
ero teniendo en cuenta el secretismo y falta de transparencia de esta secta, es presumible que el control de medios de comunicación sea aún mucho mayor. Su presencia y penetración en medios públicos y privados va mucho más allá de que no se esconda su participación en la Revista Telva, la agencia Europa Press el grupo editorial catalán Godó o el andaluz Joly:  se trata de impedir que ciertas informaciones que puedan comprometerles sean conocidas o tengan credibilidad entre la población,
derribar a sus oponentes mediante la difusión de calumnias,
hacer prevalecer la versión que ellos dan de su saqueo a España inventandose razones como una “crisis” causada por mercados de los que ellos son parte, sin informar que están dando prioridad a pagar con dinero público una deuda contraida con unos acreedores que son complices del fraude.

Medios,  educación y Justicia son sólo partes de una estructura inmensa de poder e influencia, y estoy refiriéndome sólo a España.

El sustantivo secta es para los miembros y estructuras del Opus Dei un calificativo que rechazan de plano que se les pueda aplicar a ellos mismos.
Pero, digan lo que digan, se comportan como una secta. Representantes y miembros de ella han controlado hasta hace muy poco le conomía y las fuerzas de se guridad en España (Guindos, Fernández Díaz), pero esta valiosa lista no incluye sólo a miembros de la derecha marianista; hay también socialistas y nacionalistas y al margen de la política están grandes nombres del empresariado y otros, a veces sorprendentes, son nombres del deporte, actores y hasta algún torero. No son Dios, pero están en todas partes.

A principios de este siglo me tocó saludar, por motivos de trabajo, al entonces diector de la Congregación por la Doctrina de la Fé, Jseph Ratzinger. M dio una mano blanda y me mostró una inquietante sonrisa tras laque s podía ocultar cualquier cosa. En otras ocasiones me han invitado (previo pago de matrícula) a encuentros sobre periodismo organizados por algún colegio mayor o residencia del Opus Dei. Inmediatamente se me han acercado, amistosos y sonrientes algunos miembros de la secta deseosos de captarme para la causa. Lo decía el protagonista de la novela El salvaje del mexicano Guillermo Arriaga antes de tener que enfrentarse con ellos: "El proselitismo fanático se esconde siempre en la buena onda y la sonrisa ensayada".








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