sábado, 9 de abril de 2016

Con su pan se lo coman



Escribo justo un día después de que estallaran los maletines explosivos que los unos y los otros habían ocultado bajo la mesa del Congreso donde se llevaba a cabo una reunión a tres para buscar la investidura de un gobierno que había sido  publicitada hasta el aburrimiento y acabó como la de la Operación Valquiria. Tras el desastre el PSOE sigue tan emperrado en el optimismo como un libro de autoayuda de Jorge Bucay y los demás, empezando por la derecha en funciones, dan por muerta y enterrada cualquier posibilidad de acuerdo y por convocado el reprise del 20-D. Pero en vez de creer a unos u otros, hoy me ha dado por recordar lo que hace mes y medio, días antes de la primera de las dos investiduras frustradas de Pedro Sánchez, alguna prensa puso en boca de Íñigo Errejon; una boca de la que no llegaron a salir las propuestas que se le atribuían y acabó acando el disciplinado no por el que toda la izquierda -y también las derechas nacionalistas- se decantaron. Antes de que con razón se acuse ala inza de esa misma amalgama y el PP del fracaso, se me ocurre que mientras aún quede tiempo Podemos e IU deberían ensayar esa opción. Para los primeros supondría apartarse de un rumbo suicida, ahora que las encuestas muestran que serían la fuerza más perjudicada si se repiten elecciones; para los segundos renunciar al cerril purismo leninista de Alberto Garzón.  Para  eso hay que colgar el cascabel al gato y convencer a los Iglesias, Montero y compañía de la idoneidad de la estrategia que paso a explicar.

Solo hay que plantearse la espantosa perspectiva que probablemente seguirá a una repetición de elecciones: un gobierno de PP y Ciudadanos y una oposición liderada por Susana Díaz -u otras combinaciones de los mismos elementos-. Evitarlo es tan sencillo como abstenerse para permitir un gobierno de Sánchez y Rivera que no llegará a los dos años y tendrá que lidiar -ríanse de herencias recibidas- con los presupuestos que Rajoy ha dejado atados y bien atados además de los recortes de ocho mil millones de euros que la Comisión Europea exige al próximo gobierno español para cumplir con los objetivos de déficit exigidos, es decir a golpe de impopulares decretos. Mientras tanto Podemos, con el apoyo de IU y las confluencias, liderará y se curtirá en una dura oposición de izquierdas, probablemente la única oposición pues sin el pegamento del poder ni los lobbies de la época anti-Zapatero -AVT y Foro de la Familia- el PP se diluirá como un azucarillo.  La espera será corta y productiva. Si centro derecha y centro izquierda quieren repartirse el salami del poder, que con su pan se lo coman.

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