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domingo, 22 de febrero de 2015

La destrucción de un genio

Han coincidido el sesenta aniversario de la muerte del genial matemático británico Alan Turing y el estreno en los cines de Descifrando Enigma -The imitation Game, 2014-, el biopic dirigido por Morten Tyldum que le ha valido a Benedith Cumberbatch una candidatura al Oscar como mejor actor protagonista. En general se trata de una película brillante y bien interpretada que retrata bien el caracter insoportable de sociópata que caracterizó al matemático especialmente cuando lo pivado y el prójimo osaban interponerse en su obsesivo trabajo, pero que en lo puramente biográfico contiene algunas inexactitudes, y estas son más graves cuando se refieren a la relación con las mujeres de un personaje homosexual: en primer lugar no existió la supuesta y edulcorada relación con la comprensiva Joan Clarke interpretada en el cine por Keira Knightley, fue sólo una compañera de trabajo. Por otra parte, se habla sólo de un pequeño grupo de criptógrafos y se olvida que durante la Segunda Guerra Mundial trabajaron en Bletchley Park ocho mil personas, la gran mayoría mujeres, por lo que está de más la historia de los supuestos problemas de Joan para ser admitida en un mundo de hombres, que tanto metraje ocupa. La búsqueda de un instrumento para descifrar los mensajes encriptados del programador alemán Enigma, que permitía a los nazis causar estragos en  barcos y transportes aliados -el hallazgo de la máquina de Turing- ocupa casi toda la película y queda en unos modestos rótulos finales la alusión al trascendental papel de Turing como padre de la informática tal como hoy entendemos esa ciencia. Tampoco se habla en la cinta de las primeras computadoras desarrolladas por Turing en Londres después de la guerra -y que dieron lugar a ordenadores como en el que ahora escribo- ni de sus revolucionarios estudios en inteligencia artificial. Enla cuestión sexual la película no ca en la hipocresía censora de aquel mentiroso biopic de Cole Porter que fue el Night and day -Michael Curtiz, 1946- que protagonizó Cary Grant -no estamos a mitad del siglo pasado; al contrario, Descifrando Enigma habla abiertamente de la detención y procesamiento de Turing por un delito de homosexualidad en 1952, como el que medio siglo antes le costó a Oscar Wilde pasar dos años en la cárcel de Reading. En la película vemos como Turing aceptó someterse a castración química a cambio de no ir a prisión. Como buen matemático ironizó sobre sí mismo mediante un silogismo:

Turing cree que ls máquinas piensan;
Turing yace con hombres;
luego las máquinas no piensan.

En 2009, 55 años después de su muerte, el primer ministro Gordon Brown pidió disculpas por la forma en que le había tratado el Estado, pero se negó a indultarlo argumentando que la homosexualidad era delito en la época. Tuvo que ser la reina Isabel II quien en 2013 le concedió el indulto. Sumido en la depresión, Alan Turing se suicidó en 1954, elegiendo un método de lo más novelero: mordió una manzana envenenada con cianuro. El irónico, el gran descreído que se mofaba de sí mismo ¿se sintió Blancanieves en su hora postera?
Así apareció el equipo de Bletchley
en la prensa de la época.
La foto muestra la mayoría femenina


viernes, 21 de noviembre de 2014

Truman Capote, el chafardero indomable

Unánimemente se considera al escritor norteamericano Truman Capote (1924-1984) un maestro que en la novela y el relato dominó por igual los resortes de la ficción y la no-ficción que, sobre todo con su más famosa obra, A sangre fría, sentó las bases del conocido como nuevo periodismo, ese terreno pantanoso donde reportaje y novela llegan a confundirse, a veces con resultados asombrosos en literatura, como algunas novelas -no todas- de Tom Wolfe y casi toda la obra de Gay Talese, y otras veces fallidos -Nuestra pandilla de Philip Roth-.

Truman Capote podía ser un transgresor -en lo estilístico con A sangre fría o en lo moral con Plegarias atendidas-, pero también un cotilla de muy mala baba, como demuestra en lo más parecido a unas memorias que escribió, Los perros ladran: Personajes públicos y lugares privados. En la actualidad es frecuente que los programas televisivos de cotilleo tengan como invitado, o incluso como presentador, a un homosexual que hace las veces de bufón de una corte de famosos y famosas a quienes a veces no duda en destripar verbalmente, para regocijo del público, aunque sin hacer demasiado daño a un establishment en el que en el fondo se mueve  encantado como pez en el agua. Boris Izaguirre y Jorge Javier Vázquez son dos buenos ejemplos en este país. Pero hay que tener en cuenta que hasta Capote el chafardeo en los media se iba a los dos extremos: por un lado la prensa amarilla -e incluso extorsionadora- y por otro esos programas de radio extremadamente light que Woody Allen rememoraba en Radio days (1987) en los que un pretendido matrimonio comentaba las fiestas y merendolas con la alta sociedad y el famoseo a las que decían haber asistido el día anterior, lo guapa que iba fulanita o la elegancia y simpatía de menganito, algo así como hoy el programa Corazón pero sin divorcios ni disputas por herencias. Pero no se engañen, Los perros ladran no es un libro de cotilleos; contiene memorias de infancia y juventud, relatos de viajes centrados en el costumbrismo y momentos tan hermosos como el encuentro del autor con Collette; su faceta más cotilla la concentra en el capítulo de dicado a Hollywood. Capote no cita los nombres sino las iniciales de actores y actrices y aprovecha para burlarse del culto al dinero de los norteamericanos, que miden el valor de las cosas por su precio, y de una ciudad tan artificial que parece diseñada por y para niños pero en la que no se ven niños. Truman Capote sabía convertir el cotilleo en arte.
Portada de Los perros ladran

