lunes, 28 de septiembre de 2009

Último artículo publicado en Granada Hoy



That's Entertainment!

No querían circo mediático, pues dos tazas: En el barranco de Víznar una nube de fotógrafos se arremolina alrededor de un señor que maneja un georradar. “Más a la derecha”. “Es que ahí no están las tumbas”. “No importa, es por el contraluz”. En la redacción de la tele se busca sacar más partido a la noticia de la búsqueda de la supuesta tumba de García Lorca, volver al lugar con las cámaras, recabar testimonios, pero –se lamentan los editores-, nadie se pone al teléfono; La Junta y las asociaciones de la memoria acatan el pacto de silencio, qué fastidio. Sin que sirva de precedente, estoy del lado de los políticos y sugiero que deberíamos respetar la discreción que se pide. Me responden criticando a quienes promueven las exhumaciones: “Bien que nos llamaban cuando les interesaba”. No admiten que, como cualquier colectivo o ciudadano con problemas, hacen uso de unos medios que son suyos para hacerse oír, y eso no ha de tener una contrapartida mercantil. Pero no le hables de servicio a la sociedad, de respeto a la privacidad y ética profesional a quienes no se dirigen a ciudadanos sino a consumidores.

La audiencia es el tótem. Más que la publicidad o el éxito a los que va ligado, el share es un valor en sí mismo. Cambiamos rigor por directo, noticia por suceso, información por espectáculo y por el camino creamos un híbrido, el infotainment. En una reciente conferencia de CC.OO. sobre las radiotelevisiones públicas españolas se coincidió en la urgente necesidad de politizar la información, un concepto abiertamente revolucionario frente a la impuesta despolitización de la sociedad. Allí sindicalistas de RTVE citaron el fenómeno de los chochi-cierres: Antes de que aparecieran los bustos parlantes de Ana Blanco o Lorenzo Milá había orden de emitir, sin solución de continuidad, otra clase de bustos. El último minuto de programas como Corazón o Gente mostraba, por ejemplo, el pecho de la modelo Eva Herzigova que, según la locución, “...puso sobre la mesa sus argumentos y su cotización aumentó considerablemente de talla, convirtiéndose en la musa de un famoso sujetador fabricado para elevar la moral”… O el concurso del “Mejor trasero del mundo”. Para aumentar la audiencia del Telediario, antes de las tres no deben faltar las tetas.

Propongo un acuerdo: Politicemos la información sin que falte el espectáculo. ¿Quieren morbo? ¿Qué tal mostrar a quienes protegen al presidente legítimo de Honduras en la Embajada de Brasil vomitando y desmayándose por los gases que desde el exterior lanzan los golpistas? ¿Por qué no retratar en toda su crudeza a las milicias fascistas autorizadas por Berlusconi mientras apalean o queman vivos a rumanos o africanos? Noto que no ponen buena cara. Acaso es porque esas imágenes no solo revolverían estómagos sino también conciencias.



No hay comentarios: