Editors: Smokers Outside The Hospital Doors
Sólo los ignorantes pierden el tiempo en debates que otros resolvieron antes. Y sólo una profunda ignorancia explica tanta literatura sobre la Ley Antitabaco y tanta cábala sobre sus supuestas consecuencias, negándonos a mirarnos en el espejo de otros, como si fuéramos el primer país que aprueba una ley así. Por las barbaridades que se llegan a oír me pregunto si lo que se ha estado fumando en España era sólo tabaco. Porque ¿Qué se está fumando medio país para amagar una guerra civil de cada controversia que en sociedades más maduras se lleva con naturalidad?
¿Qué se habrán fumado -algo muy fuerte, seguro- exaltados como el que le abre la ceja al camarero que le pide que no fume o el que agrede a una enfermera en un recinto en el que desde hace años no se fuma? ¿Qué les dan de fumar a esos tertulianos cavernarios que azuzan a esas y otras fieras? Es repugnante escuchar a tanto baboso cuasifascista llenándose la boca con la palabra libertad. Es alucinante comprobar que los fundamentalistas del fumar dirigen sus improperios a Zapatero ¿Saben que la Ley se aprobó por unanimidad -PP incluido- o el humo les impidió verlo?
¿Qué se ha fumado el alcalde de Valladolid cuando tacha de delator y Gestapo a quien denuncia que se incumple la Ley?
Muy fumados deben ir periodistas y editorialistas para escribir sin sonrojo falsedades como que esta ley es la más prohibicionista de Europa, que en Irlanda la ley sin humos acabó con miles de bares o que la ministra Pajín anima a la denuncia anónima.
¿Qué se han fumado esos hosteleros para ver en la Ley Antitabaco la antesala del Apocalípsis, la ruina que por ningún otro país ha asomado? ¿Recuerdan a aquellos comerciantes encadenados a sus tiendas de la calle Mesones contra la peatonalización que iba a ser su ruina y que, sin embargo, les hizo ricos? ¿No muestra la misma cortedad de miras el catastrofismo de algunos hosteleros de hoy? Con su agudo olfato empresarial, ahora se lanzan como locos a pedir licencias de terrazas, para alborozo de los concejales de Hacienda. Veremos si son capaces de llenarlas de fumadores.
La ignorancia se cura viajando. Dejen de lamentarse, váyanse de bares y restaurantes por los países vecinos que llevan años con leyes similares a la nuestra sin que ni los empresarios se hayan arruinado ni los clientes traumatizado. Y si no quieren viajar, miren más cerca: Pregunten a los propietarios de Casa Ysla, en cuyas cafeterías no se fuma desde 2006 y el negocio no para de crecer. O simplemente salgan a la calle. Yo lo hice este fin de semana. Cené al quinto intento tras pasar por cuatro restaurantes en los que no cabía un alfiler. Tomé una copa en bares con la animación de siempre pero en los que se podía respirar. Al final pude descansar dejando la ropa, sin olores, en mi dormitorio. ¡Qué bendición!
No hay comentarios:
Publicar un comentario