martes, 17 de diciembre de 2013

Vengo del futuro y te traigo.. la censura

Una sombra de censura se cierne de nuevo sobre Europa aunque no se pronuncie abiertamente la palabra. En Suecia se empieza a aplicar un test que clasifica las películas de cine según su sexismo. Aún desde el Ministerio de Cultura se hace una calificación moral de las películas como aquellas, redactadas habitualmente por religiosos, que en otros tiempos leíamos cuando consultábamos la cartelera en el periodico -todos los públicos, mayores de 14 ó 18 años, menores acompañados, mayores con reservas o altamente peligrosa-. Soy consciente de que lo que me propongo escribir dará mucho que hablar, y no bien de mi, a mis amigas feministas entre otros, pero pienso que el respeto a la igualdad de derechos y a la diferencia no puede llevarnos a anatemizar todo lo que se salga de la norma común.

Paso a los ejemplos, que son más ilustrativos. Hoy John Ford no podría estrenar sin cortes su magistral El hombre tranquilo (The quiet man, 1952), al menos la secuencia casi al final de la película en la que John Waine arrastra de los pelos a Maureen O'Hara colina arriba y una vecina de Innisfree le ofrece una vara de madera -Tome, para pegar a su señora esposa-. Sería considerada una exaltación de la violencia de género.


Descendiendo de lo artístico, y considerando que el buen gusto y el respeto han de poner límites a chascarrillos y gracietas sin gracia, resulta impensable que el dúo Martes y 13 interpretaran hoy su gag Mi marido me pega, o que la misma pareja cómica representara su parodia Maricón de España o la protagonizada por Isabel Pantoja y Encarna Sánchez sería tachado de homófobo. Incluso la canción Corazón de tiza de Radio Futura estaría prohibida o mal vista por amenazar con dar una paliza a la amante.

El exceso en la corrección política y en el no sexismo coarta la libertad y suele propinar malos tratos al diccionario. Hemos de utilizar la razón y el respeto, pero si nos la cogemos con papel de fumar caemos irremediablemente en la autocensura. La mujer que nos da la bienvenida al futuro no nos trae lejía sino censura.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

De escándalo internacional a chiste de mariquitas

Antes Bradley
Todos admiramos en su día el arrojo y el valor de aquel frágil soldadito, Bradley Manning, que se atrevió, a través de Wikileaks, a plantar cara a la poderosa maquinaria militar y política de su propio país revelando vergonzosos secretos de guerra que hoy todos conocemos gracias a él y a los hombres y mujeres de Julian Assange. La cándida temeridad de Manning, que posteriormente se limitó a denunciar que había sido víctima de acoso en el Ejército a causa de su homosexualidad, hizo temblar muchos cimientos, puso en marcha la fuerza represora del Ejército y la Justicia norteamericana y desató una ola de solidaridad que parecía agruparse en torno a una consigna parecida a Salvar al soldado Manning.

Ahora Chelsea
Hasta ahí todo muy loable, incluso la sentencia dictada contra él, pese a condenarle a treinta y cinco años de prisión revisables a partir de los nueve, rechazó la acusación de colaborar con el enemigo, que podía haberle costado la vida. Ocurre que desde el principio el caso Manning tuvo algo de vodevil ¿Qué me dicen de la ocurrencia de robar los datos secretos camuflados en un cedé rotulado como de Lady Gaga? Los gitanos no queren buenos comienzos siempre que lo que venga después sea positivo. Sólo que hace pocas emanas el soldado dejó paralizados de sorpresa y desconcierto a quienes habían sostenido la pancarta Free Manning con su explosiva declaración de que iempre se ha sentido mujer y su anuncio de que piensa comenzar a hormonarse. Ya no volveré a ser Bradley - dijo- Quiero que me llaméis Chelsea.

Ni falta hace decir decir  que Manning tiene el derecho del mundo a cambiar de sexo -género, dicen ahora los/las cursis- y de llamarse como le salga de lo que sea; no comparto que esas operaciones se realicen a cargo de la Sanidad pública, como en tiempos mejores aprobó el gobierno Chaves en Andalucía, pero mi opinión no importa. Noto cierta frivolidad tanto en la forma en que los medios de comunicación han abordado el sorprendente anuncio como en la actitud del propio Manning, prestándose a ser fotografiado con una horrenda peluca por el Ejército, que se encargó de distribuir la foto. De este modo se convertía en sospechoso de colaborar en una posible campaña de desprestigio contra su causa.

Hace algunox años cubrí un congreso de la organización Colegas en el que un transexual recriminaba a sus compañeros que se obsesionaran con la visibilidad, el matrimonio y el outing mientras él debía dormir en la calle porque nadie quería alquilarle un techo, y para la mayor parte de los transexuales la prostitución es la única forma de ganarse la vida. La transexualidad es un asunto mucho más serio de lo que la gente, incluído el propio Manning, pretende hacernos crer. El/la soldado tiene derecho a ser y hacer lo que le venga en gana, pero me temo que va a tener difçicil que sigamos considerándole un preso de conciencia.

