jueves, 31 de diciembre de 2009

Vaya asco de fin de año



Chesnutt y Zulueta se largan

Joder, día de Navidad y nos enteramos por Kirstin Hersch de que Vic Chesnutt se ha suicidado en Athens devorando las pastillas que no cubrían las aseguradoras y por las que le reclamaban 50.000 dólares, el mismo día en que el Senado estadounidense aprobaba la reforma sanitaria. Chesnutt estaba en una silla de ruedas desde los 18 años, pero eso y calmar sus dolores no era algo que de lo que el Estado deba ocuparse, según los hijos de puta que se manifiestan en EE.UU. contra la Sanidad Pública o los que aquí quieren desmantelarla. Ví a Chesnutt tocar y cantar en Granada en 2008 y a aquella experiencia sobrecogedora le dediqué uno de los primeros posts de este blog. Vic Chesnutt tenía 45 años, un talento inmenso, y es una auténtica putada que esto haya ocurrido.




Y por si fuera poco, ayer va y se muere Iván Zulueta. En su caso la noticia no sorprende tanto. Zulueta lidió con la enfermedad tanto como con las drogas, ya había cumplido 66 años y nunca tuvo el perfil de quienes se mueren de viejos. Pero era también otro talento sobrehumano, en su caso para el cine. Arrebato vale por todo el cine español junto, sólo Victor Erice le puede discutir el trono con El espíritu de la colmena, y como le ocurre a Erice, si no disfrutamos más del cine de Iván Zulueta fue porque se volvió un perfeccionista enfermizo, porque su rigor y su meticulosidad excesiva podía con el dinero y la paciencia de los productores. No conocer Arrebato es no conocer lo más vigente, moderno y fascinante que ha dado el cine en España, pero tiene remedio...



Y también es posible recuperar Párpados, de 1989, uno de los dos trabajos para la televisión que fueron lo único que nos dejó en sus últimos treinta años.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Todo un ejemplo


Los inútiles

Hagan la prueba. Escuchen una tertulia de Onda Cero, p
or ejemplo, cuando los facundos de turno hablan de economía: Oigan perorar contra los sindicatos caducos que no entienden que no hay más dios que el despido libre y los izquierdistas que demonizan al empresariado generador de riqueza y empleo (van ya cuatro millones de parados generados) y al que estamos obligados a rescatar de sus propias torpezas. Ahora apaguen la radio y miren una foto de Gerardo Díaz Ferrán. Lean sobre sus trabajadores en la calle, sus pasajeros pasando la Navidad en los aeropuertos, sus aviones embargados, sus impagos a la Seguridad Social, su cara dura sin límites... Y entonces pregúntense: ¿De verdad está mal representado el empresariado español en el actual presidente de la CEOE, o tienen un chairman justo a su medida, su perfecto reflejo? Porque, no nos engañemos, Díaz Ferrán es plenamente representativo de una casta de hijos de papá, de tenderos de negocio heredado por el vástago más tonto, fulleros que declaran menos a Hacienda que sus empleados, oligarcas de montería y prostíbulo enriquecidos a la sombra del franquismo y las concesiones administrativas a dedo. Es lógico que los pobrecitos mascullen sin descanso la única idea que entienden: reforma laboral.



Pero los patronos no son los únicos villanos de la calamidad nacional. La incompetencia se asienta en la herencia, la fidelidad de casta o de partido, los pelotas, los trepas, y la última incorporación al estupidiario del poder: las cuotas de género.



En “Cabo Trafalgar” de Arturo Pérez Reverte no se habla de otra cosa. No lo pudo expresar mejor el anónimo autor del “Cantar de mío Cid” con aquel ‘Dios, que buen vassallo si oviesse buen señore’, o su antecedente latino en los “Anales” de Tácito: ‘Que nunca hubo ni mejor esclavo ni peor amo’. El nuestro es un país que ha estado, está y estará en manos de parásitos, necios engreídos y sinvergüenzas cuya ineptitud y bajeza anulan los brotes de genialidad, las individualidades brillantes, la inteligencia y la dignidad del pueblo que también son producto nacional, y convierten a la ruina en nuestro sino histórico. Entre políticos corruptos, curas fanáticos, gorrones y pasmados que han ganado la lotería genética y con ella la fortuna de papá, lo nuestro no tiene remedio.

Basta no ser amnésicos para localizar muy a mano ejemplos de la clarividencia de estas lumbreras. Recuérdenlos encadenados a las puertas de sus comercios para evitar la peatonalización de la calle Mesones, la misma que les ha salvado la cartera; los oirán cacarear cuando se prohíba fumar en sus establecimientos, en lugar de informarse de lo bien que les va a sus colegas europeos allá donde se ha aplicado la medida. No pidan peras a olmos que no tienen dos dedos de frente pero van sobrados de morro.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Último artículo publicado en Granada Hoy

Malos tiempos para el mal tiempo

Lo que me pide el cuerpo es escribir sobre Copenhague, pero no lo haré. Salvo para acordarme de toda la parentela de quienes han encarcelado al presidente de Greenpeace España y no al Premio Nobel de la Paz, al representante de la dictadura neocon china o al fútil poeta new-age de la Tierra y el viento, entre otros que han señalado allí el camino a la extinción de la especie. Me voy a quedar por aquí constatando cómo a nuestros líderes las catástrofes naturales por venir les dejan indiferentes e inanes mientras siembran entre sus gobernados el miedo a las tormentas cotidianas. Algo andarán buscando con ello.



