Tirador
La carrera de Brillante Mendoza –siete películas en tres años- va a un ritmo tan endiablado como éste Tirador, otro de los imprescindibles de la sección oficial. Habrá quien se ofrezca a comprarle un trípode a Mendoza, pero lo mejor es sumergirse con su cámara nerviosa en una caótica colmena sin reina ni obreras, ni nadie que cumpla más función que sobrevivir. No hay solidaridad ni dentro de la familia. Te juegas el dinero del entierro de tu padre o te fumas una pipa de shabú con tu bebé en brazos. Para no juzgar se sitúa en la misma balanza moral a los raterillos que subsisten en la colmena urbana con los políticos que acuden a ella para comprar sus votos.
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