vídeo: Pet Shop Boys - How do you ex pect to be taken seriously 


miércoles, 3 de julio de 2013

LGBT, SA


Estamos ya en plena semana orgullosa en Madrid y otras urbes y, pese a que la 22ª  Edición del DRAE ya integra plenamente la palabra gay, en esta época de eufemismos hay que recurrir a la sopa de siglas -LGBT en este caso- para ser politicamente correctos y que ninguna tribu se sienta ninguneada. Nomenclaturas al margen, siempre me desagradó profundamente este carnaval -a medio camino de  Venecia y Cádiz-   lleno de tíos musculosos depilados y en tangas, bailando encima de carrozas y besándose ante las cámaras. Estoy de acuerdo en que la reivindicación sea festiva, y reconozco que los súbditos de  Roma, en Pascua, celebran una semana entera del orgullo católico sacando a la calle sus propias carrozas, algunas tan sospechosas como la Última Cena -trece maromos ahí subidos sin ninguna tía tienen más de despedida de solteros o de quedada de osos que de cuchipanda sagrada-,   pero considero que alguien  se puede sentir orgulloso de una tierra, una familia, unos antepasados, una cultura o de su trabajo -lo que no quiere decir un oficio; yo no siento satisfacción alguna de pertenecer al mismo gremio que Pedro J. Ramírez, Francisco Marhuenda o Emilio Romero, Satanás lo tenga en su infierno-, pero no de una tendencia sexual y/o afectiva, que además es compartida con ejemplares de variadas especies.

Es cierto que el Orgullo reúne multitudes, aunque los métodos de recuento de participantes sean tan poco fiables como los de asistentes al Rocío -llueva, truene o reviente una balsa tóxica, siempre son un millón-, pero la masa no siempre tiene la razón, pues también la tendría la extrema derecha con sus circos antiabortistas y sus saraos papales. 

Dicho esto,  es el carácter cobrado por estas celebraciones de próspero negocio para hoteles, transportistas y bares lo que me resulta molesto. No escarmiento, criticar  en estas páginas el mercantilismo de un concepto inexistente como turismo gay y  la feria gay de Torremolinos ya me costó la  reprimenda de un carguillo de una diputación y que éste me tachara de homófobo.  No soporto que luchar por la igualdad se reduzca a convertirse en carnaza  para el mercado. Convénzase, no existe una literatura gay, un cine gay, y los cruceros gays son abominables -ser iguales pero en lo hortera-. Nuestra obligación termina en luchar por la libertad y  la igualdad -igualdad de oportunidades , no aquella equality, as if a wedding vow que criticaba Bob Dylan en My back pages-, no nos conformemos con los tópicos que hablan de homosexuales refinados,viajeros y de alto poder adquisitivo. Eso es visibilidad que cotiza en  bolsa. Estos festejos  le hacen a uno añorar cierta clandestinidad -no persecución, ojo-. En cuanto a las prácticas eróticas los homosexuales tomaron la delantera con el cruising en caminos apartados -mucho más extendido  que el cancaneo  de los heteros- y en la tranquilidad de los cuartos oscuros. No todo consiste en extender instituciones muy cuestionadas como el matrimonio. La convivencia no se legitima mediante gestiones burocráticas, si acaso obtiene ventajas fiscales y familiares, lo que no deja de ser injusto.

Tampoco me gusta una práctica como el outting de personajes públicos ni la obligatoriedad de salir del armario.   Una sociedad que  en las redes sociales se obsesiona con la pérdida de la privacidad pretende saberlo todo de los demás y no respeta que la vida privada se constituye de opciones personales que a nadie incumben , ni deben servir para el lucro de nadie. Podéis luciros como pavos reales para deleite de los editores de telediarios, nadie tiene derecho a impedirlo ni a poner ostáculos. Pero no olvidéis que la conquista de la libertad y de la igualdad tienen poco que ver con el capitalismo.


martes, 8 de marzo de 2011

El claro cadalso donde brotan las rosas

Maurice Pilorge
Pues en su noche vagan con fuerza sus perfumes.
El firmará Pilorge y su apoteosis
Será el claro cadalso donde broten las rosas
Bello efecto de muerte.
 
Jean Genet
No es por la poesía por lo que es más celebrada la obra de Jean Genet (1910-1986), pese al lirismo exacerbado que impregna toda su prosa -menos marcado en su producción teatral-, tanto sus excepcionales novelas como también los artículos, conferencias y cartas recopiladas en El enemigo declarado, editado por Gallimard en 1991 y traducido y publicado en español por Errata Naturae en noviembre pasado, coincidiendo con el centenario del escritor. Sin embargo Genet es autor de un largo poema fúnebre de 260 versos -o un breve poemario, si se considera como conjunto de poemas- deslumbrante en su devastadora e inmoral belleza. Le condamné à mort (aquí podéis leer el poema completo en español) es una pieza fundamental de la poesía francesa que entronca con la prosa carcelaria de Jean Genet y su exaltación de la belleza del malvado, sublimando la cosmología de ladrones, asesinos y guardianes enamorados de Santa María de las Flores (1944) y El milagro de la rosa (1946), y quedando muy cerca de Un Chant d'Amour (1954), la más que apreciable incursión de Genet en el cine y que no es sino un poema en imágenes. Le condamné à mort es actualidad por la impresionante adaptación musical que el cantante francés Etienne Daho ha grabado junto a la actriz Jeanne Moreau en un disco titulado como el poema.

