lunes, 12 de julio de 2010

Segunda muerte del tren


Mapa y tabla: ABC


Nos manifestamos por las autovías, exigimos el AVE cuanto antes, ¿A qué tantas prisas? Por querer llegar antes se nos olvida llegar. Soñando con trenes bala pasa desapercibida la segunda muerte del tren de siempre. Igual que hace treinta años, estamos a punto de asistir a un nuevo desmantelamiento del ferrocarril convencional en toda España, un recorte que también afecta a Granada. El Ministerio de Fomento ha iniciado el proceso para cancelar servicios ferroviarios, hasta treinta líneas de media distancia y largo recorrido. Según José Blanco, el Gobierno ha de suprimir servicios con pocos usuarios dado que su mantenimiento absorbe muchos recursos que no caen del cielo. Esos recortes incluyen líneas deficitarias -la Granada-Linares Baeza, con ocho mil pasajeros al año, 12'5% de ocupación y 540.000 euros en pérdidas-, pero también otras sin pérdidas, como la línea Málaga-Granada-Barcelona, que alcanza el 53% de ocupación y transporta a 98.600 viajeros.

Siempre que se pone la rentabilidad por encima del servicio público, Europa está de por medio. Bruselas obliga a definir el concepto de prestaciones públicas con el objetivo de reducir las subvenciones estatales. Sin apoyo financiero del Estado, las pérdidas de explotación de Renfe agotarían sus recursos en poco más de cuatro años. Desde el punto de vista puramente económico no se justifica mantener trazados que generan pérdidas de 34 millones de euros, pero se suponía que el Estado social debe garantizar el interés general como criterio prevalente. Las líneas condenadas a muerte tienen paradas intermedias en núcleos sin las alternativas de las capitales. Son pueblos envejecidos y, por tanto, con muchos usuarios dependientes del transporte público. Además la desaparición del tren en zonas como la Ruta de la Plata es una pérdida patrimonial y cultural inmensa. Y desde el punto de vista ambiental, las autovías y la alta velocidad son depredadores de suelo, mientras el tren convencional es mucho más sostenible, aunque de esto sólo los vascos parecen haberse dado cuenta.



Toca pasar la guadaña a los gastos en función de su eficiencia y ahora es el turno de los servicios públicos deficitarios. Con el tren de nuevo se impone la miopía. Hace tres décadas los gobiernos optaron por primar al vehículo privado llenando el país de autovías y dando el primer golpe mortal al tren. El cierre de la comunicación de Granada con el Levante por Guadix o la renuncia a comunicar Andalucía con Portugal por tren fueron errores garrafales. Hoy, pese a tanta palabrería sobre la sostenibilidad seguimos anclados en el desarrollismo de entonces. Eso sí, cuando desaparezcan las viejas líneas de ferrocarril nos mostrarán orgullosos las “vías verdes” que dejarán en el lugar por donde pasaban las vías. El tren ha muerto, ¡viva el senderismo!


sábado, 10 de julio de 2010

Todos queremos ser Steve McQueen (La camiseta del mafioso)


Cayó cerca de Nápoles Cesare Pagano, uno de los jefes del clan de los Amato, o de los Españoles, como los denominaba Roberto Saviano dado que este grupo de la Camorra se asentó en la Costa del Sol y en Granada. La detención probablemente es sacar una gota de agua del mar de poder mafioso que contamina las instituciones y las empresas en toda Italia. Lo que me llama la atención es un detalle anecdótico, la camiseta que llevaba Pagano en el momento de su detención. El tópico te lleva a imaginar a los mafiosos disfrutando en el deuvedé de su palacete de la saga completa de El Padrino, la remasterizada por Coppola, admirando al Toni Montana atiborrado de cocaína que interpretaba Al Pacino en El Precio del Poder, o acompañando a James Gandolfini al psicoanalista en Los Soprano. Al mafioso siempre le ha encantado la mitología que su propia figura ha inspirado al cine.



Pero no, Cesare Pagano fue fotografiado con las esposas a la espalda y una imagen de Steve McQueen serigrafiada en su camiseta. Esta vez el mafioso, notablemente mejor alimentado que McQueen, se decantó por el héroe cool por excelencia, el solitario que marcaba estilo a cada movimiento, que necesitaba quemar adrenalina connstantemente, el paradigma del vive rápido y muere joven.


You can page me all night long
But you won't catch this freebird
I'll already be long gone
Like Steve McQueen
All we need's a fast machine
(Sheryl Crow)


Y es que, ¿quién demonios no adora a Steve McQueen?
 

lunes, 5 de julio de 2010

Como Dios manda

Todo como Dios manda: Ellos, los varoncitos, de Tejero, de A mi la Legíon , de Botón de ancla; ellas, las nenas, de Las chicas de la Cruz Roja, cada uno en su sitio y todos jurando la bandera de la Patria. Sólo faltó la Virgen del Rocío, porque curas ya los ponía el colegio. Era la fiesta de fin de curso de 2º de Infantil de los Maristas de Sanlúcar la Mayor y no faltó un ingrediente, incluidos los papis encantados, salvo que la fecha que marcaba el calendario era 2010 y no 1940. Una duda... La foto que se ve al fondo del escenario ¿es la del Caudillo?


