martes, 20 de noviembre de 2018

Encapsulados



El pasado 13 de noviembre, con gran bombo mediático, responsables de la empresa Fertiberia, flanqueados por los de la asociación que une a las industrias químicas y afines del área metropolitana de Huelva, presentaron un plan -que nada tenía de nuevo-  para cubrir, que no  retirar, 720 de las 1200 hectáreas que ocupan las balsas de fosfoyesos acumuladas en las marismas del estuario del río Tinto a 500 metros de zonas pobladas  (tres de cuatro zonas); se prolongaría durante un periodo de una década, tras la cual garantiza la total recuperación del entorno y, -vaya novedad- que tiene el dinero (70 millones de euros) para llevarlo a cabo. No sé si a Villar Mir y otros consejeros les hará gracia rebañar esta minucia a sus pingües beneficios. Fertiberia y sus amigos -que tanta prisa se han dado en otras ocasiones en cumplir sentencias que no les favorecían- exigen ahora a las administraciones -Ministerio de Transición Ecológica, Consejería andaluza de Medio ambiente y Ayuntamiento de Huelva- que aceleren los trámites administrativos para aprobar su proyecto (el único viable, dicen)
 Éste comenzaría con el sellado de los canales de agua de la marisma  que evitaría el contacto entre los dos entornos; esta labor se haría con yeso lavado , arcilla compactada y con escollera "que impediría que incluso durante la marea alta, se llegara a filtrar ningún tipo de material”.
Con posterioridad se cubriría la zona con una lámina de polímero que tiene una vida útil de 400 años, seguida por una de arcilla de 60 centímetros que impermeabilizará la zona por completo y una última de 40 centímetros de tierra vegetal cultivable en la que se plantarían especies autóctonas compatibles con la vida en la marismas y su ecosistema. Los trabajos han sido encargados a la empresa Ardaman Associated  Según Fertiberia, aquí hasta ahora no se ha permtido hacer lo que Ardamán hizo en Florida "con tanto éxito" -tanto como para crear una alerta de contaminación del agua potable- por una "excesiva politización y desinformación en torno al proyecto; hay grupos que viven exclusivamente de ello". El encapsulado es, según Fertiberia, “la única alternativa posible para seguir los requerimientos de la Audiencia Nacional. Para apuntalar su posición, Fertiberia y sus industrias aiadas recurren sin pudor al miedo y a insultar lainteligencia de los onubenses: "deberíamos encontrar diez vertederos en otras tantas localidades de la provincia y trasladar todos los fosfoyesos a esos lugares, para lo que precisaríamos de 500 camiones durante 30 años éxageran descaradamente-. Después de ello, deberíamos clausurar esos 10 vertederos de una manera similar al encapsulado que proponemos ahora”. Callan que laprimera parte del proyecto Ardamán, los sellados de los canales de agua,  es similar aloque ya fracasó estrepitósamente.

Casco urbano de Huelva: 1100 ha.
Balsas de fosfoyesos: 1200 ha.


Pero ¿qué son lo sfosfoyesos? Vamos con la sección wikipédica: El fosfoyeso es un residuo blanco del yeso procedente de la producción industrial de ácido fosfórico, con contenidos variables de fases verdosas de fosfato de hierro y residuos puntuales de fosfatos de cobre que se caracterizan por un color azul intenso. En España, la acumulación de fosfoyesos junto a la ciudad de Huelva, en las Marismas de Mendaña, ha suscitado gran polémica por sus supuestas implicaciones en la salud de sus habitantes y en el medio natural. Estudios independientes sostienen que el nivel de radiación es 22 veces superior al límite, y se recomienda trasladarlos a un cementerio nuclear. ​Sin embargo​ la legislación española no contempla esta posibilidad. 
La roca fosfórica empleada en la factoría de abonos químicos de Huelva proviene, principalmente, de minas en el norte de África -de su presencia y explotación viene la histórica importancia estratégica del disputado Sáhara Occidental- . Los residuos de Fertiberia acumulados en estas inmensas balsas -que enlas fotografías de satélites se ven con una superficie similar a todo el casco urbano de Huelva- tienen concentraciones relativamente altas para el uranio, que suele encontrarse en equilibrio radiactivo con sus productos de desintegración, entre los que destaca el radio.