Genet escribió Le condamné à mort entre 1939 y 1942, justo después de la ejecución de su amante, a quien está dedicado el poema. Se trataba del asesino de veinte años Marcel Pilorge, guillotinado el 17 de marzo de 1939 en la prisión de Saint-Brieuc. El escritor, al final de su poema incluye una estremecedora nota aclaratoria en a que habla de Pilorge, sus últimos días y lo que les unió:

He dedicado este poema a la memoria de mi amigo Maurice Pilorge, cuyo cuerpo y rostro radiante arroban mis noches sin sueño. En espíritu, vuelvo a vivir con él los cuarenta últimos días que pasó, las cadenas en los tobillos y, a veces, en las muñecas, en la celda de condenados a muerte de la prisión de Saint-Brieuc. Los diarios ofenden a sabiendas. Concibieron artículos imbéciles para ilustrar su muerte, que coincidió con la entrada en funciones del verdugo Desfourneaux. Comentando la actitud de Maurice ante la muerte, el diario L'Oeuvre dijo: "Este muchacho hubiera debido tener otro destino".
En pocas palabras, se le envilece. En cuanto a mí, que le conocí y amé, quiero aquí, lo más suavemente posible, con ternura, afirmar que fue digno, por el doble y único esplendor de su alma y su cuerpo, de tener la suerte de una muerte pareja. Cada mañana cuando pasaba de mi celda a la suya para llevarle cigarrillos, gracias a la complicidad de un carcelero, embrujado por su belleza, su juventud y su agonía de Apolo, ya levantado, canturreaba, saludándome así mientras sonreía: "Salud, Jeannot de la mañana".
Originario de Puy-de Dome, conservaba un leve acento de la Auvernia.
Los jueces, ofendidos por tanta gracia, estúpidos y a la vez prestigiosos en su papel de parcas, le condenaron a veinte años de trabajos forzados por robos de villas en la costa y, a continuación, porque había matado a su amante Escudero para robarle menos de mil francos, este mismo tribunal condenó a mi amigo Maurice Pilorge a que le cortaran el cuello. Fue ejecutado el 17 de marzo de 1939 en Saint-Brieuc.

En 1970 la cantante y compositora francesa Hélène Martin (1928), que se especializó en musicar a poetas, puso música a los versos de Le condamné à mort para un disco que el cantante Marc Ogeret (1933) publicaría al año siguiente. La propia Hélène Martin grabó el más conocido de sus temas, Sur mon cou (Sobre mi cuello), donde se contienen los versos más desgarradores:


Sur mon cou sans armure et sans haine, mon cou
Que ma main plus lègère et grave qu'une veuve
Effleure sous mon col, sans que ton cœur s'émeuve,
Laisse tes dents poser leur sourire de loup.

Ô viens mon beau soleil, ô viens ma nuit d'Espagne
Arrive dans mes yeux qui seront morts demain.
Arrive, ouvre ma porte, apporte-moi ta main
Mène-moi loin d'ici battre notre campagne.

Le ciel peut s'éveiller, les étoiles fleurir,
Ni les fleurs soupirer, et des près l'herbe noire
Accueillir la rosée où le matin va boire,
Le clocher peut sonner : moi seul je vais mourir.

Ô viens mon ciel de rose, ô ma corbeille blonde !
Visite dans sa nuit ton condamné à mort.
Arrache-toi la chair, tue, escalade, mords,
Mais viens ! Pose ta joue contre ma tête ronde.

Nous n'avions pas fini de nous parler d'amour.
Nous n'avions pas fini de fumer nos gitanes.
On peut se demander pourquoi les Cours condamnent
Un assassin si beau qu'il fait pâlir le jour.

Amour viens sur ma bouche ! Amour ouvre tes portes !
Traverse les couloirs, descends, marche léger,
Vole dans l'escalier plus souple qu'un berger,
Plus soutenu par l'air qu'un vol de feuilles mortes.

Ô traverse les murs, s'il le faut marche au bord
Des toits, des océans, couvre-toi de lumière,
Use de la menace, use de la prière,
Mais viens, ô ma frégate, une heure avant ma mort.

(Sobre mi pescuezo sin armadura y sin odio, mi pescuezo  
Que mi mano más ligera y grave que una viuda  
Acaricia bajo mi collar, sin que tu corazón se conmueva,  
Deja a tus dientes depositar su sonrisa de lobo.  

Oh ven mi bello sol, oh ven mi noche de España,  
Alcanza mis ojos que mañana habrán muerto.  
Alcanza, abre mi puerta, entrégame tu mano,  
Llévame lejos de aquí hasta alcanzar nuestro campo.  

Pueden despertar el cielo, florecer las estrellas,  
No las flores suspirar, ni de los prados la hierba negra  
Acoger el rocío donde la mañana va a beber,  
La campana puede sonar: sólo yo voy a morir.  

¡Oh ven mi cielo rosa, oh mi canasta rubia!  
Visita en esta noche a tu condenado a muerte. 
Arráncate la carne, mata, trepa, muerde, ¡Pero ven! 
Deposita tu mejilla junto a mi redonda cabeza.
 No hemos acabado aún de hablarnos de amor.
No hemos acabado aún de fumar nuestros Gitanes.  
Podemos preguntarnos por qué las Cortes condenan  
A un asesino tan bello que hace el día palidecer.

¡Amor ven a mi boca! ¡Amor abre tus puertas!  
Atraviesa los pasillos, baja, camina ligero,  
Vuela en las escaleras más ágil que un pastor,  
Más propicio al aire que un vuelo de hojas muertas.

Oh atraviesa los muros; si hace falta camina en el borde
De los techos, de los océanos; cúbrete de luz,
Usa la amenaza, usa la plegaria,
Pero ven, oh mi fragata, una hora antes de mi muerte.)



