domingo, 11 de enero de 2009

Último artículo publicado en Granada Hoy

Fenómenos adversos

Qué haces cuando tienes que dirigir un informativo en televisión y la realidad se compone de chaparrones de parados, tormentas de ‘EREs’ y ventiscas de ruina: Hablar del tiempo, nada mejor para quitar leña a la terca cotidianidad.

La responsable de un informativo de ámbito andaluz le pedía a su redactor en Granada que por lo más sagrado le contara las últimas novedades de tan tremendo temporal de nieve que por narices debíamos estar sufriendo. Qué temporal, preguntaba el reportero mirando por el ventanal el cielo azul y en el monitor un informe de la DGT que hablaba de carreteras limpias y despejadas. Con tono de súplica la editora insistió: ‘Quería empezar contigo el informativo. ¡No tengo otro tema para abrir!’. Ese día el paro había alcanzado la cifra de 3.128.963 personas, la más elevada de la Historia. Pero no hay que acojonar al personal, al menos con aquellos asuntos en los que puedan intuir la responsabilidad de sus gobernantes. Qué culpen a Santa Bárbara o al hombre del tiempo, nunca a Chaves o Zapatero. Mejor contar centímetros de nieve que sumar desempleados.



Despleguemos a los reporteros por cualquier rincón donde se divisen unos copos en lugar de distribuirlos por las oficinas del INEM o el SAE. Hagámoslos expertos en alertas de colores, que tiriten en cualquier remoto y gélido paraje de la geografía andaluza, los más veteranos preguntándose por qué a ellos no les habrá tocado un ‘ERE’ como el de RTVE, en lugar de la previsible pulmonía. La tele se convierte en muestrario de carámbanos, máquinas quitanieves, y niñitos cuyos inconscientes padres les han metido en el coche internándose en el vendaval para que vean la nieve. Entre la ventisca –y entre los premiados de la lotería brindando con ‘El Gaitero’, los belenes vivientes o los almanaques de bomberos en cueros- los breves minutos dedicados a la política o la economía apenas asomarán sepultados por la nevada.

Suerte que tiritamos, menos mal que nieva, qué bien que los garajes se inunden, que el barro nos llegue a las rodillas. Porque la manipulación de la realidad no sólo reside en los minutos que le dediques al poder o lo guapos que saques a quienes lo ostentan, sino también en la gradación de lo noticiable. Las tragedias familiares, los accidentes múltiples, las explosiones de gas, como los pueblos aislados por la nieve y los puertos de montaña cerrados, transmiten el mensaje de que los problemas nos vienen del azar y de la Naturaleza. Alimentándole de fenómenos meteorológicos o de sucesos, privamos al espectador de su capacidad de análisis y su ambición por cambiar la realidad. Démosle al andaluz información pasiva, convirtámosle en voyeur manco. Para participar ya tiene el regionalcatolicismo de procesiones y romerías presididas por concejales socialistas, carnaval, karaoke de coplas y fútbol.

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