Las organizaciones ecologistas estuvieron 14 años realizando estudios y solicitando,  con éxito en los tribunales pero sin que la empresa y las administraciones hicieran caso, el cumplimiento de la Ley de Costas en el caso de Fertiberia: la restauración a su estado original del dominio público marítimo-terrestre de la marisma de Huelva, ocupado por las balsas de fosfoyesos de la empresa, hasta que  
en enero de 2014, ante el retraso de tres años en la restauración por parte de Fertiberia de la marisma de Huelva ordenada en 2011 por los tribunales , la organización ecologista WWF España presentó  un escrito ante la Audiencia Nacional reclamando el cumplimiento de las múltiples sentencias que obligan a la empresa a devolver la marisma a su estado original. La Audiencia Nacional dio la razón a la organización y ordenó que se garantice la restauración ambiental de las balsas de fosfoyesos de Fertiberia “en el plazo más breve posible”. Entonces Fertiberia y el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, controlado entnces y dirigido después por la ex consejera de esta empresa Isabel García Tejerina, presntaron un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Pero la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo rechazó el recurso,amplió hasta 65 millones de euros la fianza impuesta a la empresa para la limpieza de sus balsas y acúmulos de fosfoyesos  e incuso condenó a Fertiberia al pago de las costas.



Un amplioinforme fechado en 20011 de varias asociaciones como la sospechosa y radical Greenpeace que  aquí pueden leer integramente califica el de los fosfoyesos del Tinto como el mayor caso de contaminación industrial
de Europa y narra lahistoria del problema desde el permiso inicial para vertir de 1968 hasta entonces sin obviar episodios como la rotura de una de las balsas en 1998 que vertió al río
Tinto, según las cifras oficiales, 50.000 metros cúbicos de aguas ácidas, metales pesados y otros
tóxicos como fluoruros, fosfatos y arsénico. 

¿Y si resulta que esa única solución viable -la que por las buenas o las malas pretende imponer Fertiberia-  no lo es tanto? 
Hace años que esta empresa  tiene sobre sus espaldas una sentencia que la obliga a restaurar la zona que ocupan esos residuos, pero al final fue un comité de expertos locales el que asumió esa labor, mientras la empresa se niega a retirarlos y aboga por soterrarlos.
En los cursos de la Universidad Internacional de Andalucía, Uno de esos expertos es Rafael Pérez, investigador principal del proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía“Fosfoyesos: de su evaluación ambiental como residuo a su revalorización como recurso”. Pérez pertenece a ese comité para el diagnóstico ambiental y la propuesta de medidas de restauración de la balsa de fosfoyesos de Huelva, designado por el rector de la Universidad de Huelva y aprobado por el Ayuntamiento de Huelva. A ese grupo, por cierto, no pertenece la propia empresa responsable de los vertidos. En  un curso en la Universidad Internacional de Andalucía  puso sobre la mesa su experiencia sobre este asunto, recordando que, por encima del soterramiento, “la empresa tiene la obligación de la restauración de las marismas afectadas por las balsas. La restauración, hay una a largo plazo, pero deberíamos hacer una serie de acciones a corto plazo, porque las balsas tienen problemas relacionados con la estabilidad y el potencial que tiene para contaminar el estuario”.
Con todo, aboga por “evaluar la situación actual de las balsas, ver algunas actuaciones preliminares, y ver si el modelo de actuación previsto es positivo a largo plazo”, recordando que, si la imagen por satélite es impresionante, más lo es el hecho de que, “lo que se ve es la zona sin restaurar, aunque hay dos zonas que se restauraron, y esas acciones preliminares de restauración no funcionaron, porque siguen produciendo contaminación al estuario”.  "Antes -dice-  se pensaba que la balsa producía contaminación. Hay que tener en cuenta que es una pila de yeso y encima tiene agua industrial altamente contaminante. Se pensaba que la contaminación procedía de ese agua de proceso, pero hemos visto, por un estudio geoquímico, que no procede de eso, sino de intrusión del agua del estuario, que entra con la marea alta, lava la contaminación y retorna al estuario contaminada”.
Con todo ello, considera que “hay que evitar la contaminación y garantizar la estabilidad de la balsa, garantizar primero la estabilidad física, porque en la zona 2 tiene   casi 35 metros de altura, y eso produce sobrepresión en la marisma. A corto plazo hay que garantizar estabilidad y que dejen de producir lixiviados. Hay que ver cuál es la contribución de la balsa al total de la contaminación, ya que sabemos que aporta arsénico y cadmio, en torno al 15-20 % del que llega al estuario, y el resto procede de actividad minera abandonada de las cuencas mineras del Tinto y el Odiel, pero son cifras muy llamativas, porque la balsa tiene 12 kilómetros cuadrados, pero las cuencas de drenaje del Tinto y el Odiel, unos 4.000”. De hecho, acudiendo a este experto ABC de Sevilla informó en marzo de este mismo año de que "El subsuelo de la marisma del Tinto se resiente por el peso del fosfoyeso" es decir, que  la cosa va a peor y que el encapsulado y supuesto aislamiento de las balsas permaneciendo donde estándonde están que Fertiberia propone en su plan definitivo no soluciona sino eterniza el problema e incluso podría tener consecuencias sísmicas.