Si es usted impresionable evite leer una nota de prensa de la Dirección General de Tráfico o del 112. Creerá que si sale de casa quedará aislado por la nieve, la riada le arrollará o el ciclón le arrastrará hasta la tierra de Oz si se asoma a la ventana. La penúltima alerta de la DGT directamente desaconsejaba “circular por todas las carreteras de Jaén, Almería y Granada”... por cuatro copos. Los funcionarios de estos organismos tienen como tarea prioritaria evitar a toda costa que un ministro deba dar explicaciones por unos coches atrapados en un puerto de montaña o un aeropuerto cerrado por la nieve y el hielo, qué mejor para ello que acojonar al personal para que se quede quietecito en casa. Tienen unos excelentes aliados en los medios de comunicación, dado que hablar del tiempo evita tener que hablar de asuntos más inquietantes.

La teoría y práctica del miedo al mal tiempo ha desarrollado sus códigos y colores: se declara alerta amarilla –es decir, que va a llover un poco, refrescará o hará calor, todo muy normal- y los jefes de informativos mandan a sus muchachos a tiritar ante la cámara en la más remota montaña. Los ignorantes e irresponsables que suelen dirigir los programas de furgoneta y parabólica lo llevan al paroxismo, rediseñando la realidad a medida de su escaleta y obligando a sus reporteros a inventarse el temporal cuando éste no existe.

Se nos pretende convencer de que quien desobedece las consignas o discrepa de que no haya lugar tan seguro como el hogar es un temerario que se arriesga sí mismo y a los demás y encima nos cuesta dinero. El montañero que se pierde no sólo ha de pagar el coste de su rescate, ha de aguantar además que se le tache de loco inconsciente. Nadie pide cuentas, en cambio, para quienes se aventuran en el mar a robarles el atún a los somalíes y han de ser rescatados después. Nuestros gobernantes nos inculcan el miedo a las inclemencias porque nos quieren metidos en casa, asustados, obedientes y localizables, mirando por el televisor y no por la ventana las tormentas de cada día, sin que nos enteremos de la llegada de la tormenta perfecta, esa a la que en Copenhague han abierto todas las puertas.

lunes, 14 de diciembre de 2009

En toda la boca

Italia gobernada por los zombis

Las imágenes de Silvio Berlusconi captadas ayer en Milán por todas las televisiones demuestran lo que muchos italianos ya temían: que su país está gobernado por una raza de zombis sanguinarios y que su presidente es el lider de los muertos vivientes. El cine no ha tardado en hacerse eco de la siniestra revelación. He aquí algunos de los estrenos que ya se preparan.







Si tienen la mala fortuna de cruzarse en su camino con zombis como éste, ya saben, el único método de acabar con ellos con seguridad es arrancarles la cabeza. Sirve cualquier objeto contundente, como una reproducción en miniatura del Duomo de Milán.

Último artículo publicado en Granada Hoy


Igualdad y Bienestar

Les hablé hace dos meses del Concurso de trabajos perros que convocó Izquierda Unida para denunciar cómo más de cien mil granadinos víctimas de la precariedad se han de ganar el pan y el transistor desde el que los cantamañanas de siempre repiten su cansina soflama sobre reformas laborales, despidos barat
os y flexibilidades llevadas al extremo del contorsionismo.

Alguien leía en el Congreso el hilarante Artículo 35 de la Constitución cuando se entregaron los premios. Se recogieron testimonios de la moderna esclavitud como para callar a muchos bocazas y, era de esperar, quien ganó era mujer y joven. Pero había algo siniestro en los méritos que demostró aquella chica: su precariedad había crecido a la sombra de la Administración Pública, en concreto de una consejería del Gobierno socialista andaluz cuyo nombre habla de Igualdad y Bienestar Social.



Igualdad y
bienestar es lo que esta joven y sus compañeros no han conocido trabajando para un centro de menores con trastornos de conducta concertado con la mentada Consejería. Cobra ochocientos euros al mes, sin pagas extras, le aplican –es un decir, nunca lo cumplen- el convenio de guarderías, nada de abonar las horas nocturnas o la penosidad de un trabajo en el que con demasiada frecuencia es víctima de amenazas, insultos, agresiones físicas e incluso acoso sexual. Le malpaga una empresa a la que la consejería que hace bandera del feminismo y el igualitarismo jamás pide cuentas sobre las condiciones contractuales, de vida y trabajo de sus empleados. No son los suyos, al fin y al cabo.

Concertar es mirar para otro lado mientras se obtiene ventaja de la explotación que otros realizan. A la Administración le sale muy económico convencernos de que sus políticas nos prestan servicios y nos hacen más iguales.
La semana pasada a mil quinientos ancianos, enfermos o discapacitados de Granada nadie les llevó a la ducha, les compró el pan o los levantó de la cama porque la concesionaria de la atención domiciliaria despide a sus indefinidos y contrata a empleados más baratos, que a veces ni conocen nuestro idioma pero, tal como están las cosas, aceptan lo que les den; la Administración no paga a la empresa, la empresa no paga a los trabajadores y éstos, que no pueden más, han ido a la huelga. La Ley de Dependencia es, dicen, un pilar del Estado del Bienestar, pero éste es un Estado concertado.

Concertado como la educación que imparten empresas que se llevan nuestro dinero para saltarse a la torera la integración de inmigrantes, la laicidad o su misma gratuidad camuflando de donaciones y actividades extraescolares el atraco al que someten a los padres. Pero a la Administración le sale más barato que abrir colegios para todos. No hablen de igualdad ni de bienestar si los han concertado con el mismísimo diablo.