Etienne Dahó (1956) ya incluía Sur Mon Cou en su repertorio -aquí incluyo un vídeo con una actuación en directo de 1991- pero ha sido ahora, tras el centenario de Genet, que ha decidido grabar todo Le condamné à mort partiendo de la adaptación de Hélène Martin y con unos arreglos que se alejan de la chanson y se acercan al pop de un Benjamin Biolay. Pero la gran aportación de este disco son los recitados de Jeanne Moreau (1928) el gran mito viviente del cine francés -y europeo-, la mejor actriz del mundo, dijo de ella Orson Welles. Moreau no es ajena a la música, publicó varios apreciables discos y llegó a actuar junto a Frank Sinatra. En Le condamné à mort se limita a recitar los versos de Genet, pero su inconfundible ronquera vuelve devastadores unos versos que ya estremecían. Juntos Daho y Moreau te enfrentan al dolor, a la violencia y la sordidez, y a una historia de amor hecha toda de espinas que es puro Genet, aunque algo habrá que agradecerle al pobre Maurice.

Del tan temido cielo de los crímenes
del amor viene este espectro. Niño de las honduras
nacerán de sus cuerpos extraños esplendores
y perfumado semen de su verga adorable.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ser un oxímoron

Yo se lo advertía a mis editores: ¡Cómo se os ocurre mandarme a cubrir la inauguración de las Jornadas de Turismo Gay de Granada, con las cosas que he ido escribiendo de este asunto! -el último artículo en Granada Hoy sin ir más lejos-. Y claro, pasó lo que tenía que pasar, que uno hace preguntas, que para eso le pagan, y se encuentra con que quien debe responderlas viene con la escopeta cargada después de leerle a uno. Por el jefe de prensa del Patronato de Turismo sabía que habían leído lo que pienso sobre estos saraos mercantilistas y respecto al segregacionismo fomentado por quienes han convertido lo gay en un gigantesco negocio. Resultado, que me veo convertido en oxímoron, en gay homófobo, que es lo que según los organizadores de la cosa es cualquiera que no se una al rebaño feliz y ose criticar ese modelo de sociedad homosexual divina de la muerte, rica, consumista, despreocupada y cerrada en sí misma que proporciona pingües beneficios a cierto empresariado, y coartada moderna y avanzada a mediocres politiquillos embaucados por ese mismo empresariado.


Y eso que no abrí fuego yo, que fue mi compañera Maite, de RNE, quien primero se topó con el tono de perdonavidas de los organizadores cuando preguntó de dónde se sacaban el supuesto perfil del turista gay -ya saben, gastoso, universitario, joven y culto-, si lo obtenían preguntando a los visitantes sobre su orientación sexual; ni siquiera pude hacer más de una pregunta, por las prisas propias de tener que contarlo en la radio al momento, por ser una rueda de prensa concelebrada en la que cada intervención era seguida por su traducción al inglés, y porque de pronto los periodistas autóctonos nos vimos rodeados de una intimidante fauna de reporteros invitados a las jornadas -las cejas perfiladas, los jerseys de colorines ajustados, las libretas en que tomaban nota de todo, la mirada de reojo del iniciado al profano y, claro, las acreditaciones les delataban- que te observaban como a un intruso de la prensa generalista, ignorante y portador de atávicos prejuicios, ¡y quien sabe si hasta heterosexual!.

Y uno va y pregunta lo típico, si todo esto del turismo gay -o mejor dicho LTGB, que hay que ser cursis- no tiene como consecuencia el aislacionismo, la endogamia, la renuncia a cambiar al conjunto de la sociedad y en definitiva el gueto. Y lo pregunta no opinando, que en una rueda de prensa lo que yo opine a nadie interesa, sino recordando las críticas que desde algunas asociaciones de nada desdeñable presencia -Colegas- se hacen hacia carnavales consumistas como Expogay o el propio concepto de turismo gay. Me responde -se notó que venía preparado para ello- el vicepresidente del Patronato de Turismo José López Gallardo diciendo nada menos que esas críticas responden a que entre las asociaciones y colectivos gays hay mucha homofobia encubierta, y revelan en quien las hace una homofobia con matices de progresismo (sic). O sea, que según el concejal de Laroles, si no te gustan los cruceros gays, no te gastas un dineral en depilación, no seleccionas a tus compañeros de viaje o los camareros de tu restaurante en función de su opción sexual, si no viajas con agencias LGTB y no llevas la bandera arcoiris colgada de la mochila -o mejor de la maleta Luis Vuitton- de nada sirve que te molen los de tu sexo, serás un homófobo retrógrado, un gay homófobo, un oxímoron.

Claro, una vez uno se ve convertido en oxímoron, no vuelve a preguntar, ni siquiera a otros oximorones como estos socialistas mercantilistas, y se limita a recoger la respuesta del político para que se retrate con sus palabras. Y uno se da cuenta de que su pecado ha sido cuestionar la invención de la que el concejal en cuestión se siente más orgulloso, pues todo comenzó cuando a López Gallardo en una rueda de prensa veraniega, hará dos años, se le ocurrió comentar que Granada como destino turístico había sido citada en algunos reportajes de revistas gays foráneas. Eso dicho en el desierto informativo de agosto fue amplificado por las agencias y de inmediato corrió como la pólvora el insensato bulo de que Granada era una ciudad codiciada por los turistas gays. Recuerdo a la pobre redactora de Canal Sur que cubría el turno desesperada porque desde Sevilla su descerebrado editor le conminaba a echarse a la calle a las cuatro de una tarde tórrida a buscar a gays con los que ilustrar el reportaje y algún restaurante de ambiente -el único de Granada estaba cerrado por vacaciones- que demostrara que a los pies de la Alhambra florecía la nueva Sodoma, aunque los patronatos de turismo de media España anden pretendiendo lo mismo de sus ciudades.



En fin, que el invento del concejal que pasó de la Alpujarra a la World Travel Market ha acabado en esta convención de 27 turoperadores de 14 países para vender eso del turismo segregado. Los políticos, el mentado y el delegado de Turismo de la Junta, repiten los datos con los que estos mercaderes les han embaucado para que desde los poderes públcios se promocione su negocio, que disfraza como una forma de inclusión lo que no es sino estrategia para incrementar ventas. Unos datos de origen desconocido y poco o nada creíbles: Según Turespaña en el país habría unos tres millones de gays y lesbianas, el 50% con estudios universitarios -al parecer la homosexualidad te libra del fracaso escolar y te sube la nota de selectividad-, con una media de ingresos por hogar superior a los 60.000 euros anuales, el doble de la media -ni mileuristas ni parados en el paraíso arcoiris, que los EREs son para heteros-, y que invierten el 47% de sus ingresos en consumo, ocio y tiempo libre - es decir que a ningún gay se le va más de medio sueldo en pagar la hipoteca-. Y el argumento que lo desenmascara todo: "El 78% prefiere comprar productos que se dirijan directamente a la comunidad LGTB". De eso se trata en definitiva, de que les compremos a los mismos mercaderes que han organizado el tinglado con apoyo del poder socialista, y la participación directa de algún destacado dirigente político en Chueca, S.A.. Recordemos a Pedro Zerolo animando a participar en la horrorosa Expogay de Torremolinos, pero recordemos mejor lo que en alusión a dicho encuentro decía Gonzalo Serrano, de Colegas: "Los homosexuales ni son mejores ni consumen más que otros sectores. Si estamos luchando por la igualdad al final lo que se lanza desde estos eventos es que somos diferentes, gastamos diferente y que nos preocupan cosas diferentes y eso ni siquiera es la verdad". Entonces Javier Checa, el organizador de Expogay le respondió que "las personas van encaminadas a una sociedad sectorial, de comunidades, y a esta solo quiere que se les respete". ¿Qué os decía el lunes del multiculturalismo y el gueto?

¿Por qué lo llamarán amor cuando quieren decir pasta?

lunes, 22 de noviembre de 2010

Multisexismo


Angela Merkel sentencia que el multiculturalismo ha sido un absoluto fracaso y la progresía global se escandaliza. Pero la Merkel se queda corta:
El multiculturalismo es una forma de racismo, un nefasto discurso que defiende lo identitario, el ‘juntos pero no revueltos’ y las excepciones a la Ley para minorías nacionales o religiosas. Eso sí ha fracasado, no el interculturalismo, que promueve la integración, el enriquecimiento mutuo y la mezcla: Aceptar las reglas de convivencia de la sociedad acogedora, familias interraciales, ni barrios ni escuelas segregados, ni sharías de tapadillo ni crucifijos en las aulas. Eso de cada uno en su gueto y de respetar hasta lo más sórdido de su cultura, pretendiendo lo contrario conduce al nazismo.



Una clase de multiculturalismo en boga es lo que llamaré multisexismo, el aislacionismo determinado por la opción sexual al que se apuntan quienes dicen representar a gays y lesbianas –LGBT, según lo políticamente cursi- y la oficialidad que los patrocina. A ese multisexismo responden esas Jornadas de Turismo Gay que organiza la Diputación de Granada. Restaurantes, cruceros, resorts gays... Guetos de entrada voluntaria –y sobre todo de pago- donde olvidar que políticos y activistas no han sabido erradicar la homofobia y la discriminación. Según Diputación casi todos los establecimientos hosteleros de la provincia se colgarán la etiqueta gay-friendly. Permítanme que sea escéptico ¿Saben a qué les compromete eso? Desde luego no sólo a respetar lo que se haga de puertas adentro. Si dos clientas de un hotel quieren besarse en el vestíbulo, no basta con no echarlas a patadas, tampoco vale disuadirlas educadamente, y si otro huésped se queja es a éste al que debe afearse su conducta. A ver cuántos hoteles o bares superan esa prueba del algodón.

Inventos como las Jornadas de Turismo Gay se basan en mitos: Que Granada es una ciudad atractiva para el turismo gay. No, Granada es atractiva para todo el mundo y lesbiana no es sinónimo de marciana. La oferta específica de Granada es cortita y con sifón, a años luz de Sevilla, Torremolinos o Madrid. Otro mito: El gay es rico, sibarita y consumista. Como si los homosexuales fueran inmunes al mileurismo y el paro, como si no hubiera cientos de transexuales –si escribo transgénero me da la risa floja- en la calle porque no les alquilan un piso o en la prostitución porque les niegan un trabajo. El sitio de ambiente, sea bar, sauna, playa, página web o bosquecillo oscuro sólo cumple dos funciones, protegerse de la homofobia aún dominante y facilitar el contacto y el ligue. Más allá de eso la perspectiva de unas vacaciones rodeado de endogamia vigoréxica y depilada es de pesadilla. El viajero busca lo nuevo, la inmersión en lo diferente, no autoafirmarse entre iguales. Para guetos con Varsovia hubo suficiente.

domingo, 7 de noviembre de 2010

No tomarás la libertad de expresión en vano


A los albardanes y bufones del fascismo -perdón, liberalismo- les encanta creerse Solzhenitsin, imaginarse mártires en potencia del gulag y la checa. Pero aun gozan más cuando se sienten transgresores y antisistema, aunque lo más cerca que hayan estado del martirio sea en una pelea de borrachos y cornudos -¿verdad, Hermann Tertsch?- y su rebeldía se transforme en genuflexión cuando determinado poder político es generoso con ellos.