Frente a la incredulidad de los expertos, Feritberia insiste en meter prisa a las administraciones. Dan por hecho que el informe de impactoambiental del gobierno central será positivo sin tener en cuenta que ya no tienen a una de las suyas sentada en el Consejo de Ministros (llevando además la cartera de Medio Ambiente; más fácil lo tiene con la Junta de Andalucía, siempre poco beligerante con las actividadesindustriales contaminantes mientras les bajen las estadìsticas del paro -en esta tierra el partido gobernate y los sindicatos mayoritarios siempre han comulgado con la falacia de que el lento envenenamiento por contaminación es el precio que deben pagar los onubenses por sus puestos de trabajo-; en el Ayuntamiento de Huelva encontrará Fertiberia el último escalón si supera los anteriores y en mayo hay elecciones municipales. Ya en la actual campaña de las andaluzas, la coalición Adelante Andalucía escogió el barrio de la ciudad más afectado y perjudicado por los fosfoyesos, Pérez Cubillas, para expresar su deseo de que se aborde la limpieza total de las balsas de fosfoyesos y que Fertiberia "asuma el coste". La Mesa de la Ría, Izquierda Unida y Participa Huelva, la marca con que Podemos concurrió a las municipsles de 2015, se están manifestando en el mismo sentido estosúltimos días. Cuando haya que constituir un  nuevo Ayuntamiento, a todos ellos corresponde exigir a los ocialistas -hoy el mayor de los grupos un pronunciamiento inequívoco y efevtivo  sobre lo fosfoyesos frente  a los intereses de Fertiberia y las iundustrias contaminantes. Mi insignificante voto va en ello.

Hace años el programa de TVE Línea 900, tanincómodo que no tardó en desaparecer de la parrilla, expuso por primera vez al conjunto de los españoles laescalofriante realidad delas balsas de fosfoyeso  y sus efectos en la salud de los onubenses, unos efectos siempre puestos en duda prque nunca se harealizado el estudio epidemilógico que el Libro Blanco de la Asociación de Inustrias Químicas -en el que participé- recomendaba en 1989. Imágenes de archivo deaquel Línea 900" junto con muchas otras nuevas, formaron parte del impresionante documental sobre el mismo tema "Un lugar diferente" cuyo contenido íntegro les dejo en el siguente vídeo.



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