domingo, 26 de octubre de 2008

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Teoría forteana

En una Universidad al revés Pío Moa dirige el Departamento de Historia Contemporánea; Antonio Cañizares explica Genética y Embriología, Carlos Fabra da clases de Ética en inglés, por supuesto- y José Antonio Fortes enseña Literatura Española desde 1939.

Ser radical y provocador para cuestionar los tópicos es, incluso, una necesidad. El profesor que en los juzgados litiga con su compañero de departamento Luis García Montero ha defendido valientes tesis sobre la equivalencia de las posturas que mantuvieron los intelectuales de uno y otro bando durante la Guerra Civil y la sumisión del literato al Poder. Pero no confundamos radical con dogmático ni provocador con chocante. Eso le ocurre a la cruzada del profesor Fortes contra un extendidísimo populismo que en literatura nadie representaría mejor que Federico García Lorca pero en política triunfa con la llegada de Aznar al poder ¿Ustedes lo entienden?



Es reduccionista e incierto que Fortes haya llamado a Lorca fascista. El profesor habla del poeta como "un intelectual orgánico burgués y neopopulista (...) que pertenece a la elite intelectual”; el muy inútil en lugar de dedicar versos a un tanque ruso como Machado escribía “romances neopopulistas donde no hay proletarios, ni jornaleros ni campesinos con conciencia revolucionaria de clase”. Claro que Lorca nunca practicó el realismo socialista, pero ya me dirán qué tienen de neopopulista Poeta en Nueva York, Divan del Tamarit, El público o la Comedia sin título. Es indiferente, según José Antonio Fortes si la literatura no es instrumento de la lucha de clases no sirve. La emprende con Ayala “cuya propuesta al proletariado consiste en: compro, consumo, luego existo”. Cae por el camino el “panfleto de legitimación fascista ‘La familia de Pascual Duarte’, aunque “el no va más entre estas mercancías ideológicas de la traición, la complicidad y el entreguismo históricos de la socialdemocracia en España es ‘Soldados de Salamina’”.

Cuenta Fortes con un club de admiradores en el llamado Colectivo de Alumnos de la Universidad de Granada que vuelca en Internet encendidas defensas de la “teoría forteana”, que “enseña esa fuerza ideológica de la literatura que puede llegar a matar” e invita a García Montero a batirse en duelo “dejando a un lado las ventajas que ofrece el sistema al que sirve de lacayo diplomado”, sin emplear “un aparato ideológico de difusión nacional”, verbigracia, El País. Los mismos cachorros publican artículos como el que describe “los intentos de José Stalin, desde los años 30 hasta su muerte, para democratizar el gobierno de la Unión Soviética”. Resulta que no supimos ver en el georgiano a otro demócrata ignorado como lo fue Queipo de Llano según Fernández-Coppel.

En una entrevista el profesor Fortes admite que una labor crítica e independiente al margen del sistema mercantil e ideológico capitalista tiene nulas posibilidades de ser publicitada. No le preguntan sobre las posibilidades de eliminación física que tiene quien realice dicha labor en una utopía marxista-leninista tan de su gusto. En sus escritos hallamos joyas de la retórica leninista como el aserto de que “el revisionismo socialidealista camufla el servicio de clase que el intelectualismo orgánico y el funcionariado ideológico le prestan al bloque burgués para fundamentación de su dominancia histórica y legitimación de clase” ¡Jesús!.

Por supuesto que tiene razón Fortes al denunciar que hoy, como antes existen los intelectuales ”del Régimen”. Cita el profesor entre estos ungidos a Antonio Muñoz Molina, pero para hacerlo se refiere al 11-S que el ubetense narró y lo llama un “memorable derrumbe”. Si le gana los sesenta mil euros que demanda a García Montero lo coherente sería donarlos a Al Qaeda.

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