Y aún se encuentran más atractivos y autorizados para pontificar sobre cualquier asunto si tuvieron un pasado de izquierdas como jóvenes radicales, poco importa si ejerciendo de terroristas que remataban policías a martillazos (Pío Moa) o como perseguidos y encarcelados por defender -entonces sí- la libertad de expresión (Albert Boadella). Su metamorfosis está narrada por ellos mismos como una heroica lucha contra los prejuicios en el best-seller para gacetilleros Por qué dejé de ser de izquierdas del tandem Somalo-Noya. Se pueden echar unas risas.

El último episodio que les ha unido ha sido el escándalo en torno a Fernando Sánchez Dragó y aquella aventura con japonesitas de 13 años que debió gustarle tanto que la contó en dos libros -nada extraño, lleva años autoplagiándose y vendiendo las dos o tres únicas ideas literarias, bastante pobretonas por cierto, que alguna vez tuvo-: Primero en la biografía Una vida mágica (1984) y ahora en Dios los cría... al alimón con su compadre Boadella. Hablo del manifiesto que quince intelectuales han firmado y rápidamente remitido a El Mundo, un opúsculo que han tenido la desfachatez de titular Contra la quema de libros. Manifiesto por Fernando Sánchez Dragó ¿Quién ha quemado qué cosa?

Veamos, entre estos valedores de la libertad encontramos al propio Albert Boadella -juez y parte pues cobra del libro de aventuras pedófilas-, en tiempos dramaturgo encarcelado, hoy director de los Teatros del Canal de Esperanza Aguirre. Está Fernando Savater, aliado de todas las asociaciones de víctimas más intolerantes y politizadas, ideólogo no demasiado en la sombra de Basagoiti y los populares vascos. Nos encontramos con José Luis Garci, otro amigo de Espe, que financió con quince millones de euros de los madrileños su tostón Sangre de Mayo, cuya recaudación no llegó al millón. También firman el que fue director de la Biblioteca Nacional cuando Esperanza era ministra, y secretario de Estado con Pilar del Castillo, el engominado poeta Luis Alberto de Cuenca, y su sucesor en la Biblioteca Luis Racionero, que tuvo que lidiar con una acusación de plagio y que desvió trescientos mil euros de compra de libros para adquirir esculturas y tapices. En fín, toda la pandilla, a la que se ha unido Enrique Bunbury, preparando tal vez el terreno para ser el Miguel Bosé de la futura era Rajoy, miembro fundador de un club que cambiará la ceja por la cicatriz en la barbilla.



En un alarde de tremendismo ilustran su manifiesto con fotos de las SS llevando libros a la hoguera, pero ojo, lo que están defendiendo en realidad no es la libertad de expresión, que el asaltacunas de marras anda ejerciendo a diestro y a aún más diestro en los medios del bunker, sin que nadie se lo impida y aprovechando para volver a jactarse de sus hazañas eróticas; lo que defienden es el derecho de Sánchez Dragó a no ser criticado diga lo que diga. Es decir que, en aras de la libertad de expresión, no se debe poner cara de asco si uno escucha o lee a un baboso pavoneándose de haberse follado a dos "zorritas de 13 años", alguien que sin conocer la medida de su ego es capaz de, en su descargo, compararse al mismísimo Vladimir Nabokov y su Lolita. Menos mal que olvidó citar a Polanski, tal vez porque éste nunca se jactó de lo que tres décadas después casi le lleva a las cárceles californianas. Por cierto, no me hablen de doble rasero con Polanski pues nadie que haya criticado su desproporcionada persecución ha defendido su aventura con una niña de trece años.

Defendiendo a un mal escritor y a una peor persona que se autoparodió hasta quedarse en personaje -sus salidas de tiesto en los informativos de Telemadrid son carne de zapping humorístico-, los Savater y compañía hacen el ridículo más espantoso cuando ellos, martillo de la corrección política, recurren al eufemismo: “atisbo de relación sexual” -vulgo: “se tiró a dos crías”-. Rescatemos el párrafo completo: “Resulta incomprensible que se desate semejante odio hacia un escritor por haberse referido, de forma por lo demás literaturizada, a un hecho inequívocamente amparado por la ley: haber mantenido algún atisbo de relación sexual con menores que superan una determinada edad y que actúan con su pleno consentimiento”. Todo queda en que acostarse con menores simplemente es políticamente incorrecto y con el tiempo queda como una aventurilla para contar a los amigos o escribir en un libro. Y tal vez sea así, la moral es un corsé siempre cambiante, pero ver como se acogen al relativismo moral quienes lo consideran una grave amenaza es bastante risible. Al igual que en docenas de comentarios plasmados en las webs ultras, nos encontramos aquí con señores de derechas argumentando sobre la edad legal de consentimiento sexual para justificar actos de pederastia según de quien vengan. Teniendo en cuenta que han sido los curas católicos los protagonistas de los más sonados y numerosos escándalos de sexo con menores, se entiende que la gente de orden tienda a ser comprensiva con estos casos. Habría que ver si estas probas familias desde las que se defiende a Sánchez Dragó le permitirían mantener “atisbos de relación sexual” con sus hijos o hijas, limitándose a poner boca abajo el retrato de San José María Escrivá.