Documentando el despilfarro


La construcción de un aeropuerto en un secarral en mitad de La Mancha, hoy un aeropuerto fantasma abandonado por las aerolíneas, gestionado judicialmente por estar en concurso de acreedores y financiado por una caja de ahorros ruinosa -CCM- intervenida por el Banco de España, recuerda al gafado proyecto del Quijote de Terry Gilliam. El sueño faraónico de la impresentable clase política española ha tenido muchos otros ejemplos: la autovía de seis carriles en Ibiza, otro proyecto de aeropuerto en Huelva, a 100 kilómetros de los de Sevilla, Jeréz y Faro, una universidad pública para cada provincia andaluza, más kilómetros de AVE y autovía que en cualquier otro lugar de Europa... o las pintorescas inversiones del Plan E: un spa rural para Arroyo de San Serván (Badajoz), el Parque Verano Azul de Nerja o el circuito de automodelismo en Elche y el de motocross en Moraleja de Sayago (Zamora). Pero el caso del llamado Aeropuerto Central de La Mancha llama la atención en toda Europa, por lo que tiene de símbolo, por un lado de unos políticos que han creado la demanda, la oferta, la necesidad y la solución cuando ninguna de ellas existía con tal de dejar su impronta, y por otro de cómo esos mismos políticos han manejado a su antojo y para sus fines a las cajas de ahorros y pretenden seguir haciéndolo. La televisión pública suiza emitió este reporeaje del periodista Markus Boehnisch en el que se ponía de ejemplo al aeropuerto de Ciudad Real de las políticas que han profundizado la crisis en España. El periodista manchego cuyas declaraciones aparecen es Carlos Otto, despedido de El Día de Ciudad Real tras haber criticado una infraestrusctura que tiene entre sus promotores al dueño del periódico, Domingo Díaz de Mera.

El aeropuerto fantasma from Markus Böhnisch on Vimeo.

A la Caja de Castilla-La Mancha la metieron en el berenjenal del aeropuerto los políticos manchegos del PP y del PSOE. A toda costa los políticos quieren seguir manteniendo su control total sobre las cajas para no encontrar obstáculos en la financiación de sus caprichos. Sólo así se explica el empeño del Gobierno andaluz -y de IU- en sacar adelante como sea la Caja Andaluza, para subordinarla a la Junta y a los antojos de quienes la gobiernen. Por cierto, si en Ciudad Real, o en Huelva, por la cosa del localismo, querían un aeropuerto, bastaba pedirles a un aeródromo cercano un cambio de nombre. Tal fue la imaginativa solución dada por las Diputaciones de Jaén y Granada a la imposibilidad de volar a la capital jiennense: se rebautizó el aeropuerto de Granada, dándole de paso el puntito cultural, Aeropuerto Federico García Lorca de Granada y Jaén y... ya tienen aeropuerto los jiennenses. Eso sí, para que se lo creyeran un poco más les pusieron un autobus lanzadera que recorre los 99 kilómetros de distancia, subvencionado por la Diputación, y que tiene una media de uso de un pasajero al día. Supongo que al conductor no lo cuentan. Sobre el despilfarro en infraestructuras podéis ver también este reportaje de Jon Sistiaga para Cuatro.

Mi mundial




Comienzo a escribir este artículo mientras veo el Paraguay-España y lo habré acabado cuando termine el partido. Lo mío con el fútbol es una afición moderada, no apasionada, pero reconozco que me gusta fumar este opio de los pueblos, y ya debo haberme convertido en una de “las almas pequeñas saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan”, de quienes se burlaba Rudyard Kipling. Negocio, política y mercadotecnia aparte, algo debe quedar de lo que Antonio Gramsci elogió como “reino de la lealtad humana ejercida al aire libre”.

A veces el fútbol dice mucho de los países. Hoy lo vimos en el ridículo de Argentina, una nación culta y creativa con un defecto incurable: la credulidad que les hace adorar como a un mesías al primer impresentable endiosado que promete salvarles: Perón, Evita, los Menem... y Maradona, un futbolista que fue único durante unos años pero que no sabría entrenar a un tercera. Solo la mitomanía enfermiza de los argentinos ha podido convertirle en seleccionador nacional.

De toda la fiebre mundialista me carga la superabundancia de banderas españolas, porque desconfío del patriotismo agazapado tras la épica deportiva y de quienes lo utilizan en su provecho. Hay banderas por todas partes, como si estuviéramos en los Estados Unidos tras el 11-S. Unos vecinitos adolescentes ponen la nota discordante: ellos, por valentía o por incordiar, también han colgado del balcón una bandera española, la tricolor, de la Segunda República, que enarbolaban el Barça y la selección de Euskadi que durante la Guerra Civil fueron la embajada futbolística en el mundo de la España democrática acosada por Franco. Oigo que en el Orgullo Gay de Madrid hay más banderas españolas que nunca a causa del fútbol. Debe ser una prueba más del asombroso intercambio de roles que se está produciendo entre gays y heterosexuales: Al gay le gusta el fútbol ¿qué pensaban? Hoy entre los homosexuales masculinos triunfan las actitudes viriles, el pelo, la barba, la barriguita, el estilo Xabi Alonso, Zidane, Cantona... mientras se impone el hetero nenaza, esclavo del gimnasio, depilado y de cejas perfiladas: Cristiano Ronaldo. En el fútbol caben ambos modelos.

Uf, ha costado, pero al final Iker y Villa nos han metido en semifinales. Ahora Alemania. No solo por la selección española, sino por cortesía hacia los anfitriones surafricanos hay que ganar a los alemanes, como los holandeses deberían caer ante la Uruguay que inventó el fútbol moderno -lean El fútbol a sol y sombra de Eduardo Galeano, una delicia, de donde extraigo las citas de Gramsci y Kipling-. Que Holanda y Alemania disputen la final sería una injusticia histórica: Tantos años de lucha contra el apartheid, tanto esfuerzo para que la mayoría negra obtuviera el lugar que le corresponde y que el mundial de Surafrica lo ganen los malditos bóers.