No, los Premios Grammy no han cambiado, siguen siendo la misma celebración de una industria musical que en vano se resiste a morir por su propia estupidez, una apoteosis de la mediocridad, una exaltación de la música más acomodaticia y banal y del star system que la rodea. Pero a veces, muy raras veces, suena la flauta y ¡zas! surge un momento de gloria. Ocurrió en la gala de anoche y la sorpresa no fue ni el premio a la estupenda Esperanza Spalding o el reconocimiento a The Suburbs de Arcade Fire como incontestable disco del año. Eso no pasa de agradables excepciones a la regla. Lo increíble estuvo en una de las actuaciones programadas para la gala: Un Bob Dylan pletórico fue la guinda de un show a tres bandas que unió a los fantásticos Mumford and Sons (una especie de Arcade Firehillbillies), los interesantes Avett Brothers y al propio Dylan con un festivo "Maggie's Farm". Y vaya si el experimento funcionó. Ocho minutos de gloria y diversión campestre.
Pero para que veáis que esto no implica ninguna esperanza de que los Grammy vayan a cambiar a mejor, el ejemplo negativo lo dio Cee Lo Green. Lo que podía haber sido una divertidísima marcianada con la interpretación de su genial Fuck You junto a Gwyneth Paltrow y los Muppets (Los Teleñecos), se quedó en una muestra de cómo los artistas pasan por el aro del conservadurismo y la censura. Los cantantes hicieron una versión clean evitando en todo momento pronunciar el políticamente incorrecto estribillo. Fuck You, Grammies!!
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