Si citamos al propio Sánchez Dragó al respecto de este asunto, probablemente le demos la razón: "La llamada 'corrección política' es un eufemismo para designar lo que antes se llamaba censura, o limitaciones expresivas , o inquisición, o lavado de cerebro. Su ámbito es, sobre todo, lingüístico, aunque a veces pueda extenderse a lo fáctico e incluso a lo penal. Es un movimiento puritano e integrista que parte de la idea de que los textos de las sagradas escrituras son inamovibles y deben interpretarse en su literalidad. Hay una policía del pensamiento único, una especie de nueva brigada político-social, que se encarga de aplicar sus normas y de perseguir a quienes las infringen con miras a imponer la sociedad del control frente a la del libre albedrío. Vuelve así o, mejor dicho, se exacerba algo que en España siempre ha sido mal endémico: la existencia de delitos de opinión. ¿Inmoralidad? Moral viene del latín mos, que significaba 'costumbre'. Donde no hay libertad de costumbres, todo se vuelve inmoral. Es lo que sucede ahora". ¿Dónde hay que firmar? ...Salvo por un pequeño problema... Quien esto dice, los informativos que presenta y muchos de sus seguidores llevan años ejerciendo la persecución de todo lo que se salga de su propio ecosistema moral: igualdad, distintos modelos de familia, aborto y contracepción, libertad religiosa, ateismo, sexualidad libre... Quien los crea que los compre.



La izquierda, y toda la progresía de la era zapateril, tiene una importante responsabilidad en que todo esto ocurra. Es la santurronería que han impuesto las ideologías llamadas de género, LGBT, multiculturalistas, etcétera, lo que ha provocado una reacción desmedida en sentido contrario. La obsesión por la corrección política, el lenguaje no sexista y otras zarandajas de miembros y miembras han devenido en una forma de beatería, un nuevo puritanismo que se rasga las vestiduras a la primera de turno, y que acaba por promover nuevas y viejas formas de censura. Esa es la explicación para que en los mismos días se oyera a tanto tertuliano progre meter en el mismo saco las boutades pederastas de Dragó con las legítimas críticas -en un igualmente legítimo uso de la libertad de expresión- de Arturo Pérez-Reverte al lloriqueo del ex ministro Miguel Ángel Moratinos por su poltrona perdida. Yo estuve de acuerdo con el escritor y hubiera preferido ver llorar a Moratinos por el chaval saharaui al que sus amigos marroquíes asesinaron en esos días, en lugar de por su puesto de trabajo; y desde luego jamás habría hecho esa equiparación de los dos casos para demostrar no sé qué atavismos machistas de la derecha (No sé de dónde se han sacado que Pérez-Reverte sea de derechas).



Pero ante este panorama la reacción de una extrema derecha que nunca ha contado con tantos y tan poderosos púlpitos mediáticos es la de echarse al monte de la incorrección política. Esa derecha anda suelta y sin vacunar, feliz de creerse amoral y antisistema; no importa si para provocar ha de hacer apología de la pederastia, lubricar con los morritos de una ministra o promover que se desposea a los rojos de la tutela de sus hijos. Los unos por los otros, así nos va, pero si hay una cosa que deberíamos exigir es que no nos confundan, que esto no va de libertad de expresión.


lunes, 20 de septiembre de 2010

La banda facha del Sur


Gastarte un sueldo de más de 5.000 euros mensuales más dietas no te deja tiempo para ver la tele. Les pasa a los miembros del Consejo Audiovisual de Andalucía. Suerte que siempre hay un denunciante anónimo poniéndoles sobre aviso de que algo terrible ocurre en la pequeña pantalla para que ellos lo denuncien. Así fue que los consejeros del PP Carlos del Barco y Carmen Elías y el andalucista José María Arenzana -famosos por sus votos particulares contra el fomento del deporte femenino y en defensa de la homofobia en Intereconomía- se enteraron de que en el programa 'La Banda' -antes 'Banda del Sur'- hay “mucha homosexualidad”.

De momento no aclaran si es que los presentadores del espacio infantil de Canal Sur llevan las cejas demasiado perfiladas, se travisten en pantalla o son fans de Lady Gaga. Ni definen cuándo la homosexualidad comienza a ser 'mucha' y qué unidad de medida emplean para saberlo. Su iniciativa quedó en minoría en el Consejo, pero tampoco estuvo fina la consejera a propuesta de IU Mercedes De Pablo argumentando en contra que 'No se puede estudiar una conducta sexual que forma parte de la privacidad de las personas'. Ningún gay necesita que le defiendan en nombre de la discreción.

A la 'Banda facha del Sur' que forman los consejeros del PP y el PA no le preocupa que en Andalucía al encender la tele siempre salgan señoras en bata de cola, niños imitando Cristos de la Semana Santa, o niños en bata de cola cantando saetas a un Cristo de plástico. Están encantados con que por las tardes los críos puedan ver una corrida de toros televisada, no sea que además de maricas se nos vuelvan catalanes. Aplaudirían la emisión de programas religiosos en horario infantil, a sabiendas de que la cercanía de los curas y los niños es tan inofensiva.


Esta banda se une a quienes en todo el mundo denuncian cómo el lobby gay mundial intenta guiar a la infancia hacia el infierno por el camino de Sodoma. Sí, porque 'La Banda' tiene antecedentes. El Gobierno de Polonia investigó a Tinky Winky, el teletubby morado del bolsito, y eso que no vieron la escena en que Tinky acariciaba con un matasuegras fálico el trasero de Dipsy y éste se revolvía de placer. La ambigua amistad y la cama compartida de Epi y Blas o el beso de Bob Esponja con su amigo de color rosa Patricio Estrella han sido piedra de escándalo. El PP denunció que TVE quiere convertir a los nenes en Zerolos tras la aparición en Los Lunnies de una boda gay ¿Se han preguntado por qué Winnie The Poo sólo tiene amigos masculinos?


En su paranoia los consejeros acabarán por investigarse a sí mismos. ¡Cielos, Arenzana ha trabajado para Marie Claire y Woman! Porque tampoco los héroes infantiles de derechas se libran ¿O qué piensan que hacían Roberto Alcázar y Pedrín por las noches? Lo mismo que Batman y Robin.