Impuestos
Un ministro lanza el globo sonda de que las rentas más altas tendrán que tributar más y muchos tocan a rebato. La propuesta viene de un Gobierno que recula cuando sus ideas más atrevidas despiertan el griterío de los poderosos –José Blanco ya ha aclarado que sus comentarios acerca de una subida de impuestos a los ricos son una “reflexión personal"-, pero espadas en alto, todos se consagran a la hipérbole y las diatribas contra la subida de la fiscalidad llegan apocalípticas desde los medios conservadores, pero también, más moderadas, desde órganos afines. Períódicos, radios y televisiones de distinto signo tienen en común que sus propietarios son ricos a quienes no hace gracia pagar más. Cuando está en juego la pasta, el fuego amigo es fuego a discreción, y los fieles se tornan encarnizados enemigos: Juan Luis Cebrián llama inmoral y corrupto al Gobierno amigo que le quita el monopolio del fútbol.
Pero basta acudir a las cifras -las estadísticas de la Unión Europea- y comparar: No solo el león no es tan fiero sino que apenas tiene uñas. El tipo impositivo medio en España es del 34%, similar al de Francia o el Reino Unido. Aquí se habla de subir los impuestos ocho puntos, hasta el 50%, a las rentas superiores a 60.000 euros anuales. En Dinamarca, Holanda o Suecia las rentas altas llegan a pagar el 60% de sus ingresos. Los salarios de los trabajadores españoles son un 65% más bajos que en esos países, pero empresarios, directivos y altos cargos ganan lo mismo aquí que allí, donde contra la crisis no se propone moderación salarial. Aquí la pide hasta José María Aznar, a quien el Grupo Murdoch ha subido el sueldo en diez mil dólares respecto al año pasado. Los ejecutivos españoles son los quintos mejor remunerados de Europa.
Una fiscalidad más alta busca hacer sostenible un sistema de prestaciones sociales que no es un lujo: España está siete puntos por debajo de la media europea en gasto social, con un 21% del PIB, y la mayor parte va a ayudas por desempleo, no a becas u ortodoncias. Hasta aquí subir impuestos a los más ricos parece de justicia, pero ¿es eficaz o la medida, de aplicarse, será mera propaganda? Hacienda sabe, pues son sus datos, que empresarios y profesionales declaran una renta anual media de 9.400 euros, la mitad de la declarada por los asalariados. El 86% de las fortunas de más de diez millones de euros elude al Fisco; los ricos tienen herramientas para hacer más livianas sus declaraciones, brillantes abogados y empresas interpuestas que les permiten eludir sus obligaciones fiscales. Los propios técnicos del Ministerio consideran más efectivo restituir el Impuesto de Patrimonio para los contribuyentes que declaran más de 1,5 millones de euros antes que subir el IRPF, y así gravar más "a quien tiene mucho más, y no a quien declara ganar más".
Pero basta acudir a las cifras -las estadísticas de la Unión Europea- y comparar: No solo el león no es tan fiero sino que apenas tiene uñas. El tipo impositivo medio en España es del 34%, similar al de Francia o el Reino Unido. Aquí se habla de subir los impuestos ocho puntos, hasta el 50%, a las rentas superiores a 60.000 euros anuales. En Dinamarca, Holanda o Suecia las rentas altas llegan a pagar el 60% de sus ingresos. Los salarios de los trabajadores españoles son un 65% más bajos que en esos países, pero empresarios, directivos y altos cargos ganan lo mismo aquí que allí, donde contra la crisis no se propone moderación salarial. Aquí la pide hasta José María Aznar, a quien el Grupo Murdoch ha subido el sueldo en diez mil dólares respecto al año pasado. Los ejecutivos españoles son los quintos mejor remunerados de Europa.
Una fiscalidad más alta busca hacer sostenible un sistema de prestaciones sociales que no es un lujo: España está siete puntos por debajo de la media europea en gasto social, con un 21% del PIB, y la mayor parte va a ayudas por desempleo, no a becas u ortodoncias. Hasta aquí subir impuestos a los más ricos parece de justicia, pero ¿es eficaz o la medida, de aplicarse, será mera propaganda? Hacienda sabe, pues son sus datos, que empresarios y profesionales declaran una renta anual media de 9.400 euros, la mitad de la declarada por los asalariados. El 86% de las fortunas de más de diez millones de euros elude al Fisco; los ricos tienen herramientas para hacer más livianas sus declaraciones, brillantes abogados y empresas interpuestas que les permiten eludir sus obligaciones fiscales. Los propios técnicos del Ministerio consideran más efectivo restituir el Impuesto de Patrimonio para los contribuyentes que declaran más de 1,5 millones de euros antes que subir el IRPF, y así gravar más "a quien tiene mucho más, y no a quien declara ganar más".
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